Capítulo cinco: Formadora asustada.

El primer mes ha pasado volando y ya se han formado los “grupitos”. Están los populares, que se dividen en dos grupos; el primero son las divas, así se hacen llamar ellas. 

  

Son un grupo de 5 chicas, todas muy bonitas, de padres adinerados y creencia de princesas, la cabecilla del grupo es Andrea, una rubia muy despampanante, alta; curvilínea, de ojos azules, ella es la hija del director.  

  

Las gemelas Leticia y Laura, dos chicas muy operadas que prefieren arreglar todo de forma carnal; con poco cerebro, son idénticas y usan el pelo largo; Andrea con ondas en un tono rojizo y Laura lo tiene lacio y castaño, ambas tienen ojos color ámbar.  

  

 Luego está Tiana, una morocha con cuerpo de ensueño; tiene el cabello negro y rizado, sus ojos son cafés; novia del colíder de futbol a la que solo le importan las apariencias y por último la pobre Luisa, que es una chica linda, altura promedio; cuerpo pequeño sin muchas curvas, su piel tiene un perfecto tono rosa que la hace parecer muy delicada; ojos celestes y cabellera castaña; ondulada hasta los hombros. 

Pero solo la utilizan como mandadera y perchero ambulante. Esa que hace lo que sea con tal de pertenecer al grupo al grado de olvidarse de su propio orgullo. 

  

El grupo de los chicos guapos. Aquí está el líder del cuadro de futbol, Darek chico atlético y con talento para los deportes, tiene el cabello corto y oscuro; sus ojos cafés, una sonrisa hipnotizante y la piel amarronada por el sol. El colíder Antuan; novio de Tiana al que solo le importa verse bien, posee buena figura y altura, tiene el pelo rizado y corto; su piel es oscura y sus ojos son grises. 

  

Bruno, mi hermanastro; no hay que decir mucho de él, sin mencionar su físico, posee una piel bronceada y ojos verde agua, su cabello lleva un tinte azulado desde que cumplió la mayoría de edad. Pablo es el líder de la clase de informática e ingeniería, chico; apuesto, estudioso y para nada antipático. No es muy alto; buen físico: su piel tiene un tono beige y usa su cabello en un corte intermedio; lacio color negro, tiene ojos azules. 

  

También está el chico nuevo, Matt; supe su nombre por la lista tanto el cómo los chicos guapos tienen a todas las chicas de la uni babeando por ellos, aunque él es más considerado un chico malo, se volvió líder del grupo “puños” donde son tres chicos Jesua, Dilan; él y una chica que solo verla te da miedo llamada Renata. 

  

Los demás estudiantes pertenecen a grupos como empollones, renegados; bobitos, en fin, varias formas o apodos puestos por los populares que no vale la pena mencionar. 

  

Por suerte he hecho dos buenos amigos, Lupe mi compañera de habitación, ella es muy dulce, sincera y sensible y Luca un chico simpático, flaquito, amante de los videojuegos, buenos libros y gay orgulloso de sí mismo. Lleva el cabello por los hombros; castaño claro y su mirada es verde oscuro, siempre se viste muy bien y su piel es bastante clara. 

  

Ellos hacen que mis días sean más divertidos y nunca me dejan sola, son la mejor dupla que podría tener, en poco tiempo nos hemos vuelto inseparables. 

  

  

Los días pasaban bastante tranquilos, las clases son interesantes y ya se van viendo alguna que otra dificultad. Grecia la consejera me pidió que vaya a verla en la pausa del medio día, así que para ahí me dirijo. 

Toc, toc; doy dos golpes suaves a su puerta antes de continuar,  

  

—Hola, ¿se puede? — pregunté abriendo un poco la puerta de su despacho,  

  

— Sí; adelante, querida, pasa; pasa. 

  

Entre y ahí estaba ella sentada en su escritorio, con el pelo revuelto y una lapicera como broche; rodeada de expedientes y un café prácticamente frío a su lado, 

  

 —Siéntate querida, gracias y discúlpame por hacerte venir en tu horario de descanso— me senté frente a ella y solo sonreí, 

  

 —Como ves, tengo la tarea de asignar a los formadores a los estudiantes que veo que están teniendo dificultades en estos primeros cinco meses de clase.  

  

— Sí, el director nos mandó un email, avisándonos de los cambios, dígame en ¿qué puedo ser buena?— le dije, acomodándome en mi silla, 

  

—Ja, ja, ja, o para quien; deberías decir— me corrigió riéndose y pasándome un folio con mi nombre escrito. 

  

Abrí el folio y lo leí atentamente, quedando atónica al ver el nombre que estaba ahí escrito, no era solo una persona sino un grupo entero.  

  

— Lo sé, lo sé por tu cara, veo que no te esperabas tal responsabilidad; pero si te encomiendo esta tarea es porque creo que eres la adecuada y una de las mejores en esta materia— recalcó mientras estiraba los brazos detrás de su espalda, 

  

 —Eh, si la entiendo; pero no sé si ellos querrán mi ayuda en primer lugar.  

  

— Oh querida, claro que la aceptarán, no tienen más opción y si no obedecen serán sancionados— se levantó de su asiento y me dirigió hacia la puerta sin dejarme decir una palabra. 

  

 —Sé que puedes, confió en ti— fueron las últimas palabras que escuché antes de que se cerrara la puerta tras de mí. 

  

 — Oh, querido abuelo, ¿cómo lograré esto? — repetí esas palabras mientras miraba por la ventana del segundo piso, hacia el patio, y ahí estaba el grupo que debía ayudar los llamados “puños”. 

  

Muy dentro de mí sabía que sería mi fin, ni siquiera sé cómo hablarles sin que Renata quiera colgarme del primer árbol que vea. El líder no se quedaría atrás, si bien él no necesitaba demasiada ayuda, ya que sus notas no estaban mal, sí que debía obligarlo a estudiar, su falta de interés tenía a los profesores de cabeza, no sé cómo lograría ayudarlos sin acabar conmigo en el proceso. 

  

Suspiré hondo y me dirigí hacia mi habitación con la cabeza agachada pensando en la mejor manera de cumplir con mi tarea. Al llegar a la puerta de la residencia reconocí al instante a dos personas que estaban sentadas en los escalones,  

  

—Uff, hola chicos que bueno verlos a los dos juntos, no tienen idea en el dilema que me encuentro— al ver mi rostro de susto Luca se movió un poco dejando espacio en el medio de ambos y me jaló de la mano para que me sentara 

  

— Anda, suelta la sopa; somos todo oídos— comencé a contarles todo lo que me dijo Grecia y di el nombre del grupo al cual debía asesorar, 

  

 —OH definitivamente es tu fin— replicó Lupe con cara de espanto, 

  

 —Bueno, chula llevaré flores a tu funeral— soltó de golpe Luca mientras ponía un tono teatral a sus movimientos, 

  

 —¡Chicos! Sus palabras no me están ayudando— respondí mientras colocaba mi cabeza sobre mis rodillas, 

  

— No sé qué voy a hacer, ni siquiera me he atrevido a saludarlos y ahora debo darles asesoría. 

  

 Lupe, me acarició el pelo para darme ánimos mientras Luca leía el detalle más importante del folio, 

  

— Joder Fer ¿leíste la última parte? — Levanté la cabeza y lo miré incrédula 

  

 —¡El último asesor de este grupo se fue de la uni!, no los aguanto ni una semana— al oírle le quité el folio de las manos y leí yo misma el expediente. 

  

Y así era, los dos asesores que tuvieron antes que yo se rindieron, uno se fue y el otro pidió cambio, ya que no lograron más que malos tratos y pillerías de estos chicos.  

  

Estoy jodida, fue lo único que creí toda la noche hasta que me quedé dormida a los pies de mi cama. 

  

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