Enseñanza #4: El diario de Nick

 Pov Nick 

    Un meses atrás.    

Polonia 2020

Desde que puse un pies en esto que los humanos llaman apartamento mi aventura comenzó, ya que soy un robot no siento ningún tipo de expectativa o emoción a como suelen llamar. Mi creador el señor Lores y padre de mis otros hermanos nos dijo que necesitábamos entenderlo si queríamos convivir con ellos. Me pareció interesante ya que siempre me he considerado una ¿Persona? curiosa, todo lo contrario a los otros prototipo; Lex era un poco más alto que yo y de cabello platinado. el siempre ponia los ojos al revés cada vez que nuestro creador hablaba de sus planes, hasta en dos ocasiones mencionó que le desagradaba la idea de trabajar con los humanos. Y el más pequeño Rick era más calmo asi que nunca se separaba de nuestro creador. El señor Lores era muy extraño creó que era quizas más extraño que nosotros. Un día estaba leyendo unos informes de el cuándo vi un papel llamado: Foto, en donde salía el, una humana hembra y una niña sonriendo.

— Ellas son mi familia. — Habló con voz serena. — La mujer de cabello castaño. — Señaló a la mujer grande. — Es mi esposa o más bien era mi esposa, murió hace muchos años y ella. — Apunto nuevamente a la foto. — Es mi única hija, hace años que no la veo desde que se graduo como pastelera. — Suspiró triste. — Ella es una buena muchacha solo que ha pasado por cosas muy triste, la muerte siempre la abrazado desde que era una niña. 

— ¿Qué es la muerte?. — Pregunté con curiosidad, era la primera vez que escuchaba esa palabra pero  al parecer para ellos era una palabra muy dura, porque la expresión de mi creador cambio abruptamente. — ¿Es aqui donde debo decir lo siento o es gracias?.

El Sr. Lores río a carcajadas por mis palabras, alcé la ceja y puso una mano en mi hombro.

— Nick tú eres muy diferente a los otros dos prototipos que he creado, pensaba en darle la oportunidad a Lex para acercarse más a las personas, pero creo que tú eres el indicado para hacerlo. — Curvó una sonrisa alegre. — Mi hija está sola y creo que tú le daras calor.

— ¿Le paso un ventilador?.

— Cuando seas un humano comprenderás mis palabras, asi que no te desesperes.

En ese momento queria saber más de lo el estaba hablando, era como si ocultara los secretos del mundo pero que próximamente yo iba a saberlo. Tres días antes de irme senti el estómago extraño y no entendía el porque todo mi cuerpo estaba tan inestable. Lores tocó mi cuello y todo se volvió oscuro hasta que Ivette le dio luz a todo.

(......)

Dia cuatro. 

Al principio no entendía el mecanismo de los humanos para vivir todo era algo nuevo para mi, desde usar la ducha hasta apagar la luz, donde vivia con el señor Lores todo era con solo aplaudir, y yo mismo con mis sistemas los apagaba. En el apartamento de Ivette tenia que hacerlo manualmente, era más complicado según mi maestra en menos de 48 horas ya habia destruido su microondas, la licuadora y la llave del lava platos. Ivette tenia un semblante serio y sus labios estaban en una perfecta linea recta, esa noche me hizo sentarme al rincón mientras le daba la espalda, y a eso que estaba haciendo le llamo: Castigo, y es cuando una persona hace algo incorrecto.

—  Estarás de esta manera hasta que llame un técnico Nick. — Habló con voz irritada. — Si te das la vuelta te mandaré por pedazos a Tanzania o a Júpiter. — No vi nuevamente su expresión pero la forma en la que respiraba sabia que la presión se le habia elevado, más adelante le recomendaría tomarle la presión y el azúcar.

Dia nueve.

No sabia porque Ivette bebia esa cosa negra y que según ella le daba energía, todas las mañanas tomaba lo mismo como si fuera un mecanismo de ayuda para empezar con fuerza para ir al trabajo ya que siempre lo bebía cuando tenia que hacerlo. Una tarde no se tomó su bebida y la probé, el gusto era demasiado amargoso o simple, pero inmediatamente sentí una adrenalina en todo mi cuerpo en cinco minutos había caminado por todo el pequeño apartamento, me salté del tercer piso y fui detrás de un gato que estaba huyendo de un Doberman. Esa noche Ivette corrió detrás de mí, mientras yo corría detrás del gato, y el gato corría ágilmente para huir desesperadamente del perro.

— ¡NICK ESTÁS EN SERIOS PROBLEMAS!. — Gritó molesta nuevamente.

Dos semana después.

Viendo el aparato de luces de colores llamado: Televisión vi que en todas las novelas, películas entre otros programa hacian algo que me llamaban la atención llamado: Beso. La verdad no sabia que es eso pero al parecer los humanos lo disfrutaban, porque en la cafetería dos personas lo estaban haciendo y la humana hembra estaba con el rostro rojo. Medi sus niveles de temperatura y estaban muy altos, nunca habia besado a alguien porque no sé cuando hacerlo igual como decir: Perdón, buenos días, o un saludo básico, observé los labios de mis maestras y vi que tenia un color rosa perfecto, siempre los mantenía de colores como: Café, rosado y rojo dándole realce a sus labios. Sentí algo en el estómago cuando un macho alfa miró sus labios unos segundo, su temperatura de aquel individuo estaba alto asi que me acerque a ellos y le dije que no la besará. Ivette abrio los ojos por mis palabras y luego su rostro se sonrojo, el individuo tomó sus billetes y salió. Sonreí triunfante al ver que se habia ido, Ivette se mordió los labios y luego sonrió.

— Algunas veces eres tan tierno Nick. — Ivette besó mi mejilla y de inmediato senti como un revoloteó en mi estómago, pensé que el aceite me habia hecho mal.

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Un mes después.

No sé que le pasa a Ivette ella ya no es la misma, ha pasado con agua en los ojos y según "G****e" son lágrimas, ya no me reprende si miró mucha televisión, no toma café y en el trabajo sonrie pero no es de verdad solo para complacer a las personas. Estoy desesperado y siento mucho dolor de saber que no la estoy ayudando. Según mi creador cuando una persona tiene un problema es mi deber ciudadano ayudarla, sabia hacer RCP, entre otras cosas y sabia de medicinas por los programas que me habia instalado mi creador pero al parecer yo no podia ayudar a Ivette porque su malestar era invisible para mi. Entré a su habitación para darle unas galletas que habia tomado prestado de la pastelería y que las habia guardado para que ella comiera. Ivette estaba viendo hacia la ventana que no habia notado mi presencia, me acerqué a ella y le entregué las galletas.

— Come humana las necesitas más que yo. — Le extendi las galletas haciendola suspirar. — Las tome prestada, nadie se dio cuenta.

— Nick eso se llama: Robar, y es muy malo hacerlo. — Me regaño pero las tomó para luego comerla en un silencio sepulcral para ambos. — ¿Estás preocupado por mi?.

— Yo no se que significa eso pero no quiero verte asi, me hace sentir raro aqui. — Señalé mi pecho. — Siento dolor cuando..... ¿Lloras?. — ¿Qué puedo hacer para ayudarte?.

Ivette me observó fijamente y de sus ojos cayeron diamentes blancos que salian sin parar, su voz gritaba pero no entendía porque lo hacia, mi pecho empezó a doler y luego abrí mis brazos para luego apretarla, Ivette tembló entre mis brazos y siguió llorando en silencio.

— Ya no quiero que llores Ivette, ya no estás sola. — Ivette levantó el rostro con las mejillas rojas y en ese momento entendí las palabras de mi creador cuando dije eso. — Yo quiero darle calor a tú vida humana. para eso vine aqui.

En esa noche oscura Ivette no dijo nada solo se durmió entre mis brazos mientras llamaba a alguien llamado: Elías.

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