Capítulo 4

Desperté parpadeando puesto que la luz era demasiado intensa. Nuevamente escuchaba un pitido, pero era diferente al de las puertas. Abrí los ojos y enfoque a los productos de enfermería que estaban colocados por todos lados. Me encontraba en una camilla recostada. ¿Me había desmayado demasiado fuerte?

El doctor se dio cuenta de que había despertado y camino hacia mí con un bote.

—Qué bueno que ya te despertaste. Te desmayaste y te trajeron aquí para que pudiera revisarte —dijo con monotonía, abriendo el bote —. ¿Podrías levantarte la blusa? Quiero verificar algo antes de dar un pronóstico.

Asentí en silencio.

Me levante la blusa desgastada y rota. Mi barriga se enfrió por el ambiente fresco que hacía, pero resistí. El doctor me echo un gel raro y me presionó

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