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La voz de Nick Clark se podía escuchar desde el interior de las oficinas, incluso sus pesadas pisadas en el pasillo. Esa mañana en específico había amanecido de mal humor, todo por culpa del bar que había visitado la noche anterior. Por primera vez había sentido que aquel bar le había fallado.

Había dado unas vueltas en el lugar, en busca de una mujer que pudiera complacer los deseos nocturnos que habia tenido en esos momentos pero por más que habia buscado en el lugar, no habia conseguido nada. Anya había sido una opción pero no la habia tomado. No porque ella lo hubiera rechazado sino porque no la habia deseado. Ya se habia acostado con ella unas cuantas veces y simplemente el encanto se habia esfumado.

Esa mañana le dolía la cabeza porque si algo había hecho la noche anterior habia sido beber como loco. Su tarjeta habia recibido un cobro de más de cinco mil dólares en bebidas pero no le importaba porque si algo tenía era suficiente dinero para gastar en lo que quisiera.

Si algo no había hecho habia sido dormir.

Estaba cansado, molesto y ansioso. Todo por culpa de los extraños deseos que no habia logrado complacer la noche anterior.

Por un momento se detuvo en aquel pasillo, observando a la joven secretaria que la mayoría del tiempo no solía decir ni una sola palabra. Ella al observarlo soltó una pequeña sonrisa que le hizo ruborizarse con suavidad. Estirando ambas manos hacia adelante para poder tomar unas cuantas carpetas de su escritorio de cristal. Maldiciendo en un pequeño susurro cuando él únicamente continuó sus pesados pasos en aquel pasillo.

—Señor—lo llamó, cerrando los ojos por un momento. Volteando a verlo cuando sintió su pesada mirada sobre ella— esta mañana han llegado nuevas solicitudes para el puesto de recepcionista.

—¿Y?

—Pues...estás aquí para la entrevista, usted me dijo que haría las entrevistas esta mañana— respondió la secretaria del señor Clark. Manteniendo sobre su pecho las carpetas que había tomado hace unos segundos de su escritorio.

—¿Tu crees que estoy dispuesto a hacer entrevistas en estos momentos?—soltó molesto. Negando con suavidad mientras volteaba a ver su oficina.— ¿Las has dejado pasar?—preguntó molesto.

—Señor, usted había dicho hace unos días que...usted dijo que recibiría a todas las chicas que vinieran a postularse. Sé que usted no está de humor pero si usted me hubiera avisado antes pues entonces yo no hubiera pasado a ninguna chica a su oficina.

—¡Tu trabajo era avisarme primero, preguntarme si recibiría a esas chicas antes de simplemente pasarla!— soltó él con fuerza, quejándose por competo. Como siempre solía hacerlo. Flor suspiró molesta, en realidad tenía meses queriendo huir de las garras del señor Clark pero estaba tan endeudada que dejar su trabajo en esos momentos para nada era la mejor idea.

—Lo siento...—se disculpó antes que Nick le arrebatara las carpetas que ella llevaba sobre su pecho. Rozándole suavemente su escote.

—Lo siento—soltó él con falsedad al mismo tiempo que clavaba su mirada en aquellas carpetas que únicamente contenían los currículos de las postulantes.— ¿Por qué son tan feas?—soltó después de ver a dos postulantes. Lanzando las carpetas hacia el escritorio de Flor conforme iba a descartándolas con una simple mirada.— todas son horribles, ¿Acaso no saben que la imagen de la empresa cuenta mucho?—preguntó antes de abrir la carpeta de Lisa. Alzando la ceja al mismo tiempo que veía su imagen.

En realidad Sol se había esforzado al escoger una fotografía para el currículo de Lisa y al había escogido “La foto” que a pesar de no ser una fotografía profesional terminaba por funcionar a la perfección. Únicamente la había escogido porque conocía los gustos del famoso CEO y un perfecto escote era la mejor arma que podía utilizar en su contra.

—Bien, conseguí algo—susurró antes de caminar hacia su oficina.

Lisa se mantenía en silencio en aquella oficina. En total silencio, al igual que las demás postulantes que parecían estar a punto de desmayarse.

Permitía que su mirada viajara de un lado, observando la lujosa oficina mientras de vez en cuando observaba a las postulantes que ocasionalmente soltaban suspiros de estrés y nerviosismo. Algunas se levantaban de su asiento y caminaban por la habitación pero ninguna parecía estar totalmente tranquila como ella.

Esa mañana había decidido utilizar un vestido negro que había encontrado literalmente perdido en su closet. Lo había encontrado extrañamente en uno de los cajones de Jasón y por un momento se habia preguntado si él lo habia guardado o escondido en aquel cajón.

Era lo suficiente elegante como para usarse en esa ocasión pero sobre todo era lo suficiente corto como para llamar la atención de Nick que al abrir la puerta de su oficina y dar un paso en el interior de aquella oficina, únicamente miró las hermosas piernas torneadas de Lisa.

Normalmente ella no solía utilizar vestidos, faldas o cosas que la hicieran ver totalmente provocativa ya que la mayoría del tiempo solía portar pantalones holgados que la hicieran sentir totalmente cómoda para trabajar con comodidad durante todo el día pero en esos momentos únicamente tenía que verse como una carnada para Nick.

—Tú—soltó mientras avanzaba— estas fuera—añadió él, señalando a una de las chicas que había en su oficina— largo.

Incluso si parecía imposible, el silencio que habían mantenido ellas se volvió mucho más poderoso cuando corrió a la chica que se había mantenido temblando durante más de una hora. Aquella chica lo observó desde la esquina de la oficina y se llevó ambas manos hacia el rostro. Probablemente sintiéndose tan pequeña y humillada que ni siquiera dijo una palabra antes de avanzar hacia la puerta.

Deteniéndose por un momento mientras volteaba a ver a Nick Clark, quien únicamente la observaba con molestia. Esperando impacientemente que saliera de su oficina.

—Señor, ¿Puedo preguntar por qué he sido eliminada tan rápido?—preguntó antes que Nick la ignorara por completo y volteara a su alrededor. Por un momento Lisa pudo sentir como la sangre le hervía por culpa de una actitud tan nefasta como la que Nick mantenía en esos momentos.

—Tú, la del vestido rosa—dijo mientras caminaba hacia la única chica rubia del lugar— largo.

—¿Por qué?—se quejó ella.— ¿Acaso le he faltado al respeto?

—¡Genial!—susurró Nick con molestia antes de ver a las demás cinco chicas que quedaban “Dentro” de la entrevista.— tú, tú, tú y tú—soltó mientras señalaba una chica tras otra— están fuera.

Lisa no supo reaccionar en esos momentos, habia sido la única que habia sobrevivido a aquella repentina masacre. Por un momento se permitió sentirse mal por aquellas chicas pero entonces recordó el verdadero motivo por el cual se encontraba ahí y le terminó por importar en lo absoluto como aquellas chicas pudieran sentirse.

—¿Por qué?—volvió a insistir la chica rubia de vestido rosa— ¿Por qué hemos sido eliminadas?

—Puedo responder eso— respondió él con una sonrisa— por feas.

Aquellas palabras detonaron algo dentro de Lisa, al desviar su mirada hacia las demás chicas que habían pasado con ella unas cuantas horas en aquella oficina, se dio cuenta que Nick Clark realmente era un animal que no le importaba en lo absoluto lo que pudiera sentir la persona que se encontraba a su lado.

—Eso es completamente injusto, no se está evaluando únicamente por nuestro físico sino por lo que realmente le podemos aportar a la empresa—se quejó otra de las chicas.

—En realidad, no me interesa mucho lo que le puedan aportar a la empresa porque mi empresa ya tiene todo lo que quiero y todo lo que necesita pero si algo si quiero cuidar…es la imagen de mi empresa y tenerlas a ustedes en ella solo terminaría causando que su imagen se viera dañada.

—Pero…

—Como sea, largo—soltó él.

Lisa únicamente se mantuvo en silencio durante todos esos minutos, observando como las chicas caminaban hacia la puerta de la oficina. Dentro de ella se sentía molesta, detestaba ver cómo Nick únicamente mantenía un complejo de superioridad que aborrecía por completo. Incluso con sólo verlo, tenía ganas de destruirlo por qué sabía que lo que Nick Clark necesita necesitaba en esos momentos, era únicamente una lección.

Ni siquiera tenía que hablar con esas chicas para darse cuenta que las palabras que acababa de decirle Nick a cada una de ellas, les había causado una gran cantidad de inseguridades físicas que tardaría muchísimo en curar.

Nick sonrío con satisfacción cuando lisa únicamente quedó a solas con él en aquella gran oficina. Había un ligero silencio que a pesar de ser terriblemente agudo, no llegaba a ser molesto o incómodo. 

—Bien, quiero dejarte bien en claro que por permanecer aquí no significa que ya hayas pasado la prueba o la entrevista.

—¿Y que tengo que hacer para pasarla?—preguntó con el ceño ligeramente fruncido. Cruzando sus piernas mientras lo veía fijamente.

Se repetía una y otra vez a si misma que en esos momentos, tenía que leer a Nick. Si aprendía a leerlo en esos momentos, todo lo que viniera después sería sencillo. Porque a leerlo, sabría perfectamente de qué manera tenía que actuar para manipularlo.

Durante mucho tiempo había aprendido a manipular a los hombres y si de algo estaba segura es que para manipular a la perfección a un hombre tenías que golpear su orgullo, dejarlo con la duda y darle esperanza de qué en algún futuro cercano podrá obtener lo que sea de ti.

“Paso número… Orgullo” pensó Lisa antes de soltar una pequeña sonrisa sin mostrar dientes.

—Si quieres pasar la entrevista…entonces debes de cenar conmigo.

—No, gracias—respondió ella. 

Nick sintió como si le hubieran lanzado una gran cubeta de agua fría, tenía años que no recibía un no como respuesta. Al escucharla negar con tanta rapidez, sin dudarlo ni por un momento, se sintió totalmente inferior a ella. La pequeña respuesta de Lisa lo había molestado por completo porque simplemente no había mujer que le dijera que no. Era totalmente imposible y en esos momentos lo único que podía pensar era en obtener un sí por parte de ella.

“Duda” pensó ella, pasando al segundo paso de su plan.

—Sabe señor Clark—susurró  ella mientras se deslizaba las manos por las piernas, jalando discretamente la tela de su vestido. “Tratando” de cubrirse.—soy muy tímida así que ir con usted a cenar se me hace muy difícil pero si usted me permite quedarme, probablemente en un futuro, pueda cumplir su propuesta.

—¿Y algo más?—pregunto él, acercándose a ella con una sonrisa totalmente coqueta. 

—¿Algo más?— preguntó ella antes de  hacer una pequeña reacción de timidez.— no lo sé, tal vez podría hacerlo, nunca lo he hecho antes...

—¿A que te refieres con que no lo has hecho antes?—preguntó él, mirándola con deseo.

—Sabe a lo que me refiero—soltó ella con un ligero puchero— pero escuche… esto no tiene que ver sobre el trabajo. 

Nick lo único que puedo hacer en ese momento fue sonreír. Tenía años que no probaba a una mujer sin estrenar, amaba ser el primero porque simplemente amaba ponerle etiquetas imaginarias a las chicas y en esos momentos, lisa ya tenía una etiqueta dorada. 

—Bien, déjame revisar tu currículum y entonces te dire un resultado. 

—Entiendo—respondió ella.—¿Puedo esperar aquí o debo de salir y dirigirme a la sala? 

—Bueno, voy a serte totalmente sincero. Ya lo leí, me agradas. Tienes todo lo que necesito para el puesto así que… ¿Te quedas, aceptas quedarte a trabajar hoy mismo? 

—¡Claro que si!—respondió ella, levantándose de su asiento por primera vez. Permitiendo que ni Nick desviara su mirada hacia su figura—Será un placer trabajar con usted —susurró , enmarcando la palabra placer.

—El placer es mío—susurró él, desviando su mirada hacia su escote— con solo verte sé que serás una gran empleada—susurró con la voz llena de deseo.

Observando como Lisa cumplía perfectamente con sus antojos o sus caprichos femeninos. Justamente morena como tanto lo deseaba.

“Perfecto, te tengo” pensó ella mientras sonreía.

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