Capítulo 5 - Los responsables de la masacre

El sol estaba calentando con fuerza, al parecer, i a llegar mucho más mojados de lo que pensé.

—¿Por qué llegan de esa manera? — preguntó la señora justo después de que llegáramos a casa. —¿El trabajo de la señorita Sharon los detuvo más de lo esperado? Se suponía que tendrían que estar aquí hace casi dos horas— cuestionó —además de que están, todos mojados, pueden enfermarse.

—Tuvimos un pequeño problema con el auto, y terminamos caminando hasta aquí. Además de que el sol se sentía agradable— respondió Taylor intentando excusarse.

—Se lo dije, el sol que hacía era para que lloviera— intervine tiritando del frío. —Si me disculpan, iré a darle la medicina al Sr. Johnson— dije en un tono bajo de voz alejándome de la sala.

—Deberías secarte primero— sugirió la señora Jonhson a manera de orden.

Asentía sin darme la vuelta, mis brazos estaban alrededor de mi cuerpo intentando dar un poco más de calor. No podía descuidar ni un solo detalle de mi actuación; sin importar que mi entrenamiento consistía en nadar en lagos cercanos al polo norte.

C O N   T A Y L O R

—Tú también, querido hijo— susurró la señora.

—¡¿Qué es lo que hacías con esa mujerzuela?! ¿Por qué llegaron tan mojados? — Exclamó Irene bajando pro las escaleras con pasos agigantados. La vena de su cuello se estaba notando a causa de la cólera que cargaba dentro de sí.

—Esa «mujerzuela» tiene nombre, además, me salvó de morir ahogado ¿Qué parte de la historia no te queda clara? — respondió Taylor de manera brusca.

—¡Mientes! — gritó Irene sobresaltada entre tanto ,cubría sus oídos saliendo de la sala.

Taylor comprendía que la razón por la que sus padres estaban de acuerdo con ese «matrimonio» era por la conveniencia familiar.

Al joven le molestaba que Irene estuviera siempre a sus espaldas como si él fuese infiel. 

—Hijo— susurró la señora Johnson. —Yo… ve a secarte, no quiero que te enfermes— un pesado suspiro salió de entre sus labios. En sus ojos se veía lo incómoda que se sentía de la relación, todos sabían que a Taylor no le agradaba tanto la idea de casarse. Llegaron a pensar que la causa era lo sucedido con Cloe, su exnovia; sin embargo, la causa era mucho más sencilla de lo que podrían pensar: No tenía ningún tipo de interés en la señorita Irene.

R O K S A N A (Sharon)

—Creo que se toma el título de «ser mi compañero» demasiado lejos— susurré intentando no elevar mi voz al hablar por celular. A esta hora, los señores ya estarían durmiendo y tampoco me gustaría molestar a la cabeza hueca.

Nathan insistía en conocer mi ubicación y, mucho más, afirmaba que había obtenido jugosa información de las instalaciones del Pentágono. Estaba claro que tanto él como yo deseábamos avanzar con nuestras investigaciones a la mayor velocidad posible; sin embargo, la paciencia es la virtud que todos nosotros necesitamos en este momento. Si me ven fuera y sucede algo ¿No sería enteramente sospechoso?

—Ten paciencia, espera hasta que regresemos o de lo contrario, correremos mucho más riesgo de ser el centro de atención.

—Sharon, también encontré la información de los militares que asistieron a la misión en Rusia hace cuatro años— soltó de repente.

Una sonrisa se escapó de mis labios, podré divertirme un poco con cada uno de ellos, por lo menos, no jugaría con sus vidas, no aún.

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