LA MALDICIÓN DEL VAMPIRO

Una vez que Isabel se hallaba sin ropa alguna enfrente del Franco, ella cogió sus manos y las colocó en sus bustos y con gemidos suaves decía:

— ¡No sabes cuánto he esperado para ser tocada por ti!, mi admirable rey. Coge mis bustos y besa mis pezones que son rozados.

Mujer dijo el rey con asombro:

— ¿Estás segura de lo que estás haciendo en este momento?, tu siempre has sido una mujer culta y de buenas costumbres, lo que haces ahora es un completa locura.

—No es así mi rey, siempre desee esto y ahora que voy a hacer tuya no pienso retroceder de ninguna manera. Dame tu mano y toca mi mojada vagina que estoy que exploto de lujuria. —Contestó Isabel pasando su lengua y otra vez por los labios de manera serpentina.

Franco cedió a las peticiones de la duquesa y dejándose poner sus manos sobre su vagina, ella gemía de placer.

-Ahh, ahh, ahh, me haces sentir mujer mi rey, quiero que ahora pases tu lengua por mi vulva y pruebes de mis fluidos.

Así fue y él pasó toda su lengua por su vagina y tomaba de su sagrada fuente, Isabel llegaba al orgasmo, nunca se había sentido tan excitada como aquella noche.

-¡Por favor Franco! Hazme tuya y penetra tu miembro viril en medio de mis piernas y hazme gemir hasta no poder más.

-Ahh, ahh, ahh, ahh, ahh.

-Ahh, ahh, ahh, ahh, ahh.

La duquesa entró en un estado de multi-orgasmo que no paraba de derramar sus fluidos vaginales, Franco por primera vez sintió la lujuria en su máxima expresión y en ese estado de clímax en que se encontraba, pasó su miembro erecto por todas las partes del cuerpo de la duquesa, le metió por su boca hasta botar su semilla en sus labios, ella lamía el líquido seminal con su lengua que la movía como serpiente.

Luego introdujo su miembro en su recto y ella en una mezcla de placer y dolor ya que era virgen por detrás, derramó unas cuantas lágrimas pero no le importó.

Los gemidos de Isabel se oían por todos los pasillos del castillo, así pasaron las horas y ellos amanecieron juntos después de haber disfrutado grandes momentos de pasión, lujuria y sexo.

Era el siguiente día y Franco se despertó enseguida dejando a la duquesa a que siguiera descasando, él se dirigía a la cueva donde los dos vampiros se hallaban escondidos. La trasformación se iba a dar y Franco Baresi pronto se convertiría en el “REY DE LOS NO-MUERTOS”.

Él llegó y la ceremonia dio su comienzo, el vampiro cogió el brazo de Franco clavando los colmillos por unos instantes, después el vampiro hizo lo mismo pero en su brazo y dio de beber de su sangre al rey.

Luego de unos instantes cayó al suelo y sintió una agonía como la muerte misma.

— ¡Qué me está pasando! —dijo el Franco revolcándose en el piso sintiendo un profundo dolor jamás experimentado.

El vampiro le contestó serenamente:

—Mi señor, está usted muriendo para resucitar en la no-muerte, sea fuerte y en un lapso de tiempo será uno de nosotros.

Unos dolores profundos sintió Franco para luego quedar inconsciente. Pasaron algunas horas y la transformación acababa de llegar a su final. Ahora Franco será conocido por todo el mundo como “EL NO MUERTO” como el heredero de las Tinieblas.

Al despertar vio que nadie estaba a su alrededor, los vampiros habían desaparecido por unos instantes y se encontraba solo en la cueva. De pronto escuchó el sonido de los lobos aullar a cientos de metros del lugar donde estaba, también oía el sonido del volar de los murciélagos que se hallaban muy lejos de ahí.

Cuando se levantó para apoyarse en una roca esta se hizo pedazos y enseguida sintió mucha sed y no de agua o vino sino de sangre, su garganta pedía sangre a gritos principalmente sangre nueva de vírgenes y hermosas doncellas.

Antes de salir desesperado de la cueva en busca de una presa, los dos vampiros llegaron llevando consigo a tres doncellas hijas de nobles condes, ellos sabiendo de la sed insaciable de sangre de su señor, tuvieron ya previsto y fueron por aquellas mujeres.

Uno de los vampiros le indicó que no absorbiera demasiada sangre de ellas tres, ya que voluntariamente se ofrecieron en servir a aquellos vampiros desde hace mucho tiempo atrás.

Franco hizo caso y chupó la suficiente sangre para sentirse tranquilo, luego las tres doncellas regresaron a donde sus padres para que después de un tiempo y una vez recuperadas, volvieran para seguir siendo servidoras de los vampiros.

Sin embargo Franco no se saciaba del todo y fue en busca de animales alrededor del lugar y mató a varios lobos absorbiendo su líquido vital.

Ahora tenía que buscar un lugar donde habitar, él no podía regresar más a uno de sus castillos o aldeas donde tenía varias moradas. Así que eligió ir a un antiguo castillo que estaba abandonado y ubicado en lo más profundo del bosque en la lejanía de Roma.

Esta sería su futura fortaleza y donde estará morando por mucho tiempo organizando y orquestando la manera de vengarse de su primo Paolo Maldini  y principalmente del sultán Sai Baba I.

Muchos poderes fueron desarrollándose en Franco el vampiro entre los cuales destacaban; la fuerza de cien hombres, el dominio sobre las criaturas de la noche, el tener poder sobre los elementos de la naturaleza como el viento y los truenos, el mover objetos solo con la mente, hablar a las personas a su mente desde largas distancias, además de convertirse en lobo y murciélago y uno especial que lo volvería completamente lujurioso, despertar una insaciable sed de sexo en las doncellas y nobles de la alta alcurnia.

Sin duda alguna Franco el vampiro y más conocido como el “REY NO-MUERTO”, será un gran oponente para el sultán Sai Baba I incluso más peligroso cuando aún era mortal y también un gran adversario para los clanes de vampiros a los cuales pronto se enfrentaría.

Muchos vampiros de rango superior se unirían a su futuro caudillo, además de cientos de hombres bárbaros que estarán a cargo del cuidado de los alrededores del castillo.

La venganza de Franco por la aparente muerte prematura de Bianca, estaba a punto de empezar y poco a poco iría consumiendo a sus enemigos hasta llegar al mayor de todos, el Sai Baba I.

Castillo de Franco, Lejanías de Roma

Uno de los vampiros que convirtió a Franco en una criatura de la noche, convocó un centenar de vampiros de su clan y a unos pocos Sires (Jefes) de clases superiores. El fin era presentar al poderoso y legendario guerrero ahora una vez que todo el mundo tenía por entendido que el sultán Sai Baba I lo había desterrado.

Todos arribaron al castillo de Franco, era una noche muy oscura y tenebrosa, el aullido de los lobos y el canto nocturno de los búhos y la luna en todo su brillo, harían de la ceremonia algo nunca olvidado por muchas generaciones futuras de vampiros.

Los grandes Sires se sentaron en las principales sillas del salón real, los demás vampiros se colocaron en la parte de atrás, cientos de bárbaros vigilaban las puertas del castillo para dar alerta si cualquier intruso se acercaba.

Al cabo de unos momentos la sombra de tres seres se acercaban lentamente, dos vampiros vestidos completamente de negro hacían guardia de aquel caballero oscuro que se encontraba en medio de ellos, era el rey Franco con un traje negro muy elegante y una capa gris que iba hasta sus pies.

El rostro de aquel ser era temible, si en vida bastaba con una mirada para apaciguar al más valiente guerrero, ahora que era un gran vampiro no se diga… Algunos de los Sires presentes comentaban entre ellos lo siguiente:

—“Este es el gran rey, aquel como mortal tenía una gran fama de ser un sanguinario guerrero y que hasta el mismísimo sultán le tuvo terror”. —Dijo uno de los Sires expresando terror en sus palabras.

Otro sire contestó molesto y preocupado:

—Ahora que se ha vuelto como uno de nosotros, seguro querrá conquistar el mundo del vampirismo y tiranizar de igual manera a todo aquel que se lo oponga en su paso.—Por eso estamos aquí, para hacer de él nuestro caudillo y podamos vencer a los demás clanes que cada día se han vuelto más peligrosos para nuestros planes de conquista. —Dijo Poison tranquilizando a los sires. (Vampiro que convirtió a Franco)

La reunión dio comienzo y uno de los servidores de Franco lo presentó:

—Criaturas de la noche, amos y señores de la oscuridad, os presento al rey de los vampiros que en el mundo de los humanos fue conocido como Franco Baresi y que ahora que es uno de los nuestros, él se ha rebautizado como “EL NO MUERTO” el heredero de las tinieblas.

—Mi señor, pronto aprenderá el lenguaje de las criaturas de la noche; por ahora, yo que soy uno de vuestros protectores le enseñaré con el tiempo.

Pronto las noticias correrían por todos los clanes existentes en Europa e incluso en algunas partes del Medio Oriente, siendo advertidos que una gran amenaza estaba por surgir y que todos estarían en un grave peligro.

Los clanes Tubal, Gangrel, Nosferatu, Vampir, Baal entre otros supieron que Franco Baresi rey de Nápoles se había convertido en vampiro y que pronto sería caudillo de muchos de los no-muertos.

También se escuchaba rumores que un clan de sus más implacables enemigos o sea los licántropos se iban a unir con Franco. Eso los aterrorizaba más y la única manera de hacerle frente era el pronto despertar de los Antiguos, ya que solo con su poder, influencia, antigüedad y sabiduría podrán vencerlo.

Franco durante esos años de ausencia en el mundo de los humanos, seguía aprendiendo de las artes oscuras hasta convertirse en un poderoso mago negro.

El invocaba a terribles demonios del abismo para que le enseñasen la necromancia, a saber acerca de sus anteriores vidas e hipnotizar a sus enemigos solo con la mirada.

Uno de los demonios que se manifestó le concedió los poderes que él pedía pero que a cambio, le permitiera materializarse en el mundo de los vivos para probar de los exquisitos placeres de la lujuria, los vicios y la vida mundana, a lo cual Franco accedió sin problema alguno.

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