Escala por la "H"

Eran casi las nueve, estaba escondida en el baño de mujeres porque no quería que nadie se diera cuenta que yo seguía aquí, me fui corriendo para fingir que estaba por irme, luego volví y aquí me quede, estoy mirando el mismo foco desde hace un rato, me duele el estómago de los nervios.

—No entiendo… ¿Por qué me pidió eso? — me preguntaba constantemente

Suspire y tome mis cosas, me cambiaba la ropa siempre al terminar de trabajar, asi que en este momento estoy vistiendo unos jeans azules y una camisa blanca de tirantes, hace demasiado calor en esta temporada, mas de lo usual asi que quería algo fresco.

Al cinco para las nueve salí de mi muy elaborado escondite, me acomode mejor el cabello sobre un hombro, mire para todos lados, ya no había nadie, asi que me encamine a la entrada principal, no sabía dónde vería a Howl asi que solo seguí mi intuición.

Estaba ahí de pie mirando por si alguien se acercaba, ya era la hora acordada, me puse mas nerviosa, de pronto un auto se estaciono frente a mí, la ventanilla bajo, era Howl.

—Sube — me dijo abriendo la puerta

—No me va a secuestrar, ¿verdad? — pregunte antes de subir

—No, no lo hare — respondió con gracia

Me adentré en el auto, pude notar que me veía diferente, debe ser porque es la primera vez que me ve sin el uniforme de la cocina, no me incomodo su mirada, lo admito, me gusto la forma en que recorrió mi cuerpo con sus bellos ojos azules.

—¿A dónde quiere ir?

—¿A dónde vas cuando te sientes estresada? — pregunto de pronto.

—Me gusta ir al cartel de Hollywood — respondí a lo que él alzo una ceja

—¿Al cartel?

—Si, tiene una gran vista — afirme

—Llévanos ahí — le pidió a su chofer.

Sin duda esta situación cada vez se ponía más rara para mí, no entendía nada de esto, quería preguntar muchas cosas, pero ni siquiera tenía la más mínima idea de por dónde empezar, solo podía verlo de reojo varias veces, se notaba cansado, incluso me atrevo a decir que agobiado, ahí fue donde pensé que debía ser muy estresante el trabajo de él, tener que llevar el control de tantas empresas le quitaría el sueño a cualquiera, él no era mas que un humano, con mucho peso sobre sus hombros, debía relajarse de vez en cuando.

—¿Por qué me pidió verlo? — pregunte por fin

—Eres divertida — respondió mirando por la ventana—, no conozco mucha gente divertida

—Apenas me conoció ayer— ladee un poco la cabeza— ¿No tiene amigos?

—No muchos, estoy solo la mayor parte del tiempo — volteo a verme—, quería hacer algo diferente hoy, mi diversión suele ser ir al club, pero hoy no quería eso, supuse que conocerías lugares divertidos.

—Debió decirme eso antes, ahora siento que le aburrirá el cartel — hice un leve puchero.

—Ya veremos — él sonrio y toco mi labio

Me puse roja por completo, solo toco mi labio y yo me puse roja como un tomate, tuve que desviar la vista de manera rápida porque no quería que se diera cuenta, la ventaja es que estaba oscuro asi que eso oculto un poco mi color, igualmente él lanzo una risa baja al aire, tal vez si se dio cuenta, pero fue demasiado amable como para decir algo.

Cuando llegamos, el auto aparco en el mirador, no había un camino hecho para que el auto bajara a la zona del cartel, debíamos caminar, él miro el sendero de tierra con un gran disgusto.

—Ahora si luce como un niño rico que jamás se ensucia — dije divertida

—¿Es muy largo el camino?

—No tanto — me encamine al sendero— Vamos.

Exclame sonriente adentrándome al lugar, él fue detrás de mi luego de sacarse el saco y el chaleco, supongo que quería verse como “hombre de acción”, fue demasiado gracioso escuchar como se quejaba en todo el camino, que si las piedras, que si el polvo, que si el sonido de los animales. Por fin cuando llegamos fue que dejo de quejarse.

—Imaginaba algo mas bonito — dijo mirándome con molestia

—Es que hay que subir — señale las escaleras junto a la gran H

—¡¿Estás loca?!

—Vamos, no sea miedoso— Comencé a subir entre risas—, somos jóvenes, no tenemos que perder.

—¡Baja de ahí! — decía desde abajo— Vas a caerte

—He hecho esto miles de veces, si te da tanto miedo, espera abajo — una vez llegue arriba le mire burlona.

—¡Ya verás!

El hombre se remango la camisa subiendo tan rápido como pudo, se miraba decidido a hacerme bajar, pero una vez llego conmigo me encontró sentada con mis pies colgando, miro la gran vista de la ciudad, abrió la boca por la sorpresa, se acerco para sentarse a mi lado, toda la rabia se le fue.

—Tenías razón — dijo con una voz más tranquila.

—Te lo dije — volteé a verlo—, es la mejor vista de la ciudad.

—Y es un lugar tranquilo, el aire se siente diferente.

Nuestras miradas se encontraron, nos vimos directamente a los ojos, la atmosfera se tornó extrañamente romántica entre nosotros, con las luces de la ciudad frente a nosotros, pude sentir su respiración muy cerca de la mía, aunque el silencio reinaba, nuestros ojos parecían comunicarse, se acerco pasando su mano por mi hombro pasando mi cabello hacia atrás.

Me beso.

Fue algo lento, para que nuestros labios se conocieran, se amoldaran los unos con los otros, cerré los ojos disfrutando del sabor que los suyos emanaban, su mano bajo por mi brazo acariciándolo, lentamente nos separamos para volver a vernos en silencio.

—Señorita — me llamo—, eres hermosa

—No juegues conmigo — dije de pronto

—No lo hare — me respondió mirándome a los ojos

Volvimos a besarnos, fue por poco tiempo hasta que me separe para ponerme de pie, Howl me miro con curiosidad, le sonreía a la vez que caminaba hasta saltar de la H a la siguiente letra, pude escuchar una expresión de sorpresa saliendo de sus labios, entonces voltee a verlo con una amplia sonrisa.

—Ven, vamos a divertirnos más — dije extendiendo la mano.

Fue de inmediato detrás de mí, saltábamos de letra en letra hasta llegar a la ultima donde solo mire hacia abajo, sus brazos me rodearon al tomarme con fuerza en un abrazo.

—Eres muy aventurera — me dijo besando mi hombro.

—Asi se descubren cosas nuevas — declare.

—Tendrás que enseñarme mucho entonces — contesto—, yo soy muy aburrido, viviendo en mi burbuja de privilegios.

—Lo haré — respondí muy segura.

—No quiero escucharme como un personaje de telenovela, pero la verdad me gustaste desde que te vi— confeso de repente—, no conozco muchas mujeres que digan exactamente lo que piensan, además…me gusta mucho tu comida.

—No se que decir… — me apene.

—No tienes que decir nada por ahora, déjame demostrar que no estoy mintiendo, quiero conocerte más, saber de dónde vienes.

—Vivo en el Este de Los Ángeles, en Boyle Heights — comencé a decir—, es una población mayormente latina, seguramente ahí te verían muy raro con todos tus lujos.

—¿Alguno de tus padres es latino?

—Mi madre, ella es latina, ese barrio ha sido mi hogar toda mi vida.

—Quiero conocerlo la próxima vez que salgamos.

—Bien, te llevare a conocerlo cuando estes libre.

Volvió a besar mi hombro, estuvimos un rato mas admirando del paisaje hasta que decidimos bajar, era tarde y yo debía volver a casa, insistió en llevarme y no pude negarme, no había forma en que pudiera llegar a tiempo tan solo usando el tren, me daba algo de miedo que viera mi barrio, no porque me de vergüenza mi hogar, si no porque somos de mundos completamente diferentes, yo crecí entre pandillas latinas que me llevaban al colegio y me protegían porque mis hermanos son parte de ellos, él tenía sus guardaespaldas.

Lo miraba de reojo cuando entramos al Este de Los Ángeles, se veía fascinado por todo lo que se miraba afuera, supongo que es algo normal.

—Me gusta — dijo

—¿Qué?

—El ambiente, parece ser muy divertido — volteo a verme—, definitivamente quiero venir de dia

—Habrá una fiesta en unos días, en celebración del cinco de mayo ¿Quieres ir conmigo?

—¡Si!

Emití una risa ante su emoción, supongo que es algo muy nuevo para él, espero que le guste la manera de celebrar de los latinos.

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