CAPÍTULO 4 –Lo que sea por ti

Con el paso de los días, nada cambio en lo absoluto, por mas que he intentado ganarme su afecto, nada ha funcionado, ni las cenas y mucho menos parece complacido en la cama, me trata como si fuera una zorra las veces que ha estado conmigo, no me toca y mucho menos me mira, al terminar se va y no regresa a la mañana siguiente, lo único que puedo hacer es observar y guardar silencio, he tratado cada día de llamar su atención pero el me evade y termina diciéndome cosas que incluso a mi me desagrada repetir

Me di cuenta que ni si quiera sus padres son capaces de controlarlo, o de que al menos se quede en la casa, o tal vez ellos no hacen o dicen nada ya que seguramente también le temen a su hijo, o, no quieren ayudarme, tantas posibilidades que pasan por mi cabeza y probablemente todas vayan a una misma conclusión.

Me desagrada tanto este tipo de vida, pero, aun soy tan tonta que sigo creyendo que a cambiar y dejara a un lado ese comportamiento si tal vez le diera un hijo, pero he comenzado a preocuparme ya que ha pasado dos meses y siento que mis esfuerzos no son lo suficientes porque aun no logro embarazarme

—¿Todo bien querida Megan?

—Si, todo bien señora Ross. ¿y su esposo?

—Aun sigue dormido, la temperatura aun no baja, pero ya el medico vino a verlo. ¿y mi hijo no ha llegado?

—No, pero no tarda en llegar.

Los días eran horribles en este lugar, era como si yo no existiera para él, ni siquiera come con nosotros porque yo estoy presente, por lo que después de darme cuenta que era yo la del problema, le dije que no estaría presente a la hora de comer pero que al menos, acompañara a sus padres

Una hora después de mi conversación corta con mi suegra, ella es amable pero ya se mantiene alejada de mi relación con su hijo desde lo sucedido de aquella noche en la que ellos llegaron junto a Leo

            «Seguramente el tuvo algo que ver en su alejamiento»

Pero supongo que es mejor contar con su apoyo a no contar con nadie en este lugar que cada dia que pasa se vuelve más sombrío y doloroso.

—Buenos días. —dije al verlo entrar —¿Quieres algo de… —Había algo diferente en el, sus mejillas estaban rojas, quise tocar su rostro, pero el golpeó mi mano para que no lo hiciera. —Solo quería ver si estas enfermo.

—No necesito nada nada de ti, espera. Si hay algo que quiero de ti, déjame en paz. Lárgate de mi vida que no te soporto, entiendes eso ¿o te lo explico en otro idioma?

—¿Por qué me sigues tratando con indiferencia cuando lo único que quiero es ser una esposa amable, …

Me ignora y se marcha dejándome con la palabra en la boca, mi corazón se encogía lentamente mientras observo como sube cada escalón hasta desaparecer. Me abrazo a mi misma mientras oculto mi dolor cuando veo a una de las empleadas verme con demasiada atención, ocultar el dolor es lo mejor que puedo hacer por ahora

La incertidumbre me estaba matando así que esperé hasta que se quedara dormido, cuando vi que lo estaba, entré y me acerque a el para saber si había algo diferente en él, cuando toqué su rostro me preocupé a sentir que su temperatura era muy alta, ardía en fiebre así que fui en busca de una toalla y agua fría, al regresar a la habitación, lo vi sentado al borde de la cama, le dije que volviera a la cama, pero me lanzó una mirada asesina

—Es la última vez que tú…

De pronto Leo cayó sentado al suelo, corrí para ayudarlo y aunque se negó a aceptar mi ayuda, le dije que no podría ponerse de pie sin ayuda porque estaba enfermo y deshidratado, es más, estoy sorprendida de que haya podido conducir sin problema hasta aquí.

Cuando su madre se dio cuenta que su hijo estaba enfermo, vino enseguida a verlo, se encontraba despierto observando el techo mientras yo me encargo de sus cuidados mientras se recupera, pero él no decía ni una palabra, se mantenía en silencio y como siempre, evita verme a los ojos, me quedé quieta por unos instantes mientras observo sus labios.

            «La ultima vez que me besó, fue en nuestra boda»

Desde entonces no he recibido ninguna muestra de afecto de su parte, solo miradas de desprecio e insultos que me ha partido el alma en mil pedazos, pero, debo intentarlo, se que puedo recuperar al chico dulce que conocí aquella tarde

—Deja de pensar tanto las cosas. —después de mucho ha vuelto a verme a los ojos —Continua.

Sentí tanta felicidad cuando me pidió continuar, pensé que me diría que me fuera y que lo dejara solo, pero fue todo lo contrario. Al parecer estos dos meses al fin surtieron frutos porque el jamás me había pedido algo.

—Me alegra saber que has aceptado que te cuide. —esperé que respondiera, pero no lo hizo —Aunque no me aceptes, seguiré a tu lado, siempre.

Cuando pasó una semana noté que Leo ya no tenia temperatura, estaba saliendo de la habitación recibí una llamada, al ver que era de un numero desconocido respondí. Era una mujer y decía que era del hospital central, no entendía porque me llamaban de ahí hasta que me preguntó si yo era familiar de Bernardo de la fuentes, la noticia me cayó como valde de agua fría al escuchar que mi padre, había sufrido un accidente.

Entré de golpe a la habitación y me cambie de ropa, tenia tanta prisa por ir con mi padre al hospital que ni siquiera le presté la más mínima atención a los llamados de Leo, que de pronto ya lo tenía tomándome del brazo

—¿A dónde crees que vas?

—Suéltame que tengo que irme, es urgente por favor.

—Nada es mas importante que tu esposo, así que ve por mi ropa limpia.

—No. Hazlo tú, te sientes mejor así que puedes hacerlo, y si hay alguien mas importante que tú, mi padre.

Sali de la habitación y cuando estaba por tomar el taxi que había pedido, me tomaron del brazo, cuando vi que era Leo, le dije que me dejara ir, pero me alejo del taxi, le pago y luego le ordeno marcharse, desconcertada le grité por lo que había hecho pero mi voz se silencia cuando veo que me ordena subir a su auto, aun confundida lo observo ignorando su orden.

Me tomó del brazo y me subió al auto bruscamente, después de preguntarme si íbamos hacia la casa de su padre, le dije que lo que había pasado, al llegar al hospital entré corriendo y al encontrarme con una enfermera pregunté por mi padre.

—¿Es pariente del señor de la fuentes? —asentí respondiendo que era su hija —Venga conmigo.

—¿Qué? ¿A dónde?

Ella me explica que mis padres tuvieron un accidente, así que deduje que mi madrastra estaba con el como siempre, pero por suerte ella se encontraba estable pero el que no corrió con la misma suerte, fue mi padre.

Mi corazón se encoge lenta y dolorosamente mientras observo a mi padre con una maquina para poder respirar, le pregunté que es lo que había pasado y ella me explica lo mismo que le dijeron los policías, mi padre no traía puesto el cinturón de seguridad en el momento del choque y mi madrastra si, el salió volando del vehículo y su cabeza recibió un golpe casi letal en su cabeza que lo dejó en estado de coma

Me aferro a la mano de mi padre mientras recuerdo la ultima vez que lo vi que fue en el día de mi boda. De pronto sentí una mano tomarme de la cintura como una especie de consuelo, al ver que era Leo, me quebré en llanto, la enfermera nos observa, lo puedo sentir y cuando escuché la voz de m hermana, sentí que Leo se alejó de mi y contuvo a mi hermana, ella estaba rabiosa y alega diciendo que esto era mi culpa, algo que me pareció tonto porque yo tenia dos meses de no ver a mi padre

Ella se aferra a mi esposo y el la consuela abrazándola, definitivamente sentí celos porque parecían demasiado cercanos, como si ellos fueran la pareja de matrimonio y que yo solo hago mal tercio

—No necesitas abrazarla de esa forma —murmuro molesta

—Yo hago lo que se me da la gana, además, esta demás tu escenita de celos. Es tu hermana, también está sufriendo.

Como puede apoyarla cuando soy yo la que mas esta sufriendo, Emilia solo ha sido un dolor de cabeza para mi padre, y ella solo pasaba repitiendo a sus espaldas que deseaba con ansias el día en que el falleciera

—Soy tu esposa Leo, es a mí a quien deberías estar consolando, mi padre me quería más a mí y..

—¿Y todavía tienes el descaro de decirlo en voz alta?

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