La pérdida de un reino y una Fuga de Amantes: Sangre Traicionera II

Las palabras caen como piedras y siento una gran incomodidad, la personalidad de mi tío jamás fue de mi agrado. A veces suele tener un carácter muy agresivo y cada que viene de visita sólo trae problemas.

- ¿Se quedará mucho tiempo? - Le pregunto a nana.

- No lo sé mi niña... - La miro por el reflejo del espejo y siento que me oculta algo.

Algo no esta bien acá.

Debo hablar con mi padre.- Me digo.

Tocan la puerta y una cabellera roja aparece. Nana sonríe y hace una pequeña reverencia, la persona entra y nana sale cerrando la puerta tras de sí. Ella posa su cuerpo tras el mío con una bella sonrisa que diviso mediante el espejo y besa mi cabeza.

- Te ves preciosa hija.-

- Gracias Mamá.- Respondo devolviéndole la sonrisa.

Ella toma la tiara y la coloca en mi cabellera. Afina algunas partes del peinado y alejándose me incita a levantarme frente su presencia. Esta sonríe uniendo sus manos.

- Perfecta.- Me sonrojo.- Tu tío vendrá en un par de horas. Así que tienes el tiempo suficiente para desayunar, culminar los detalles en su bienvenida y hacer alguno de tus deberes.-

Dice al mismo que camina alrededor de mí. Trae un vestido verde esmeralda con mangas largas y su cabello semi-recogido. Observo el almendrado en sus ojos y sonrío. Mi madre es hermosa.

- ¿A qué viene mi tío? - Pregunto.

- Convocó una reunión con tu padre, no me dijo de qué tema hablarían.-

Tensa su mandíbula y por momentos su mirada se muestra perdida. Creo que me está mintiendo. Me acerco a ella con cautela y apenas toco su mano, ésta reacciona y sonríe hacia mí.

Pasaron unas tres o cuatro horas. En las que tuve que hablar con la asesora de papá para que me diera las actividades que se harían hoy con mi tío. Algo muy común que a pesar de siglos y milenios aún prevalece en lo que es la "Jerarquía" Leí sobre esto hace mucho tiempo en la gran biblioteca del palacio, miles de repisas con miles de libros. Tan viejos que la mayoría hay que tomarlos con guantes para evitar romper sus hojas, me sorprende que a pesar de todo lo que hemos pasado prevalezca algo tan hermoso, triste que ya ni exista.

Tras la guerra de las maquinas en el siglo 30 en la cual, sorprendentemente fueron los mismos humanos de aquella época quienes se asesinaban entre ellos mismos por tan avanzado descubrimiento, muchas cosas se perdieron. Luego la tecnología evolucionó a drones y todo tipo de seres que eran en parte máquinas de asesinar.

Actualmente en pleno siglo 70 eso de la tecnología ya es algo "Pasado" y casi obsoleto. Solamente se usan artilugios tecnológicos con la medicina y alguna que otra vez como medio de transporte. Del resto ¿Quién diría que nosotros o al menos mi raza, volvería a lo básico? De nuevo a la época de reyes, a la época donde existía la monarquía... A mi parecer creo que nunca debieron hacerlo a un lado.

Más aún así aquí estamos, o aquí estoy yo, para ser más específicos, en una tierra que desde el inicio de la vida a fluido con magia e inteligencia.

Volviendo a mis deberes, tuve que organizar bien los horarios en los cuáles mostraríamos a mi tío los ya típicos "Conceptos" de cómo recibir a un invitado. Ya sea: Un recorrido por las adquisiciones del palacio, actividades en que mostrábamos la cultura de nuestra nación, muestra de la gastronomía e incluso, momentos en los que yo debía mostrar mi educación tocando algún instrumento o hablando de alguna historia o la evolución.

Aburrido.

Me encontraba en el despacho de mamá coordinando con su asesora personal sobre "Cómo decorar el castillo" cuando escucho un par de voces a lo lejos.

- Alejandro y... ¿Papá? - Dije al mismo que me asomaba por la puerta del despacho y los veía a ambos charlar en el pasillo.

Recordé que papá había convocado a Alejandro para charlar con él pero... ¿De qué?

- Algo raro está pasando... - Susurré.

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