Mi novia

En cuanto ingresaron al cuarto  la joven enfrento con ambas manos en la cintura y una expresión en el rostro de enojo— ¿Mi encargo? ¿Tu novia? ¿Desde cuándo?—gesticulaba entre desconcertada y sorprendida.

—Lo siento, pero no tuve alternativa, esa chica me hostiga demasiado, y tuve que inventar una excusa para quitármela de encima.

—Y yo fui la excusa perfecta ¿no?

—Discúlpame por involucrarte—mira al suelo con algo de vergüenza.

—Está bien, no me molesta, pero esto tarde o temprano lo va a descubrir.

No si seguimos con la farsa. —propuso Alex.

—¡¡Pero si tú no eres mi tipo!

—No te estoy proponiendo matrimonio. —soltó Alex a la defensiva.

—Pero me estás diciendo que finja ser tu novia.

— ¿Y?

—Tengo dos años aquí, he salido con varios chicos y todos pertenecen a un solo género, en el cual tú no estás incluida.

— ¿Cómo dijiste?—preguntó Alex atónita.

—Entonces si lo eres. —declaró Kloe tomando por sobre aviso a Alex —Lo sospeché, tus manos no son de chico, jejeje mira yo tomé un curso de quiromancia, ahí aprendí a diferenciar las manos, y las tuyas definitivamente no son de chico, aunque estén así de callosas.—explicó la chica agarrando una de las manos de Alex que miraba alternativamente su mano y el rostro sereno de Kloe.

 Al verse descubierta, la joven de cabellos oscuros le indico con la mano que la siguiera para que tome asiento junto ella en su cama junto a ella. Tenía la mente en blanco. La había descubierto. — kloe. ¿Puedo pedirte un grandísimo favor— la mencionada asintió prestándole atención —No se lo digas a nadie, por favor.—

— ¿por qué no? ¿Te avergüenzas de tu sexo?…

—No es eso

— entonces ¿eres trans-sexual?

Alex negó con una sonrisa sincera ante la insinuación de que fuera trans-sexual. Si supiera que todo es por un capricho de ella quizás la entendería… bueno… quizás no. No cualquiera estaría tan loca como para hacerse pasar por hombre —Vamos, ayúdame, haré lo que tú quieras ¿sí?—Kloe pareció pensar detenidamente la última propuesta.

— ¿Lo que yo quiera?

—Sip, lo que tú quieras. —dijo Alex levantando la palma de su mano y posándola a la altura de su hombro en signo de promesa.

—No te pediré mucho— Se rio un poco pensándolo mejor — bueno… tal vez para ti sea mucho, pero….quiero que te hagas amigo de mi hermano, que lo ayudes en lo que puedas, él es un chico bastante tímido y no tiene amigos, me gustaría que fuera más abierto, que saliera, no sé. Tu vez.. lo importante es que logres que la pase bien aquí. Por favor

—Prometido. —dijo Alex sonriendo sinceramente. —Además tu hermano me cae bien, no te preocupes yo me haré cargo de él.

—Gracias, tenemos un pacto entonces. —dijo Kloe sonriendo y estrechando la mano a Alex.

— ¿Aceptas ser mi novia entonces?—cuestionó Alex.

—De mentiritas sí, pero que quede claro que solo de mentiritas ¿eh?

—Tú tampoco me gustas. — Arrugo  el entrecejo con asco como si fuera lo más natural del mundo, recibiendo a cambio un pellizco con parta de la otra chica. — ¡Auch!

Kloe salió de la habitación junto con Alex, se despidió de todos, y luego de darle un beso  cariñoso en la mejilla de despedida a Alex y Logan se marchó.

Alicia se fue después y los tres quedaron solos, Robert pidió explicaciones al igual que Logan que veía con el cejo fruncido a Alex, ella les contó lo necesario, que lo hacía por mantener lejos a la pelirroja a lo que Logan relajo su actitud y se marchó a su habitación  en silencio, tal cual como llego.

Con Robert la cosa fue un poco más difícil ya que él le pregunto la razón de su mentira.  Cuando le explico que no le agradaba la pelirroja no dejo de reprocharle a Alex el porqué de su renuencia para con Alicia, si era una chica encantadora.

Después de la situación incómoda, Alex le pidió los horarios a Robert.

Los examinó minuciosamente, sus clases comenzaban a las tres  de la tarde y ya eran las doce y media de la tarde, se dispuso a preparar algo, pues su estómago gruñía estrepitosamente.

Momentos después la puerta volvió a abrirse. — ¿Hola?— dijo un chico de más o menos veinte  años, de ojos verdes, que parecía no haberse rasurado en varios días.

—Hola. —Saludaron a coro Alex y Robert asomándose de la puerta del baño observando al invitado.

— ¿También te quedarás aquí?—cuestionó este último.

—Así es hermano,  me llamo Urías. Urías Hernández —dijo el joven caminando hacia ellos.

 Lo primero que noto Alex en el chico fue el estilo de vestir... era algo excéntrico este personaje. Su vestimenta consistía en unos jeans sueltos y muy desgastados, rotos en rodilla y un poco más abajo del trasero, una playera de distintos colores con figuras distorsionadas, muy al estilo hippie, el pelo ligeramente largo y suelto.

Estrechó fuertemente las manos de los tres inquilinos mientras que cada uno de ellos decía su respectivo nombre, después se sentó en una de las sillas y como toda microbio sociable Robert comenzó una conversación con el chico que se hace llamar “Urías” mientras Alex volvía a lo suyo, Logan que se sintió intimidado por el nuevo inquilino se fue al lado de Alex a ayudarle.

— ¿Urías estás en arquitectura?—cuestionó Robert.

—No, estoy en artes, estudiando pintura, estudié en Osaka pero me expulsaron de aquella universidad porque lideré una huelga pacifista, y me vine para acá a seguir mis estudios pues es la única universidad que no tiene relaciones con aquella. Lo único malo es que comenzaré desde primer semestre.

— ¿Pero si la huelga fue pacifista porqué te expulsaron?—cuestionó Alex mientras sacudía la sartén dándole vuelta a un trozo de bistec encebollado pero participando en la conversación.

La sonrisa de este se ancho como si estuviera a punto de contar una travesura —Es que los integrantes de la huelga estuvimos desnudos, pero solo fueron unas cuantas horas, porque después llegó la policía y se armó una buena. —dijo el chico sonriendo melancólicamente.

—Oh….—dijo Alex, no encontrando una palabra más para decir.

— ¿Y tú qué estudias Logan?—preguntó Alex al chico  de cabello ondulado que permanecía callado a su lado.

—Me—me—medicina. —respondió el chico tartamudeando.

—Vaya tendremos un médico. —dijo Robert sonriendo. —Al parecer somos los únicos que estudiaremos arquitectura Alex. Y yo que pensaba que todo perteneceríamos a la misma carrera.

—Esto ya está. —dijo Alex llevando el sartén hasta la mesa que previamente había acomodado con todos los utensilios y platos para poder servir la comida a gusto.

Durante la comida los ánimos se fueron compenetrando, Robert con lo sociable que era se adaptó fácilmente a la presencia de el nuevo compañero urias, Alex pronto notó que era muy simpático, Logan aún no lo graba vencer su timidez ante todos, hablaba poco y decía solo lo necesario.

Una hora después, todos salieron del apartamento pues sus clases comenzaban a las tres de la tarde, así que solo tenían unos minutos para llegar a sus respectivas aulas.

Alex le pidió a Robert que pasaran a dejar a Logan a la facultad de medicina que es la más retirada, después se dirigieron a la de arquitectura, pues la facultad de Urías estaba unos metros más allá de la de ellos. Antes de entrar pasaron por la papelería y compraron algunos cuadernos y lapiceros, que Alex no compró en el súper por la interrupción  de cierta pelirroja acosadora.

Encontraron el salón doscientos cinco y se adentraron en él, Alex entró primero, la sala estaba media vacía, de los cuarenta y cinco asientos solo estaban ocupados veintes, a mitad del aula sentada coquetamente Alicia alzaba la mano y la ondeaba indicándoles que fueran hacía ahí, Alex hizo como que no la vio y pasó de largo, Robert que sí vio a la chica se fue a saludarla.

Alex en tanto tomó asiento en las ultimas butacas de una esquina de donde obtenía una excelente vista de toda el aula, instantes después, un chico de coleta larga, ojos azules y ceño fruncido, irrumpió por la puerta, tomó asiento cerca de Alex, no sin antes dirigirle una mirada hostil a la chica, momentos después, el profesor apareció e Robert se fue a sentar junto a Alex, el profesor comenzó con la ya acostumbrada bienvenida de bienvenida a los alumnos de nuevo ingreso.

En si, como todo primer día de semestre no se hizo nada relevante, los profesores solo se pasearon, se presentaron, dedicaron algunas palabras de aliento a los alumnos y demás sandeces que los profesores hacen cuando no tienen ganas de trabajar.

Llegó el receso, a eso de las seis y media de la tarde, Robert tan social como siempre, intentó hacer plática con el tipo de enfrente, que ya conocían de nombre: Brian jhons, quién al parecer no gustaba de tener ninguna clase de conversación pues con la mirada que le dirigió a Robert se lo dijo todo.

Llegaron las ocho y media de la noche y la hora de salida llegó por fin.

Alicia, con la vieja excusa se les pegó como chicle y se fue con ellos, saliendo de la facultad se encontraron a Urías, que dijo que tenía esperándolos un buen rato, pues había salido temprano.

—Bonito auto— le comento Urías  que los había alcanzado saliendo de su facultad y ahora los acompañaba hacia el estacionamiento y alagaba a Robert por su auto.

—Mira el estéreo, es mi orgullo.—dijo Robert indicándole a Urías que entrara en el asiento del copiloto, Robert no entró al auto sino que volteó para ver que Alex venía caminando a paso ligero y Alicia parloteando detrás de ella, cuando llegaron, Robert abrió la puerta trasera del auto e invitó a Alicia a entrar en él, cuando esta entró Robert la cerró, se acercó a Alex y le susurró al oído.—Para que tengan mayor privacidad.—seguidamente le guiñó un ojo y entró al asiento del conductor. Alex quedó por un momento sin palabras que argumentar, se sonrojó furiosamente y sin nada que hacer para impedirlo, abrió la puerta del auto y entró.

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