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La noticia había llegado a cada uno de los rincones del país, cada portada hablaba de Nick y su más reciente escándalo. La reconocida modelo Chanel lo había demandado por abuso hacia su persona y había utilizado sus millones de seguidores en redes sociales para exponerlo como un abusador y manipulador de mujeres. Había añadido fotografías con pruebas hacia su favor y había logrado que las personas confiaran únicamente en ella.

Las redes estaban llenas de publicidad falsa hacia su persona, comentarios de mujeres que ni siquiera habían salido con él. Las acciones de BYEXS habían caído un gran porcentaje, habían logrado que la seguridad de la empresa se tambaleara por completo y a Nick simplemente le había importado un carajo. Creía mucho más en su trabajo y estabilidad laboral que en desastre nacional que había por culpa de una mujer despechada.

Se encontraba totalmente tranquilo, observando el reloj que había sobre la pared de su oficina mientras bebía un espumoso café de leche de almendras que Flor le había llevado hace unos minutos a su oficina. Se sentía ligeramente cansado y sobre todo aburrido porque por culpa de Chanel ni siquiera podía salir de su empresa con comodidad. Había intentado salir por un momento y había tenido que enfrentarse con las repentinas preguntas de más de cincuenta reporteros que esperaban por él a las afueras del edificio.

“Señor Clark, su familia ha venido a verlo” soltó la bocina del teléfono negro que tenía sobre su escritorio. Por un momento suspiró con fuerza antes de simplemente estirar una de sus manos para poder apretar el botón que activaba el micrófono.

—Pásalos— soltó con simpleza mientras se estiraba en su asiento. Enderezándose por un momento.

“Entendido, los pasaré inmediatamente” soltó Lisa en el alta voz.

—Por cierto, que linda voz tienes—respondió él con una pequeña sonrisa en el rostro. Esperando por unos segundos que ella soltara una respuesta a su comentario. Pero después de unos cuantos segundos se percató que esa respuesta nunca llegaría.

Nick únicamente sonrió, sabía exactamente el motivo de aquella visita totalmente inesperada, ni siquiera tendría que hablar o preguntar por el motivo porque con seguridad, estaban ahí para gritarle y exigirle que arreglara el problema que había causado. Por un momento se arrepintió de haberle dicho a Lisa que les permitiera pasar hacia su oficina pero tampoco quería que ellos creyeran que estaba tratando de ocultarse. Si tenía que dar la cara, entonces lo haría pero en esos momentos para nada era una necesidad dar la cara.

La puerta se abrió de golpe cuando su padre la golpeó con fuerza, entrando a la oficina con el rostro totalmente fruncido, demostrando lo furioso que estaba. Como siempre llevaba su elegante traje de diseñador pero ese día en específico se habia ido con el cabello despeinado o al enterarse de la noticia habia terminado por despeinarse.

—¿Cómo piensas arreglar esto?—preguntó el anciano con la voz ronca.

Nick lo observó por un momento y entonces se llevó la taza de café hacia los labios. Demostrando que la situación no le importaba en lo absoluto. Su padre lo observó furioso y golpeó el escritorio de Nick mientras que su madre únicamente se llevaba ambas manos hacia la cabeza.

—Tienes que casarte—soltó la mujer— casarte será lo mejor que pudieras hacer...te lo dije el otro día y te lo vuelvo a decir. Casarte terminaría con todos los problemas sociales que tu libertinaje está causando.

—Se los dije la otra noche y se los vuelvo a decir...no voy a casarme. Casarme no arreglara nada, simplemente calmaría la situación por un momento pero, ¿Qué hay de mi felicidad?

—¿Tu felicidad?—preguntó el anciano antes de reír con frustración.—¿Tu felicidad depende de acostarte con cinco mujeres a la semana.

—¿Acaso no quieren verme feliz?—preguntó Nick con una gran sonrisa en el rostro.

—¿Por qué tienes que ser tan descarado?—preguntó su padre con rabia, suspirando por un momento antes de simplemente voltear a ver a su esposa— te estaré esperando afuera, ya no puedo con él. Esto demuestra que en verdad ha sido un hijo de p**a durante toda su vida.

—Un gusto verte, padre— respondió Nick antes de verlo salir de su oficina. Regresando su mirada hacia su madre.— ¿Quiere que la acompañe a la puerta o seguirá con su ridículo discurso?

—Sé que no hemos sido los mejores padres, sé que probablemente por nuestra culpa es que no puedas enamorarte de una mujer y que seas todo un mujeriego pero escucha...

—¿Crees que su relación abierta y todos sus infidelidades me hicieron de esta manera?—preguntó él, interrumpiendo a su madre.— ¿En verdad crees que sus malditos comportamientos me hicieron ser un mujeriego?—preguntó antes de carcajear— si soy de esta manera es porque soy un hijo de p**a.

—¿Te sientes orgulloso de esto?—preguntó la mujer antes que Nick simplemente asintiera.—¿Qué harás cuando seas viejo y no haya nadie a tu lado?—susurró con el corazón partido.

Nick suspiró frustrado antes de levantarse de su asiento, chasqueando la lengua mientras señalaba a su madre. Ella lo observó mientras caminaba hacia ella, detestando la expresión facial de su hijo en aquellos momentos. Nick sonrió y entonces se inclinó hacia ella.

—Si crees que yo debería de conseguirme una esposa...deberías de ir al psicólogo—susurró antes que su rostro fuera volteado con una gran cachetada.

—Últimamente te desconozco—respondió ella en un pequeño susurro— cuando regreses a tus sentidos...búscanos, ya sabes dónde encontrarlos— soltó antes de salir de la oficina.

***

Lisa observó su taza de café mientras movía la pierna con nerviosismo. Estaba totalmente agotada y el reloj marcaba las nueve de la noche. Los paparazis se habían retirado hace apenas unos minutos y por primera vez podía disfrutar por completo el silencio que aportaba el edificio. La puerta principal se encontraba abierta por lo que podía escuchar el sonido del agua que provenía de las fuentes. Un fuerte suspiro salió de sus labios al observar a Nick caminar hacia ella con el rostro totalmente serio.

—Buenas noches, ¿Necesita algo?—preguntó ella antes que él asintiera con suavidad y se recargara sobre el mostrador. Mirando fijamente el cansado rostro de Lisa, deslizando suavemente su mirada por las hermosas facciones femeninas que tenía frente a él.— dígame que necesita, veré si puedo ayudarlo.

—No quiero cenar solo, ¿Quieres ir a cenar conmigo?—preguntó él.

Lisa sintió un pequeño escalofríos recorrerle la espalda al escuchar la pregunta que Nick acababa de hacerle, nerviosa se pasó la lengua por los labios y entonces negó con suavidad. Nick observó su rostro ligeramente nervioso y sonrió. Lisa suspiró, en realidad no estaba nerviosa porque Nick le hubiera hecho tal pregunta, sino estaba nerviosa por creer que su respuesta podría causarle un despido.

—¿En verdad no quieres o tienes miedo de mi por lo que han dicho en las noticias?

—No tengo hambre y mi turno aún no termina.

—¿Entonces no te apetece un poco de pasta con camarones?—preguntó él, mirándola directamente a los ojos.—¿Un filete de la mejor carne de la ciudad?—susurró.

Lisa suspiró al escucharlo, tratando de no pensar en las palabras que él estaba soltando frente a ella. Avergonzándose por completo al escuchar su estómago gruñir con fuerza.

—Mentiste—soltó Nick antes de reír— vamos, te invito unas hamburguesas.

—¿Hamburguesas?—preguntó ella con una ligera ilusión. Amaba las hamburguesas y bueno, haría lo que fuera para obtener una.

—¿No te gustan?—preguntó él con confusión— ¿Acaso eres de esas chicas que esta obsesionadas con las dietas?

—¿En verdad me va a invitar una hamburguesa?—preguntó antes de sonreír. Nick sonrió por un momento y entonces asintió con suavidad.— entonces acepto su invitación— respondió con emoción.

Estaba completamente segura que había tomado una buena decisión, simplemente por el hecho de que obtendría una hamburguesa a cambio de un poco de tiempo. Al salir de la empresa caminaron en completo silencio y por primera vez Nick se tomó el tiempo de abrirle la puerta de una mujer. Por un momento esperó que ella le agradeciera pero lo único que recibió fue un golpe en el rostro que obtuvo gracias al cabello largo de Lisa.

—Genial—susurró, ligeramente molesto mientras cerraba la puerta de su auto deportivo. Lisa observó el interior de cuero y suspiró ligeramente antes que él entrara al auto. Los pensamientos de Lisa rondaban únicamente alrededor del valor de aquel automóvil.

—¿Cuánto cuesta tu auto?—preguntó ella de repente, obteniendo una extraña mirada de parte de Nick mientras conducía el automóvil.

—¿Interesa?—preguntó.

—Algún día me encantaría tener uno— respondió sin dudar. Nick sonrió y entonces asintió. Mirando hacia enfrente mientras trataba de recordar el costo de su auto.

—La verdad es que no lo recuerdo con exactitud, solo recuerdo que era un poco más del millón.

—¡¿Millon de dolares?!—Soltó ella con sorpresa— el puro asiento debe de costar unos cien mil dólares...

Nick no pudo evitar reír ante su comentario.

—¿Alguna vez te habías sentado en tanto dinero?

—No... pero algún día lo haré—respondió con seguridad antes de simplemente voltear a ver hacia la ventana de aquel auto deportivo.

Veinte minutos después se encontraban ambos en completo silencio mientras observaban las monstruosas hamburguesas que les habían servido. Por un momento se observaron y entonces sonrieron antes de reír. Extrañamente se sentía cómoda con él esa noche, no se sentía vigilada y mucho menos acosada con su mirada. Únicamente se sentía cómoda, como si estuviera cenando con un amigo.

—Tu teléfono está sonando—soltó antes de señalar el antiguo teléfono celular que no dejaba de vibrar.

Lisa volteó de inmediato al escucharlo, palideciendo por completo al ver el conocido número que brillaba sobre su pantalla. Le estaban llamando del hospital de Jasón. Nerviosamente tomó el celular y contestó aquella llamada.

—¿Bueno?—susurró después de llevarse el teléfono hacia el oído. Tragando saliva al escuchar la voz del médico.

Nick la observó por un momento, observando su cabello oscuro mientras deslizaba su mirada hacia los pechos de Lisa. Preguntándose cuantas veces tendría que invitarla a cenar para conseguir que ella se acostara con él. Frunciendo el ceño con suavidad al ver su mirada humedecerse por unas cuantas lagrimas que amenazaban con escaparse por sus mejillas.

—Lo entiendo—respondió ella antes de suspirar— hágalo. Haga todo lo que sea necesario, doctor—soltó antes de colgar la llamada y mirar a Nick con su rostro totalmente pálido.

—Estás pálida— susurró él.

—Señor Nick...usted cree que... ¿Pueda darme un adelanto de mi paga?—preguntó ella de repente— mi novio acaba de entrar a una cirugía de emergencia y yo necesito urgentemente un poco de dinero.

—¿Tienes novio?—preguntó él. Ignorando por completo lo que ella acababa de decirle.

—Sí y está bastante enfermo... prometo que trabajaré más duro pero por favor deme un adelanto— soltó ella. Observándolo mientras rogaba mentalmente que él aceptara a su propuesta.

—Claro—respondió él.

Logrando que Lisa sonriera ampliamente. Haciéndole creer por un momento que él en verdad no era tan malo como las personas solían decir.

—Con una condición— añadió el, deslizando suavemente su mano por la piel desnuda que dejaba al descubierto la falda negra de Lisa— te daré la cantidad que desees, a cambio de unos cuantos favores o a cambio de algo terriblemente jugoso—susurró Nick.

Lisa frunció el ceño, deteniendo la mano de Nick en unos cuantos segundos.

—¿Qué es lo que estás diciendo?—preguntó ella mientras se levantaba de su asiento.

—¿Crees que te daré el dinero sin obtener nada a cambio?

—¡Esto es abuso sexual!—dijo ella con la voz llena de rabia.–¡Estás abusando de mí!—acusó mientras sentía que el rostro se le calentaba por culpa de la rabia.

—Bueno...—susurró Nick, levantándose del asiento al mismo tiempo que se acomodaba el saco negro— ya veo que está noche no voy a obtener nada de ti así que... buscaré a otra que si este dispuesta a conseguir un poco de dinero.

—¿Solo me invitaste a cenar porque querías acostarte conmigo?—preguntó ella mientras lo veía irse.— por un momento realmente creí que tratabas de ser amable.

—¿Acaso creíste que quería conocerte?—preguntó él con una pequeña risa burlona— no eres tan especial— soltó antes de continuar sus pasos.

Lisa tomó sus cosas furiosa antes de seguirlo por el pasillo de aquel restaurante. Caminando con rapidez hacia él para poder alcanzarlo. Deteniendose justamente frente a él.

—Me llamo Lisa Wilson, apréndete mi nombre porque será lo único que vas a escuchar a partir de ahora...me voy a convertir en tu pesadilla—soltó ella con rabia. Observándolo directamente a los ojos.

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