Mi guardaespaldas
Mi guardaespaldas
Por: Marisancar
Prologo

El Land Rover negro cruza las calles de Nueva York. Estoy sentada en el asiento del copiloto mientras hojeo la revista de moda y farándula que acaba de salir, y por fin logro encontrar el artículo que habla sobre mí.

Vamos a ver, ¿Qué se les ocurrió está vez sobre mí? Mis fotos cubren toda la página, reviso cada una de las fotos con crítica, intentando recordar cuando pudieron ser tomadas, algunas de esas fotos son de hace más de un año. Suelto una pequeña risa al leer el artículo.

—¿De qué te ríes? — Denny, quién va tras él volante inclina su cabeza hacia mí.

—Pon tus ojos sobre la vía — le ordeno.

Le tengo un miedo a conducir un coche, me da un poco de miedo la velocidad, hace unos tres años tuve un accidente, había sangre por todas partes… niego con la cabeza, ahuyentando esos dolorosos pensamientos.

Veo a mi novio apretando sus dedos en el volante.

—¿Vas a leer qué es lo que dice? — pregunta sin mirarme.

Me aclaro la garganta y empiezo a leer el artículo con la voz más irónica que puedo.

—Izzie Morgan, la hija del multimillonario Jeffrey Morgan tiene todo lo que quiere. Una familia rica, un hermano en la industria del modelaje y un guapo novio, sin embargo, la chica rica asiste a una escuela pública, dónde claramente sobresale por su riqueza entre el resto de los alumnos, como corresponde a la hija de un millonario que solo sabe malcriar y mimar a su hija. Izzie no tiene planes de dedicarse a ninguna profesión en el futuro cercano, por lo que seguirá dependiendo del dinero se sus padres. — furiosa, enrollo el periódico.

—Idiotas — gruñe Denny — creen que juzgando y hablando de otros conseguirán fama.

El auto se detiene frente a la mansión de mi padre. Miro el cabello oscuro de mi novio y no puedo evitar pasar mis dedos por él. Coloca su cálida mano en mi cuello y hunde sus labios en los míos. Cierro mis ojos. ¡Que dure este momento! Cuando Denny se aleja, gimo de disgusto.

—Estaré aquí después de las siete mañana — dice, y me da un rápido beso de despedida.

Agarro mi bolso y salgo del auto, escribo un código de ocho dígitos y la puerta se abre lentamente, permitiéndome entrar a la propiedad. Lanzo el periódico a un basurero grande, maldigo al autor del artículo en voz baja y entro a la casa.

¿Podría ser peor este día?

Si quizas.

Escucho mi nombre desde que entré en la casa, sin quitarme los zapatos, entro a la sala donde está sentada toda mi familia, acompañada de un chico guapo. No me sonrojo ni lo miro fijamente como lo hacen las chicas. He tenido contacto con muchos hombres guapos en mi vida y no me siento nada avergonzada por la presencia de un visitante. Alex como corresponde a un hermano mayor, me sonríe agresivamente y me saca la lengua. No entiendo muy bien lo que quiere decir hasta que mi papá dice.

—Izzie, me gustaría presentarte a tu nuevo guardaespaldas — señala al chico sentado en el sillón.

Miro a todos con ojos extremadamente abiertos, esperando que esto sea solo una broma estúpida. Pero nadie sonríe.

El chico se levanta del sillón, camina hacia mí y recién ahora me doy cuenta de lo alto que es. Con mis míseros 165 centímetros, me siento como una pequeña hormiga a su lado, quizás él mide 187. Está todo vestido de negro.

—Dereck — extiende su mano y la tomo como algo de cordialidad, su comportamiento escupe formalidad por todas partes.

—Dereck estará contigo todo el tiempo, en la escuela, en la ciudad, en la casa — declara mi padre con seriedad.

No puedo creer lo que acabo de escuchar, ¿Acaso será una especie de detective que estará contando todo sobre mí a mi familia?, Miro a Dereck con disgusto, sus ojos solo reflejan desafío. ¿Le parezco débil? Oh no, no soy de las chicas que lloran en los rincones, le enseñaré mi carácter, estoy segura de que después de una semana le rogará a mi padre que lo despida.

Pataleo furiosa y me dirijo hacia mi habitación, Dereck me sigue, como si de ahora en adelante fuera mi propia sombra.

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