La pesadilla de Mr. Clark
La pesadilla de Mr. Clark
Por: Karen Terminel
1

El sonido de la taza al caer al suelo se escuchó por todo el lugar.  El café hirviendo cayendo por el suelo, esparciéndose por el mármol mientras la elegante mujer de vestido rosa dorado se levantaba de su asiento y gritaba con fuerza. Demostrándole a todo el restaurante que su voz podía abarcar todo el lugar sin necesitad de un micrófono o altavoz.

—¿No te has dado cuenta de lo que has hecho?—gritó la rubia, sacudiéndose las ligeras gotas de café que habían caído en su vestido—¡Muerta de hambre, nunca podrás pagar por este vestido tan costoso!

—Lo siento mucho, señorita... en un momento le traeré de nuevo su orden...lo que consuma esta noche correrá por mi cuenta.

—¿Crees que este vestido vale lo mismo que unos mugrosos cafés?— preguntó la mujer antes que sus manos se dirigieran hacia el vaso de cristal de su mejor amiga, el cual al menos Lisa había logrado servir bien.— te voy a demostrar cómo se siente ser humillada— susurró antes de simplemente lanzar el vaso de café hacia su rostro. Ignorando por completo el hecho que el cristal pudiera romperse al contacto de su piel.

Lisa bajó el rostro, tratando de ocultarlo por un momento mientras continuaba escuchando los gritos de la mujer. Sintiendo como el frio líquido se deslizaba rápidamente por su rostro. Ni siquiera podía abrir los ojos, le había entrado café en ellos y le dolía.

—¡Contéstame!—gritó la mujer, empujándola mientras que Lisa retrocedía a ciegas.

Sabía que se había equivocado una vez más pero ni siquiera podía mantener la cabeza en la tierra cuando su novio se encontraba en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerta. Únicamente dormía unas escasas horas en la noche y se alimentaba con los alimentos de extraña calidad que encontraba en oferta cada viernes.

Sabía que iba a ser despedida.  Esa misma semana había perdido el trabajo matutino que tenía en un centro comercial. Al igual que había perdido el trabajo de medio tiempo que tenía en una gasolinera, cobrando por lo consumido.

Cada uno de los trabajos que había tenido desde que su Jasón había enfermado, los había perdido. No porque fuera una mala empleada, sino que su cabeza no podía concentrarse ni una sola vez.

—¿Qué es lo que está sucediendo?—preguntó una voz masculina a las espaldas de Lisa, empujándola al momento de acercarse a ellas.— ¿Nuevamente lo arruinaste Lisa?—soltó el hombre.

—Jefe, puedo explicarlo— respondió Lisa, obligándose a abrir los ojos— puedo explicarlo.

—¿Cómo vas a explicar esto?—preguntó el hombre, negando con fuerza.

—¡Ella ha hecho un desastre con mi vestido!— soltó la ruidosa rubia.

—Y tu casi me arrancas un ojo.

—Como sea...estás despedida, Lisa— soltó el jefe.

Lisa asintió. Para nada sorprendida, sabía que eso iba a suceder. Para ella que ya había perdido como un millón de trabajos en tan solo unos meses, perder uno más ya no le molestaba tanto como antes.

Únicamente tenía que encargarse de las deudas bancarias, los seguros médicos y los costosos tratamientos que Jasón necesitaba.

Sabía que podía con todo, tan solo necesitaba encontrar una manera de pagar cada una de las cuentas que le caían encima.

—Le conté mi situación y aun así ha decido correrme por algo que se puede solucionar—dijo Lisa, señalando el vestido rosa de la chica— solo recuerde que el mundo da muchas vueltas y puede que en esos momentos me encuentre en el suelo...pero no lo será por mucho tiempo, Rick. —soltó antes de sonreír y retroceder unos cuantos pasos.

—¿Me estás amenazando?—preguntó Rick, abriendo la boca con una profunda sorpresa.

Lisa suspiró por un momento, sintiendo como todas las miradas del restaurante se encontraban sobre ella.

—¿Cómo podría amenazarlo?—preguntó— únicamente le digo que se cuide del karma— susurró al mismo tiempo que se quitaba el mandil negro y lo lanzaba al suelo para finalmente irse de aquel lugar.

—¡Lisa!— gritó el hombre al verla irse. Limpiándose los residuos de café que le habían quedado en el rostro.

El aire fresco golpeó su rostro al salir del reconocido café. Sintiéndose unos cuantos segundos perdida mientras observaba la transitada calle principal de la ciudad. En realidad no sabía qué hacer, únicamente se encontraba ahí, parada sin algún rumbo. Sabiendo que no podría recibir ni un dólar de parte de Rick.

Durante unas cuantas semanas había recibido el salario de la cafetería y con eso había logrado pagar los medicamentos de Jasón por un tiempo pero ya no podía hacerlo.

Por un momento metió las manos en los bolsillos de su pantalón, sacando el pequeño monedero de cuero que le habían regalado en el último cumpleaños que había celebrado en el orfanato. 

Tan solo pudo encontrar un billete de dos dólares dentro de él, un billete que había guardado por meses en aquel monedero porque según ella, tener un billete de dos dólares era de la suerte. Únicamente porque eran poco transitados.

—Suficiente para pagar el metro—susurró antes de correr con fuerza hacia las escaleras del metro. Decidida a pedirle un poco de dinero a Sol.

***

Sol solía vivir en unos pequeños departamentos que se encontraban a las afueras de la ciudad, eran baratos y pequeños pero a pesar de ello, terminaban siendo lindos.

Y aunque al inicio se habían prometido vivir juntas, como buenas amigas, al final Lisa se había ido a un departamento más grande con Jasón.

Los pasos de Lisa lograban que la madera del pasillo tronara con suavidad cada vez que pasaba por el lugar. Buscando el número “256” en la puerta guinda del pasillo.

—¿Cómo es posible que me pierda cada vez que venga?— se preguntó antes de detenerse frente al vitral. Percatándose del error que nuevamente había cometido. Se había equivocado de edificio.

Molesta caminó hacia el elevador y se dirigió al edificio que se encontraba al lado.

Unos cuantos minutos más tarde, se encontró con Sol abriendo la puerta.

—¡Lisa!—soltó ella con emoción, sonriendo mientras hacia un espacio para que Lisa pudiera entrar a su pequeño departamento— pasa, pasa.

Lisa por un momento titubeó, tomándose unos cuantos segundos para entrar al departamento. Volteando a ver por un momento las paredes rosas que antes solían ser grises.

—Remodelaste todo—susurró al ver que no había ningún mueble que pudiera recordad.

—Nick decidió darnos un bono por una gran venta de fármacos que tuvimos hace unos días. BYEXS ganó muchísimo dinero, es lo mínimo que pudo hacer por nosotros. Quedó lindo, ¿No?—preguntó con una gran sonrisa en el rostro.

—Demasiado rosa como tú...—soltó Lisa antes de reír ampliamente, sintiendo como Sol se enfocaba en las manchas de café que había sobre su ropa.

—¿Qué te ha pasado?—preguntó Sol al mismo tiempo que se recogía el cabello negro en una alta coleta de caballo.

—Me corrieron del trabajo.

—¡No puede ser, Lisa, era el único trabajo que te quedaba!—gritó— ¿Cómo le harás con tus gastos?

—De hecho...sobre eso quería hablar contigo...–susurró. Observando el rostro de Sol mientras se pasaba las manos por su rostro. —Necesito un poco de dinero— susurró, sintiéndose totalmente avergonzada por lo que acababa de decirle— sé que no ganas una millonada pero...

—Ven, vamos a sentarnos— pidió Sol.

Ambas caminaron en completo silencio hacia el sofá de color blanco. Mirándose la una a la otra por un momento mientras Lisa ordenaba en su cabeza las palabras que pensaba decir.

—Dime.

—La verdad es que estoy volviéndome loca, ni siquiera con tres trabajos logro llegar a fin de mes. Las cuentas siguen creciendo y cada día termino por ver más números en las cuentas. Me he quedado sin empleo y no sé cómo lograré pagar la renta del departamento...es por ello que pensé en pedirte un poco de dinero— soltó Lisa. Hablando con rapidez, como si le estuvieran vendiendo los segundos en los que hablaba.

—¿Cuánto necesitas?— preguntó Sol, mordisqueándose el labio.

Sabiendo que no tenía demasiado dinero.

—No lo sé....—susurró Lisa, bajando el rostro. Avergonzada de tener que pedir dinero por primera vez en su vida— ¿Cuatro?

—¿Cuatro mil dólares?—preguntó Sol antes de negar.— lo siento. Lisa, ni siquiera tengo esa cantidad en mi cuenta bancaria. Puedo ofrecerte mi departamento, quedarte a vivir conmigo en lo que consigues algo nuevo...un poco de estabilidad económica.

En realidad Lisa se sentía humillada ante la situación. Detestaba tener que contar con únicamente un dólar para sobrevivir. Detestaba ni siquiera poder permanecer en un trabajo estable, todo por su falta de concentración.

—Sabes—soltó Sol— acabo de recordar que en BYEXS están contratando. La semana pasada renunció la recepcionista... tal vez yo pueda conseguirte una entrevista, pero el problema es que Nick hace las entrevistas.

—Oh...

Simplemente detestaba a Nick Clark. Había visto un millón de veces a través de la televisión como amaba jugar con las mujeres, divertirse con ellas como si fueran un juguete que podía comprar en cualquier tienda.

—Sé que es un mujeriego y que puede ser bastante incomodo pero...

—¿Es muy difícil de complacer?—preguntó de repente Lisa, interrumpiendo a Sol.

—En realidad solo tienes que ser bonita y por suerte eres hermosa— respondió Sol antes de reír.

Lisa asintió con una pequeña sonrisa, decidida a hacer todo lo que estuviera en sus manos para conseguir los medicamentos de Jasón.

—Haré todo lo que este en mis manos para conseguir el dinero. Incluso si tengo que robar...conseguiré el dinero para Jasón. Seducir a un billonario por unos cuantos minutos no será ningún problema—soltó antes de reír.

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