Capítulo 03 “Bruja irritable”

Danphe salió al balcón de su habitación en bata de dormir, la cual estaba abierta y dejando mostrar su lencería y su abdomen plano, lleva en su mano una botella de vodka y bebe del pico, aspira el aire fresco de la noche y mira la hermosa ciudad de las Vegas brillar ante la oscuridad, sonríe con gran entusiasmo al saber que todo lo que había planeado se está dando sin complicaciones, todo va a ella sin tener que esforzarse.

Se encuentra sorprendida de si misma por todo lo que ha logrado en todo este tiempo, estuvo años viviendo en la miseria y tolerando tanta violencia y tanta desgracia, que se preparó muy bien para lograr cada objetivo que se propusiera en el camino.

Danphe recordó algo importante, por lo que regresó a la habitación para ir por una carpeta, aquella contenía información sobre Mauricio, la tomó en sus manos y miró el contenido, leyó cada letra del informe para conocer sobre él, parpadeó cada instante que encontraba algo interesante, muchos millones, empresas importantes, un hombre casado y mejor aún, sin un pasado turbio, por un momento negó decepcionada, esperaba encontrarse con algo oscuro de él, pero no fue así, aunque no quería seguir en lo mismo, comenzaba a pensar que era mejor cazarlos y matarlos de una vez. Danphe suspiró y volvió a salir al balcón a reflexionar que debería hacer con él o para qué le podía servir, su estadía en el país decía que sería por un año estimado, año en el que ella podría usarlo para cualquier contingencia.

El hombre por un momento le resultó ser diferente, pero era casado y eso lo juzgaba; sin embargo, no se desacera de él, algo muy dentro de ella le grita que debe reservarlo para más adelante.

Bebió un trago de su botella y decidió que mejor era no involucrarse con más hombres, por más que el ruso le parecía atractivo, prefirió tomar la decisión de no salir con él y seguir su camino como va a hasta ahora, había un objetivo que lograr, y un hombre en su vida sería un distracción peligrosa.

Al cabo de unas tres horas Danphe se alistó para bajar al casino, siempre merodeaba el lugar para mirar que todo estuviera en orden, desde que está al mando muchas cosas han cambiado y mejorado, haciendo que los invitados del lugar se sientan cómodos. Al terminar de alistarte y lucir como una diosa, bajó hasta la sala de estar, el toque en la puerta principal captó su atención, mantuvo su vista fija y en espera de que abrieran la puerta para saber de quién se trata a estas horas. Danphe no tiene amistades ni nadie que la pueda visitar, por lo tanto le resultó extraño que alguien tocará su puerta.

—Buenas noches, señorita — Parpadeo y luego rodó la mirada — Como usted nunca fue a mí, entonces decidí venir a usted — Mauricio le tiende unas flores y ella aceptó para dejarla tirada en una mesa — ¡Wow! Pero que preciosa se encuentra está noche — halagó.

—Buenas noches — respondió ella con esa tonalidad de mujer indómita — No hace falta que me lo diga, mi espejo me lo hizo saber hace un momento atrás, así que sus palabras empalagosas están de más— negó a su comentario frío y seco.

—¿Ni siquiera por qué le he traído flores dejará de ser tan… hostil conmigo? — preguntó al momento de ofrecerle su brazo para que ella lo cruzase con el suyo, pero Danphe solo lo miró de pies a cabeza y paso por su lado con ese eje de infame.

—No, unas flores no representan nada para mí, cualquiera las puede obsequiar — Mauricio por dentro se moría de la rabia, nunca había conocido a una mujer tan presuntuosa como ella, su altanería y reproche es algo que lo irritaba.

—Yo no soy cualquiera, señorita, yo soy un hombre muy diferente, debería sentirse afortunada de tenerme aquí, en su pen-house — ella lo miró y uso ese toque de desdén.

—Para mí, todos son cualquier hombre hasta que me demuestren lo contrario, y el que traiga flores, lo hace igual a los demás, siempre es más de lo mismo, ninguno logra sorprenderme con algo distinto. Y al parecer como que van a la misma floristería — Gavrel por dentro se sintió molesto, la actitud engreída que tomó Danphe lo hacía irritarse más y más, sin embargo, recordó la razón de porque debe soportarla, eso hizo que tomará aire profundo y dejara a aún lado la idea de odiarla. Subió con ella al ascensor y ambos esperaron a que las puertas se cerrarán Para continuar hablando — Por cierto ¿Cómo supo donde encontrarme? Fue muy atrevido de su parte venir a mi pen — se mostró molesta pensando ya en despedir al que lo dejó subir si autorización, es un ascensor privado y solo ella y quien desee pueden usarlo.

—Mi interés en conocerla es muy amplio, razón por la cual averigüe su dirección, y muchas cosas más — Ella lo miró — Soy un hombre que siempre obtiene lo que quiere, señorita Danphe, sé que tuvo cuatro divorcios, no tiene hijos, huérfana de padre y madre, 29 años, con un doctorado en derecho, gran fortuna y tantas cosas más, es de carácter fuerte e imponente, le gusta llevar las riendas, le encanta ser quien dominé siempre — ella volteó su mirada a otro lado muy molesta.

—¿Investigó sobre mi vida? ¿Con qué permiso lo hizo? Es un atrevido irrespetuoso — Mauricio negó.

—¿Por qué tanto drama? Solo quería conocerla, y como usted no me lo iba a permitir averigüe por mi propia cuenta, tiene una vida interesante y veo que también dolorosa.

—Quiero que se largue de aquí, mandaré a sacar todas sus cosas — no disimuló no un poco la irá.

—¿Por qué? No me interesa su vida pasada, ni siquiera el que tuviera 4 divorcios y se quedará con todo el dinero, debió tener un motivo y lo respeto, no investigue más allá sobre sus divorcios porque no es de mi incumbencia ir más allá, lo único que puedo decir es que wow, fueron unos pobres idiotas que no supieron apreciar tanta belleza y perfección, soy fan de su carácter imponente, de sus reproches, de su soberbia y sarcasmo, no había conocido a nadie como usted, y ahora que la tengo frente a mí me encantaría que saliéramos fuera de este hotel y casino, una cena usted y yo solos en un restaurante lujoso, con un buen vino caro, velas aromáticas y una música instrumental suave, como le propuse hace dos noches — él detuvo el ascensor y la acorraló — ¿Qué dices, Danphe? Por cierto, tu nombre se pronuncia de maravilla, desde que lo supe no he dejado de mencionarlo— Mauricio no siguió su protocolo, así que siguió sus instintos e hizo lo que le prohibieron, darle a saber que sabe mucho sobre ella, pero jugó bien, le demostró que no tenía interés en conocer el porqué sus divorcios, usó ese punto a su favor y le dio a entender que respetaba sus decisiones del pasado. Pero aun así, no logró su objetivo, Danphe calló y pensó en lo que le había dicho, es la primera vez que un hombre no pregunta el motivo de sus divorcios, la mayoría lo hacían, pero él no.

—No puede salir con usted, entiéndalo— se negó a ir con él.

—¿Por qué? Hasta donde sé, no sale con nadie más — ella sonrió con malicia.

—Yo no, pero usted… sí, es un hombre casado ¿Recuerda? ¿O venir aquí se le olvidó? — es sarcástica.

—Veo que también investigó sobre mi vida — asintió.

—Exacto, debería darle vergüenza, pretender a una dama como yo cuando está casado, eso es repulsivo — lo miró de pies a cabeza y realizó gestos de repudio.

—Sí, estoy casado, de casualidad en su investigación no salió algo como… ¿Trámites de divorcio? Debería encontrar al alguien se sepa hacer un mejor trabajo — aclaró.

—No me fio de usted.

—¿Si no me da la oportunidad como confiará en mí?

—Insistes demasiado, eso te hace sospechoso.

—Insisto porque desde esa noche me has cautivado con tu belleza, pero sobre todo con tu inteligencia ¿A qué le temes, Danphe? ¿A mí, o a las cenas con desconocidos? — pegó su cuerpo de ella — Yo admito que le tengo un poco de miedo, esa mirada me causa escalofríos, es malintencionada y oscura, pero la verdad me encanta que sea así, me gusta controlar todo, pero por ti me dejaría controlar, nunca una mujer me había enloquecido tanto como lo haces tú, eres… distinta, sería fascinante mirar lo que puedes hacer conmigo, por ti me dejó someter, me sometería a tus pies con mucho gusto — susurró cerca de rostro.

—¿Tienes miedo de mí? — ella igual.

—Si — Mauricio la estudió tan bien que sabe lo mucho que a ella le gusta intimidar, demostrarle que sintió miedo de ella y que lo intimida es algo que a Danphe le agrada.

—¿A dónde me llevarías a cenar? — el ambiente entre ellos empezó a tornarse caluroso.

—Un restaurante que me encanta mucho, es ideal para nosotros dos, lo conocí hace pocos días — Mauricio se tomó el atrevimiento de pasear sus dedos por su pierna descubierta, ella acercó su rostro al del él y cerca de sus labios susurró.

—Aún no me terminas de convencer — él movió sus hombros, despreocupado.

—Terminarás cenando conmigo, sea hoy, o mañana, pero lo harás — hizo presión en su pierna sin lastimar y gimió — ¿Qué haces para ponerme así? — aspiro su aroma.

—¿Yo? Nada, no hago nada — Mauricio Aligero el nudo de su corbata.

—Eres orgullosa, difícil, pero me encanta que lo seas.

—No soy orgullosa, pero si soy difícil y diferente, si quieres una cena conmigo, tendrás que hacer algo más interesante para lograrlo, de lo contrario no saldré contigo — Mauricio se dio cuenta de que ella no es tan fácil de convencer, y los hombres que lo han logrado ha sido porque ella los buscó, se mostró seductora y es ahí donde ellos la persiguieron para tenerla, en este caso sucedió diferente, él hizo que ella llegara a él.

—No hay mujer que no terminé aceptando, si no aceptas, no saldremos de este ascensor, y si nos quedamos aquí no será para hablar, sabes cómo me encuentro, y como te sientes tú, apuesto que hay algo muy húmedo allí abajo — las respiraciones se volvieron intensas.

—¿Está poniéndome a elegir? Porque si es así haces muy, muy mal — lamió sus labios provocándolo.

—Si, me encantaría que eligiera el quedarnos encerrados, pero si decide por la cena igual me encantará — Danphe achicó sus ojos y posó sus manos en los hombros de Mauricio, se alzó un poco de puntitas y muy, muy cerca de sus labios respondió.

—Déjeme decirle una cosita muy pequeña, señor Pavlov, ni la cena, ni el quedarnos encerrados aquí sucederá, le sugiero un baño de agua fría para que esa cosa de allí abajo vuelve a su tamaño normal, este delicioso cuerpo no se obtiene tan fácil, sino ha logrado llevarme a cenar ¿Cree que podrá llevarme a la cama? — ella ahora es quien lo acorraló a él, posó su mano derecha en el bulto de abajo y acarició leve — Debo admitir que por encima parece poseer de buen tamaño, otra mujer comería con los ojos y se lanzaría al precipicio.

—¿Por qué no averigua mejor? Y así ve si cae al precipicio, o sube al cielo — Danphe sonrió de lado.

—Porque sería una lástima arriesgar tanto para conseguir poco, sería decepcionante, y yo odio decepcionarme, señor Pavlov— dio un apretón y luego posó un beso cerca de la comisura de sus labios — Siento mucho si lo ofendo, pero dudo de que sea bueno — le guiña un ojo y pulsa el botón para que el ascensor siga su curso, en cuanto las puertas se abrieron ella volteó a verlo, y está vez para decir algo que Mauricio tomaría como un reto — Debería esforzarse un poco más, porque no está avanzando nada, y tenerme a mí como mujer, no es una tarea fácil — le dio la espalda y caminó, pero él no se quedó en silencio y le hizo una pregunta que a ella la dejó boca abierta.

—¿Y usted? — se detuvo — ¿Se considera buena? Digo, exige calidad, pero quizás usted no la ofrezca — Danphe se irritó, eso lo vio como una gran ofensa — A mí tampoco me gusta decepcionarme; sin embargo, me estoy arriesgando con usted, podría estar perdiendo mi tiempo en una mujer que palabrea mucho — él también sale del ascensor y camina con paso determinado hacia ella — Creo que lo mejor es no insistir más ¿Sabe sobre este dicho? ¿Quién mucho habla, poco hace? Es algo que puede ir bien con usted. La veo altanera y arrogante, que por cierto me encanta que lo sea, pero estoy casi, casi seguro que podría decepcionarme, y si hay alguien quien odia la decepción, ese soy yo — Danphe al encontrarse en público se reservó sus palabras, por lo que lo señaló, y le respondió lo breve.

—Mañana saldremos a cenar, lo quiero a las siete esperando por mí, ni un minuto más ni un minuto menos — la hizo enfurecer, le molestó es que la ofendiera, Mauricio no tiene idea de lo que ella ha pasado, de lo mucho que le tocó y la obligaron a ser toda una experta en la cama para poder sobrevivir, Danphe por dentro moría de enojo, así que aceptó está vez con muchas ganas de salir a cenar, pero solo porque planea destruirlo como a todos.

—¿La he convencido? — ella negó.

—No, solo que quiero librarme de usted por el momento, tengo una reunión importante ahora y usted me consume mi valioso tiempo, no vemos para cena, el sacrificio de mañana será mi recompensa de hoy, que cosas ¿No? Debería ser al contrario. Lo veo mañana a las 7, señor, procure ser puntual, la puntualidad habla mucho de una persona — se marcha y Mauricio de inmediato saca su teléfono.

—Aceptó, encárguense de mi cena especial de mañana — colgó la llamada y la observó caminar por unos segundos hasta que sé que perdió de su vista —Bruja, eres una condenada bruja. Ahora entiendo por qué todos tus ex esposos te odian tanto, eres irritable Danphe, muy irritable. Voy a hacer que caigas rendida a mis pies, y cuando así sea te daré una lección. Sigue creyendo que harás conmigo lo mismo que con otros hiciste. Seré tu peor encuentro.

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