Capitulo ocho

Angélica

—Te verás sexy con este vestido—le dije a Mónica mostrándole el vestido rojo, no era corto y revelador. El vestido en si era elegante de una forma sexy porque estoy segura de que cuando Mónica se lo pruebe resaltara sus hermosas curvas.

—Pensé que iba ser peor pero no esta tan mal—dice aceptando el vestido y yendo directo al baño para poder cambiarse.

Este día resulto ser mejor de lo planeado, al principio Mónica estuvo muy renuente a los cambios como dejar de usar sus lentes de montura anticuadas o aprender a maquillarse. Pero le asegure que todo esto era para que toda la belleza interna y su gran corazón también se pudieran ver reflejados por fuera. Ahora siento que ha ganado mucha confianza en sí misma y que ha dado un fuerte paso para cambiar su vida.

Cuando sale del baño con el vestido puesto abro la boca, se ve hermosa. El vestido como supuse le queda a la medida, haciendo resaltar sus curvas es un vestido cerrado de manga larga pero a la vez sus hombros quedan descubiertos, haciendo que tenga un toque sexy.

—Tevés hermosa—dije haciéndola sonrojar.

—Me siento bonita—dice con algunas lágrimas en sus ojos, sé que ha tenido una vida difícil y esto significa mucho para ella.

—Relájate te ves hermosa—le quito algunas de sus lágrimas con mis dedos—Nada de lágrimas no queremos dañar el maquillaje—

Las dos sonreímos y decido por fin cambiarme me decido por un vestido negro ajustado, es un vestido hermoso con un poco de encaje en las mangas largas y con una falda ajustada, para acompañarlo opto por unos tacones negros de diez centímetros. Mónica se pone unos tacones bajos pues todavía está aprendiendo a caminar con ellos.   

Una vez vestidas y arregladas nos disponemos a ir al casino. Le mando un mensaje a Dante para que sepa que estamos en camino, mientras ayudo a Mónica a subir a BMW y le doy indicaciones a uno de mis guardaespaldas para que conduzca el coche de mi tío Gio.

—Nos divertiremos mucho esta noche—digo mientras el coche avanza.

Una vez que llegamos al casino-hotel sonrió. El lugar es lujoso en todos los sentidos, mi tío Gio se aseguró que el lugar pareciera un viaje por algún casino de las vegas. El casino como tal está en uno de los últimos pisos del hotel y apenas entramos el lugar nos recibe con máquinas tragamonedas y de más maquinas donde muchos ya están sentados  tentado a la suerte más al fondo están los juegos que más adoro las mesas de ruleta, Black Jack, dados, Baccarat, entre otros juegos la variedad parece infinita y en cada mesa esta los respectivos empleados los cuales me conocen muy bien porque vengo seguido.

Le explico a Mónica cómo funcionan varios juegos, se nota un poco nerviosa por lo que prefiero que vayamos a una de las máquinas tragamonedas que están desocupadas para divertirnos sin hacer grandes apuestas…Por ahora.

—Ya ganaste—le dijo a Mónica mientras vemos como aparece una combinación ganadora y como enseguida varias monedas comienzan a salir.

—No es tan difícil—dice Mónica riendo.

Viendo que comienza a relajarse incluso hacemos bromas y chistes, y la idea de perder no es están molesta. Algunas camareras del casino nos ofrecen bebidas las cuales aceptamos.

—No somos mayores de edad—dice Mónica lo que me hace reír.

—No importa ser la sobrina del dueño tiene sus ventajas—digo mientras tomo un sorbo de mi bebida.

Seguimos jugando un poco más en los tragamonedas, hasta que por fin nos animamos a ir a las mesas de ruletas, le explico el juego a Mónica al principio no quiere participar porque los riegos son grandes pero gracias al alcohol que ya hace efectos en su sangre se anima un poco.

—No te preocupes no pasa nada si perdemos—trato de calmarla después de todo sé que si perdemos mi tío no hará escándalos por la cantidad de dinero, he gastado mucho más y nunca he llegado siquiera a su parte externa de dinero, por lo que sé que tiene grandes cantidades almacenados en sus cuentas bancarias.

—No entiendo como estas tan tranquila—sonrió sé que ganaremos esta partida en la ruleta he hecho algunos cálculos y he estado prestando atención a la mesa desde hace un rato, siempre hay que prestar atención para poder ganar.

Mónica se da cuenta cuando ganamos y comienza a preguntarme como lo hago le explico y ella lo entiende fácilmente porque no se le complican las matemáticas.

Gio

Le envió un mensaje a Paolo  diciéndole que ya llegue cuando llego al casino-hotel, estaciono mi Camaro y salgo del auto para dirigirme al sótano. Donde está el casino clandestino y donde se hacen apuestas de todo tipo, sin ningún límite.

El olor del humo es lo primero que me recibe cuando llego al sótano, la mayoría de las personas están fumando en las mesas de apuestas, las cuales están llenas. La mayoría de estos hombres hacen apuestas de millones de dólares además de hacer negocios que la mayoría no consideraría legítimos, mujeres prácticamente desnudas se encuentran en el regazo de varios hombres, al final de la noche la mayoría ocupara las habitaciones que están disponibles en el sótano.

Otra ventaja de tener este lugar es que pude convencer a muchas mujeres, prostitutas que trabajaban  en la calle que vinieran a trabajar conmigo muchas aceptaron pues es menos riesgoso y tienen una buena ganancias y es otra manera de entretener a mis clientes y socios que vienen a pasar un buen momento.

Me dirijo a la mesa de apuestas donde ya está Paolo con Alessandro Costello y su hermano Renzo Costello. El jefe de la familia Costello y su segundo al mando, los dos me miran fijamente cuando llego antes que Alessandro se levante y se acomode el traje para luego estrechar mi mano.

—Es bueno verte de nuevo, Giovanni—asisto mientras me siento en mi asiento al lado de Paolo.

—Lo mismo digo Alessandro— veo a Paolo que de inmediato comienza a sacar los documentos pasándoselos a Renzo.

—Como pueden ver ahí está la prueba de que compramos la parte del muelle que nos correspondía—digo mirando a Alessandro que solo asiste mirando los documentos cuando Renzo se los pasa.

—Bien entonces me encargare de que mañana mismo tengas la mercancía como lo habíamos planteado anteriormente—dice Alessandro firmando algunos documentos que Paolo le hace entrega.

No es un secreto para todos los del bajo mundo que los Costello suelen manejar una buena calidad de mercancía en cuanto a drogas se refiere,  han hecho negocios con colombianos permitiendo que la mayoría de su droga venga de ese país y sea más pura y de la mejor calidad. Hace un mes acordamos que mi familia compraría una parte del muelle donde ellos podrán de inmediato enviarnos la droga y nosotros nos encargaremos de su distribución.

Muchos millones están en juego por lo que a ninguna de las partes nos conviene arruinar lo que hemos acordado.  

—Me encanta el lugar que tienes aquí Giovanni— dijo Renzo una vez terminadas las formalidades.

—Es el lugar perfecto para cualquier hombre—dije asistiendo, el sexo, las drogas y las puestas todo lo que un hombre puede desear—Supe que abriste un nuevo bar—Renzo asistió entusiasmado.

—Y también planeo abrir un restaurante—dijo Renzo dándole una calada a su cigarrillo.

Una de las cosas que tenemos en común entre familias es que siempre buscamos la manera de seguir creciendo y seguir expandiendo nuestros imperios, la mayoría de esta ciudad tiene negocios a nombre de las dos familias.

— ¿Cómo esta Angélica? ¿Ya tiene dieciocho cierto?—pregunto Alessandro.

Ese hijo de p**a. Sin duda Alessandro es inteligente me pregunta sobre Angélica apropósito para que sepa que me está vigilando, no estamos guerra pero aun así siempre es bueno vigilar a nuestra competencia.

Y yo no soy la he sección.

—Está muy bien, es toda una señorita—hago una pausa para que sienta lo que voy a decir—Supe que te vas a casar, felicidades—

Alessandro  trata de parecer relajado pero siento como se tensa, es una noticia que todavía no ha sido sacada a la luz, pero yo tengo mis fuentes.

—Gracias, sin duda estarás invitado a la boda—dice relajadamente.

Sonrió sabiendo que le gane una a Alessandro Costello, las situaciones entre las familias siempre son tensas pero siempre he considerado a Alessandro como un buen rival, siempre competimos pero eso solo hace que la familia sea mejor.

—Estaré esperando entusiasmado la invitación—dije. Mire al hombre que atendía la mesa de apuestas estuvo esperando paciente hasta que terminamos nuestra negociación—Reparte las cartas es hora de comenzar el juego—

Paolo sonrió, es fanático del juego. . . al igual que Angélica. Los dos a veces hacen un buen equipo cuando están jugando. Las apuestas comienzan y los Costello no defraudan apostando grandes cantidades.

Es hora de ganar y demostrar quién es la mejor familia.

Por lo menos cuando se trata de jugar.    

Un par de horas después nos despedimos de los Costello. La negociación salió muy bien e incluso pude ganarle cincuenta mil dólares a los Costello en un par de partidas de póker, fue un día estresante pero todo salió bien así que solo quiero llegar a la casa y dormir.

—Tenemos un problema—dice Paolo cuando subimos al elevador, frunzo el ceño pues presiona el botón para ir al casino—Angélica vino con su amiga al casino y al parecer las dos han bebido demasiado—

— ¿Porque no me lo dijiste apenas llegue?—demando furioso lo último que necesitaba es que Angélica estuviera apostando y bebiendo, dos cosas que no controla nada bien.

—Estábamos con los Costello, además Fabio y un par de soldados están con ellas—se explica Paolo y trato de contenerme para no golpearlo.  

Para mi nada es más importante que Angélica, ni siquiera mis negocios porque todo el dinero que gano, todo lo que hago es por ella.

—Espero que los Costello no la hayan visto por casualidad—digo cuando el elevador se detiene y nos dirigimos al casino, el legal.

—No te preocupes me enviaron un mensaje cuando los Costello se fueron—dice Paolo con calma.

Buscamos a Angélica por todo el maldito casino hasta que por fin la encontramos a ella con su amiga en un tragamonedas. Ambas se ven muy borrachas, sobretodo Angélica que cuando me ve llegar intenta levantarse de su asiento y casi termina cayéndose de no ser porque la sostengo.

—Tío no es lo que parece—trata de explicarse.

Ruedo los ojos tratando de clamarme para no gritarle qué demonios hace en el casino y vestida de esa manera.

—Así, no me digas— digo mientras miro a Paolo que ayuda a Mónica a levantarse— Llévala a su casa—Paolo solo asiste mientras se la lleva a rastras y Mónica no lo detiene supongo que por todo el alcohol que tiene en su sistema.

—Dante me digo que vendrías te estuve esperando— dice Angélica con dificultad.

— ¿Qué demonios tiene que ver Dante en todo esto?— pregunto a pesar de ya conocer la respuesta.

—Me digo que me llevaría al casino pero me cancelo, pero igual vine a jugar y me divertí mucho, mucho—voy a matar a ese imbécil cuando regrese.

—Vamos a bailar tío—Angélica comienza a moverse y decide dejar de caminar así que no tengo más opción que subirla encima de mi hombro pero antes me quito mi saco y lo coloco encima de su trasero para que se le vea nada.

Dios ese vestido es muy corto, tendré que quemarlo cuando regresemos a casa.

—Deja de moverte—digo mientras intento subirla al auto pero Angélica no para de moverse en mi hombro.

—No. Quiero seguir en el casino y ganar más dinero—la coloco en el asiento trasero y le abrocho el cinturón de seguridad.

—Si supe que ganaste una buena cantidad hoy—una de las empleadas del casino me informo todo el dinero que depositaron en la cuenta de Angélica a su petición. No me extraño que fuera una gran cantidad de dinero.

—Si lo hice y fue increíble—arranco el auto para ir a casa y agradezco que Angélica se quedara dormida en el camino.

A veces puede ser un poco inquieta cuando esta borracha, razón por la que no dejo que beba grandes cantidades de alcohol, pero ella siempre encuentra la manera.

Y eso me enloquece.

Cuando llegamos a casa Angélica despierta de su pequeño sueño, pero no esta tan inquieta supongo que es porque está cansada trato de dejarla en su habitación pero cuando intento que se vaya a dormir no lo hace.

—No quiero dormir sola—dice mientras me agarra del brazo para que la acompañé en la cama.

—Angélica no creo. . . —me callo cuando veo que se comienza a quitarse el vestido— ¿Qué demonios estás haciendo?—intento que se coloque de nuevo en la cama, lo que hace pero luego me lanza a la cama y se acurruca a mi lado.

—Quiero dormir así—susurra antes de cerrar los ojos, sonrió viéndola de verdad le ha honor a su nombre, parce un pequeño Ángel uno muy hermoso, cuando está dormida.

Nos acomodó mejor en la cama y me quito los zapatos decidido a dormir junto a Angélica, igual no tengo muchas opciones cuando intento levantarme o apartarla se despierta.

Me recuerda tanto a cuando era niña y no podía dormir sin que estuviera a su lado, siempre tenía que estar cerca por sus pesadillas muchas veces no dormía sino estaba con ella, me buscaba a mi oficina para llevarme a su habitación y así pudiera dormir en mis brazos.

Siempre ha sido una experiencia relajante, sufro de insomnio por lo que no duermo bien. Fui criado con la idea de siempre cuidar mi espalda porque en este mundo nunca sabes quién puede traicionarte, tengo mi casa llena de guardaespaldas pero no me importa siempre tengo un arma debajo de mi almohada.

Pero cuando duermo con Angélica siento que por fin puedo relajarme, siempre duermo profundamente sin dificultades.

Mi pequeño Ángel me cuida. 

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