Capítulo 2.

Perspectiva de Sandro.

Me despierta el sonido del inodoro y recuerdo que no estoy solo y doy un largo suspiro, tenía años sin dormir con nadie, solo pasaba un rato y después las hacía irse ahora no se en que momento me quede dormido y recuerdo todo lo ocurrido el día anterior con Marco largándose a un crucero son una nueva conquista, el me obligó a hacer este viaje para abandonarme después, al llegar al bar lo primero que vi fue a esta mujer ser acechada por tres hombres borrachos y los tres fueron rechazados, cosa que se me hizo verdaderamente extraña y más cuando noté como posaba su mirada en mi sin ningún disimulo, me pareció tan sexi y segura de si misma que me dejo algo desconcertado y más cuando la vi acercarse a mi, la veo salir del baño sacándome de mis pensamientos.

Esta recién bañada y vestida con la misma ropa de ayer, cuando se da cuenta que estoy despierto la noto dudar un poco y ponerse algo nerviosa, y no puedo evitar sonreír al recordar que anoche era todo menos alguien que se avergüenza de hacer algo, la veo tomar su celular y su bolso y dudar un poco antes de girarse a verme.

-Bueno, tengo que irme a mi hotel.

Me deja un poco aturdido su dulce voz y ver esa mirada tan intensa y con una pizca de vergüenza que no entiendo. Se me queda viendo un momento como esperando que diga algo, pero que puedo decir un gracias saldría sobrando y no la volveré a ver así que no creo que deba ser cortés.

-Sobre el mueble esta mi billetera, puedes tomar la cantidad que desees.

Digo mientras me comienzo a levantar para meterme a la ducha.

-Disculpa?

Se gira a verme con una mirada más intensa y sobre todo parece que quiere desaparecerme con su mirada, la veo apretar la mandíbula.

-Por lo de anoche, la verdad estuviste genial.

Digo con algo de burla en el tono y arrepintiéndome al instante, al ver cómo cambia totalmente su mirada por una de indignación y decepción, y puedo notar como se le cristalizan los ojos y empuña las manos.

-Eres un imbécil.

Dice mientras se da la vuelta y azota la puerta al salir furiosa, me doy cuenta que fui un completo imbécil y más cuando estoy por entrar a la ducha y recuerdo que no usamos protección, doy un largo suspiro mientras paso la mano por mi cabello, nunca me había olvidado de usar y no puede ser posible que me pase con una mujer que ni su nombre me dijo.

Me tardo más de lo normal en la ducha sin poder dejar de pensar en ella, en su hermosa sonrisa con esos pequeños labios pero perfectamente bien formados, pero su mirada tan expresiva y ese color tan hermoso de ojos y enormes, su castaño y alocado cabello la hacen lucir tan sexi y perfecta, debo dejar de pensar en ella, todas son iguales y ella no es la excepción.

Tocan mi puerta justo cuando estoy terminando de ponerme los pantalones y me dirijo rápidamente a abrirla.

-Ah eres tu, por fin recuerdas que tienes un acompañante de viaje.

Entra Marco en la habitación con una enorme sonrisa.

-Pues quien más podría ser hombre?

-Nadie.

Respondo secamente, continuando con mi labor de vestirme.

-Esa mujer es increíble, puedes creer que no puedo pensar en otra cosa que no sea en volver a verla.

Me giro a verlo por un momento.

-Lo dice el hombre que no repite cita con la misma chica?

Le respondo con algo de sarcasmo.

-Esta vez es diferente, ella es diferente.

-Estas hablando en serio? Realmente piensas en volver a verla?

Le digo sin creer en lo que me dice.

-Volver a verla?, no solo en verla con ella quiero todo.

Suelto una enorme carcajada pero mi teléfono me saca de mi estado ante las declaraciones de mi mejor amigo. Veo el identificador de llamada y veo que es de mi casa.

-Hola.

Del otro lado escucho a Jazmín saludarme efusivamente.

-Hola señor, alguien quiere hablar con usted insistentemente.

-Pásamelo, también quiero hablar con él.

Perspectiva de Luciana.

No puedo creer que me haya dicho eso, en serio quien diablos se cree, es un completo imbécil, tampoco esperaba que me invitara el almuerzo pero si podría a ver sido un poco más amable y no tratarme como una mujerzuela, bajo al living del hotel y no puedo estar más molesta, la noche fue increíble porque no dejarlo así, si tan solo me hubiera alcanzado a salir antes de que se despertara nada de esto habría pasado y la noche tan perfecta no se habría arruinado.

Tomo el primer taxi que encuentro y en unos cuantos minutos estoy entrando a mi habitación de hotel encontrándome a una Paola demasiado feliz.

-Donde estabas? Y porque traes esa ropa?, donde pasaste la noche y con quien?

Giro los ojos en señal de frustración al escuchar sus preguntas y recordar del lugar de donde vengo.

-Acabas de llegar de tu súper crucero?

Enfatizo las últimas palabras para que vea que no estoy contenta con ella.

-Fue genial, el es genial, no sabes la charla tan amena que tuvimos, me hace sentir especial y creo que nos seguiremos viendo una vez regresemos de vacaciones.

-Te gusta?

Le pregunto con una sonrisa en los labios y recordando porque hicimos este viaje principalmente.

-No solo me gusta, me encanta, es encantador, guapísimo, caballeroso, divertido y buenísimo en la cama.

Y al escuchar esto último no puedo evitar recordar la esplendida noche que tuve.

-Y cuantos más tiene esas maravillosas cualidades?

Le pregunto solo para molestarla.

-Ya Lu.

Dice con algo de tristeza fingida en el rostro.

-Bien y como se llama el hombre encantador?

-Marco Arteaga, es dentista y vino de vacaciones con su mejor amigo.

-Y estas segura de que quieres volver a verlo?

-Claro que quiero, en serio muero porque lo conozcas.

Dice mientras se deja caer en la cama como una adolescente totalmente enamorada.

-Ok, también quiero conocerlo.

Digo mientras comienzo a buscar en mi maleta algo para ponerme y ella se incorpora con los ojos muy abiertos.

-Ahora me podrías decir dónde y con quién estabas?

Dice mientras se cruza de brazos para darle mayor credibilidad a su pregunta.

-Bueno ya que mi “mejor amiga” me abandono decidí salir a tomar algo..

Y haciendo demasiado énfasis en las palabras le cuento toda la historia y como terminé saliendo de esa habitación más ofendida y molesta que nada. Ella se me queda viendo como si estuviese analizando todo lo que le acabo de contar y tiene los ojos muy abiertos, termino mi relato con un largo suspiro esperando que diga algo.

-Y cómo era?

-Demasiado guapo y sobre todo sexi, pero un completo imbécil.

-Y su nombre?

Me le quedo viendo por un momento.

-No lo sé, no nos los dijimos, pero creo que no era necesario no creo que acostumbre a preguntarle el nombre a las mujercitas que les paga por sus servicios.

Ella comienza a reír y eso me hace sentir más molesta.

-Eso es genial, deberíamos regresar a buscarlo y preguntarle su nombre y decirle unas cuantas verdades.

-Claro que no, no quiero volver a verlo en mi vida.

-Si claro, seguro, y de cuántos años se veía?

-Sabes que soy mala en ello pero se que era mucho mayor que nosotras.

-Lo sabía, tus gustos siempre han sido por hombres maduros.

-No era tan maduro, se portó como un adolescente así que es todo menos maduro.

Y comenzamos a reír, después de bajar un rato a la piscina por última vez antes de preparar nuestras cosas para regresar a nuestra rutinaria realidad esta misma noche. Paola no ha parado de hablar de su conquista y por lo visto no han hecho más que mandarse mensajes, ya hasta tienen fecha para su siguiente encuentro y estoy feliz por ella, se merece ser feliz pero en este tipo de situaciones es donde me pregunto porque no puedo tener algo así de simple y pasajero o puede que para ella no sea pasajero.

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