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-¡Despierta loba dormida! -Siento que me sacuden- ¿Vas a quedarte ahí todo el día?

- Hummm, no quiero despertarme - Me doy la vuelta en la cama y siento que me duele el cuerpo - ¡Vete! - Ordeno con voz somnolienta.

-No te levantes, ya son las tres y media de la tarde. - Se pone la mano sobre la boca - "Lina, ¿qué ha pasado?

  ¡Mierda! Me olvidé de vestirme hoy temprano. Me olvidé de vestirme hoy temprano, y ahora ¿qué le voy a decir a Milly? Bueno, supongo que tendré que decirle la verdad, porque ella siempre sabe cuando miento y odia que lo haga.

  Es la única amiga que tengo en toda la manada, ya está transformada y es una hermosa omega, su pelo es dorado y sus ojos marrones oscuros, su personalidad es dulce y ardiente cuando se enoja, pero esto rara vez sucede. Su nombre de loba es Lilica, está muy enfadada por las injusticias cometidas contra los omegas y también es muy divertida. Milly es seis años mayor que yo y ya no necesita ir a la academia, sin embargo, ella al igual que yo aún no está con su pareja; parece que no soy la única excepción del amor entre lobos.

-Me ganaron los de sangre azul- me vuelvo a esconder bajo el edredón.

- Por qué te han hecho esto? -pregunta, sentándose a mi lado en la cama y alisándome el pelo-.

- Porque en el entrenamiento, no sé de dónde saqué coraje y fuerza, me cuestiono hasta hoy, pero terminé derrotando a Melanie, y ella con su grupo me ajustó las cuentas.

-¡Van a pagar! ¿Quiénes se creen que son? ¡Arg! Déjame poner mis manos en esos hijos de puta.

-Déjalo. Ellos son sangre azul y nosotros sólo omegas. -Estoy triste. La realidad es muy mala.

- ¡Esto no es justo! - cruzas los brazos a la altura del pecho y resoplas.

-Yo también lo creo, pero no podemos hacer nada para cambiarlo.

-¡Eso es, Agr! Voy a buscar la caja de primeros auxilios y algo de ropa para ti", se levanta y va al lavabo del baño, coge la caja, va al armario y saca un sencillo vestido floreado. - Vamos a ocuparnos de sus lesiones.

  Después de ocuparse de todas mis heridas, Milly me ayuda a ponerme el vestido y también la ropa interior, sólo la parte inferior. No podía levantarme de la cama porque estaba muy débil y Milly me hizo el almuerzo y comí tumbada. Milly me ayudó diciéndole al entrenador que estaba enfermo y que por eso no me presentaba a los entrenamientos ni a las clases extras.

  Por estar físicamente destruida, Milly vino a vivir conmigo, y tengo que admitir que no es tan malo tener gente viviendo con nosotros. Los días dentro de esta habitación son todos iguales, todos aburridos, monótonos entre otros adjetivos.  Todos los días Milly me trae el café, la merienda, el almuerzo, la comida y la cena, todos los días me baña y me lleva al baño para hacer mis necesidades y mi higiene personal.

→ Dos semanas después:

  Humm, qué bien poder levantarme de esta cama que antes era mi lugar favorito de la casa y ahora es el lugar en el que menos quiero estar.  Dos semanas de descanso, ese es el tiempo que he tenido que pasar encerrado en esa cama, dos semanas sin saber lo que es ver la luz del sol salvo a través de la ventana de mi habitación, dos semanas necesitando ayuda hasta para hacer mis necesidades básicas.

  Aaaah, ¡qué bueno es ser libre, ser independiente, poder ir al baño solo!

 

  Es una pena que todavía no pueda quitarme la escayola, porque después de esa paliza mi pierna empeoró.

-Milly, quiero salir de esta casa -digo sentándome en el banco- Hace mucho tiempo que no salgo.

-Me parece bien, estás prácticamente curada, sólo te falta la pierna.

-Pero se curará pronto.

- ¡Estoy seguro de que así será! - Milly me da un plato con mi desayuno.

  Después de comer, voy al baño y hago todo el proceso de arreglarme, me pongo unos vaqueros negros, una camiseta de tirantes negra y mi chaqueta de cuero negra, me pongo mi all star negro, me trenzo el pelo y ya estoy lista para ir al gimnasio.

    También me preparo psicológicamente para volver a ver a los de sangre azul y ser el hazmerreír de todos los presentes. Como mi casa está lejos del gimnasio, todas las mañanas tengo que salir temprano, y por la hora casi no hay nadie en la calle que se burle de mi cara, y eso lo agradezco.

  El camino al gimnasio es tranquilo, los rayos de sol nacientes que golpean mi piel son cálidos y agradables de sentir. El suave viento de la mañana que agita las negras hebras de mi pelo me da esa querida sensación de libertad.

Cuando entro en la academia la primera persona que veo es Lukky, que está en la parte de atrás hablando con Dayla y por las expresiones de sus caras el tema es muy serio, me desido esperar a que terminen la conversación, me quedo apoyado en la pared del pasillo que nos lleva a la habitación. Cuando terminan su conversación el entrenador mira hacia atrás y al verme abre una amplia sonrisa y viene en mi dirección, me da dos besos en la mejilla y me abraza con fuerza.

-Me faltaba mi mejor alumna -dice, soltándome de su abrazo.

- ¿De verdad?", pregunto con desenfreno, "es bueno relajarse un poco - Me faltaba ser el saco de boxeo de los lobos de sangre azul y de los otros omegas que ya se han transformado... -Intento no reír ante la cara de irritación que puso el entrenador.

-¡No! Me faltaba mi alumno más aplicado en el aprendizaje incluso sufriendo lo que hay que sufrir por no haberse transformado todavía.

  No nos decimos nada más, no es sano irritar a Lukky, pero es que a veces no puedo resistirme, y así pasamos a la sala de entrenamiento. El entrenador va a resolver una pelea que está ocurriendo entre dos omegas, no le doy importancia.  Al entrar más en la sala veo la clase de los sangres azules, metidos a lo bestia en mi opinión, los mismos me miran y sonríen soltando besos al aire dirigidos a mí.

   Melanie sale de su clase y camina, tratando de desfilar y lucirse con los pedacitos de tela a los que llama ropa que apenas le cubren el culo y su exagerado maquillaje, hacia mí.

-Veo que la zorra ya está mejor -me mira Melanie-, espero que hayas aprendido la lección, zorra omega.

  Me da la espalda y gira el culo para que quien quiera mirar no tenga que bajar la cabeza para ver lo que hay debajo de la falda.  No es que siga mirando su culo, pero es imposible no darse cuenta cuando no hace ningún esfuerzo por taparlo.

  Comienza la clase, primero el entrenador da la parte teórica, habla de nuestra capacidad de olfato y escucha aguda. En la parte práctica ordena a los alumnos que se transformen en lobos para poner a prueba sus habilidades. En ese momento oigo varias bromas de muy mal gusto sobre mí por no haberme transformado todavía, pero intento ignorarlas.

  Después de ver a todos transformados en uno fuerte, ¡no! Un fuerte es poco, un dolor tan insoportable que no tengo palabras para describirlo golpeó mi cabeza, haciéndome doblar las rodillas en el suelo y gritar como un loco. Siento que mi piel arde, mi visión se nubla por mis lágrimas de sufrimiento, me duele la garganta por mis fuertes y agudos gritos, siento y oigo mis huesos romperse en varios pedazos haciéndome gritar aún más fuerte.

  Por un momento todo queda en silencio.

-Soy Luna -dice alguien pero no sé quién es.

  Trato de enfocar mi visión en una imagen frente a mí y poco a poco puedo ver la beta del supremo que me mira. De nuevo siento que mi piel arde como si le echaran agua hirviendo. Siento que algo me perfora las mejillas y pronto me doy cuenta de que lo que antes eran mis uñas ahora son garras súper afiladas, rápidamente saco la mano y veo que rápidamente crecen pelos blancos en ellas.

  Lo que antes era silencio ahora son sonidos estridentes y muy molestos de escuchar. Oigo rechinar mis huesos y un terrible dolor me consume con varios gritos de desesperación. Sin pensarlo me pongo de pie y miro a mi alrededor, nada puedo ver por el dolor extremo que siento.

  Cuando todo vuelve a quedar en silencio y puedo visualizar a los lobos que me rodean los veo a todos doblados ante mí, hasta que beta se dobla incluso sin estar en su forma de lobo.

  ¿Por qué se inclinan ante mí? Soy una simple omega.

-¡No! ¡No lo soy! -Escucho la misma voz que antes.

    Me dirijo a la pared con un espejo en la habitación y me veo transformado. Soy muy grande para ser una simple omega, tanto que casi le doy tres al lobo de Melanie el futuro alfa de la manada. Mi pelo es blanco como la nieve, mis ojos son tan azules que parecen estrellas fugaces.

  ¿Cómo puede un simple omega tener tal forma física?

-Te he dicho que no soy un omega -me dijo la misma voz enfadada-.

-¿Quién eres?

-Te dije que soy Luna, tu lobo.

-Caramba, pensé que eras un fantasma.

-¡Quiero salir!

-¿Me detienes? -Pregunto irónicamente. -Estás libre.

-Bueno.

  Después de esta palabrita ya no veo nada, parece que la luna me ha dormido.

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