Capitulo siete

Angélica

Despierto la mañana siguiente, con una sonrisa. Puede ser raro lo que sucedió con mi tío anoche, pero me demostró lo cercanos que somos en realidad. Recibo mi teléfono viendo un mensaje de  Dante.

Estoy libre hoy ¿que te parece una salida al casino de siempre?

Ir al casino no era una mala idea, hace tiempo que no lo hacía y memoria por seguir en el juego. Me gusta el juego, nunca llego al punto que no puedo parar. No tengo ludopatía, todo lo contrario con el método que uso con las matemáticas esto me permite saber si una jugada es buena o mala, permitiéndome ganar. Decido responder al mensaje de mi tío.

Suena bien. ¿Puedo llevar a una amiga?

Sigo pensando que Mónica necesita salir más y conocer a más personas para aumentar su confianza en sí misma. Tal vez no me debería meter, pero si realmente es mi amiga creo que tengo el deber de enseñarle que nada está mal con ella como se lo han hecho creer durante años, que ella es hermosa y especial tal y como es.

Dante  no tarda en responder.

Por supuesto. Incluso convencí a Gio para que fuera con nosotros.

Me sorprendió ver el mensaje, se nota que mi tío Gio está haciendo un gran esfuerzo por intentar darme más libertad. Lo que es genial para mí, pero siento que algo está tramando lo conozco mejor que nadie pero sé que todo lo que haga será por mi bien.

Me dirigió a despertar a Mónica, para que vayamos a la universidad. La encuentro profundamente dormida, casi siento lastima por despertarla pero sé que no me perdonaría si llegamos tarde. Por suerte solo bastan unas pocas sacudidas a su cuerpo para que se despierte,  le doy algo de ropa que traje conmigo para que se cambie y me voy a la cocina donde mi tío ya está preparando el desayuno.

— ¿Tienes hambre? hice huevos con tocino—dice mientras saca de la salten dos huevos y los coloca en un plato.

—Claro que si—digo después de todo, para mí todo lo que tenga tocino es bueno.

— ¿Dónde está tu amiga?—pregunta mi tío

—Se está arreglando en unos minutos bajara—digo dándole un bocado a mis huevos con tocino y gimiendo por el sabor.

Luego del desayuno Mónica y yo nos vamos en camino a la universidad. Hoy tenemos que entregar un trabajo escrito que hicimos justas en nuestra primera clase del día, por lo que me aseguro de que mi Urus vaya a toda velocidad, por lo que llegamos a la universidad rápidamente.

Como llegamos unos minutos antes que el profesor, Mónica y yo nos ponemos a hablar. Decido que es el momento de invitarla al casino esta noche y sonrió cuando abre los ojos por la sorpresa.

— ¿Estás loca? nunca he ido a uno— dice alzando una ceja.

—Creme será divertido—digo pensando en las cosas que haremos, en especial en apostar todo el dinero que podamos y tomar algo de buen licor—Y no te tienes que preocupar por el dinero de eso me encargo yo—

—Se te digo que no, ¿vas a seguir insistiendo cierto?— sonrió me conoce bien.

—Eso es un si— pregunto entusiasmada.

—No tengo ropa adecuada—no te vas a salvar de esta nena.

—Yo me encargo—digo pensando en un hermoso vestido negro ajustado que le quedaría muy bien, con un buen peinada y maquillaje, será una diosa. Porque a pesar de que ella no lo crea es hermosa por dentro y por fuera solo necesita algo de ayuda para creerlo y para eso estoy yo.

Dejamos de hablar porque el profesor aparece, nos concentramos en la clase y entregamos nuestro trabajo por el cual recibimos unas felicitaciones por parte del profesor. Lo que me hace feliz porque estuvimos trabajando en esa cosa durante todo un día, fue duro y difícil, por suerte valió la pena.

Después de esa clase nos separamos porque tenemos clases separadas. Cuando entro al salón de clases soy el centro de las miradas, como siempre, seguro que se debe a los dos gigantes que me están siguiendo y que se quedan afuera del salón de clase a vigilar por si hay alguna amenaza para mi seguridad. Sinceramente no me importa, he sufrido ese tipo de miradas toda mi vida y creo que es una de las razones por las que me agrada tanto Mónica porque es sincera y no falsa como muchos de los que se acerca a mí solo por mi apellido.

Terminada la clase compro  algo en la cafetería y me siento en la mesa donde ya está Mónica esperándome.

— ¿Cómo te fue con el álgebra?—pregunto a pesar de que conozco la respuesta, sé que lo odia. Y su resoplo me lo confirma.

—El profesor no explica bien y tenemos un examen dentro de unos días—hace una mueca pensando en el resultado—No creo que me vaya bien—

—Siento oír eso—digo pensando que también voy por el mismo camino soy buena con las matemáticas pero incluso a mí se me dificultan.

—No importa igual sé que daré mi mejor esfuerzo para pasar el examen—sonreí porque a pesar de las dificultades Mónica siempre es optimista.

—Por cierto—dije ganándome su interés—Necesito que te quedes hoy en mi casa—

Suspiro—Sé que quieres ir al casino pero sabes que no puedo llegar hasta tarde a mi casa—

—Lo sé pero solo será después de clases necesitamos arreglarnos—además de que tengo varias sorpresas para esta noche.

Gio

—Alice— dije llamando a mi secretaria, es nueva en su puesto pero sinceramente no creo que dure mucho es demasiado joven para mi gusto creo que se la pasa mucho más en el teléfono suyo de lo que hace su trabajo, pero como esta es su primera semana le daré el beneficio de la duda. Es mi sexta secretaria en dos meses, y sinceramente espero que sea la última en mucho tiempo. Pero no todos dan la talla que busco en mi personal—Quiero el contrato que firmamos con los hermanos Costello—

Me miro un poco pensativa, antes de sonreír coquetamente. Rodee los ojos esperando que no fuera tan atrevida como la última que ocupo su puesto, e intento propase, lo intento varias veces pero cuando se desnudó en mi escrito fue el final, la saque así como estaba de mi oficina y la despedí.

No tengo tiempo para es m****a.

—Si señor Moretti—dijo saliendo de una vez de mi oficina.

Era un día largo, me gusta estar al pendiente de mis negocios pero prefiero encargarme de los trabajos sucios del imperio que llevo. Me crie con un alma oscura como muchas veces me dijo mi padre, preferiría golpear a un niño hasta que este llorara cuando iba a la escuela y eso no ha cambiado con el paso de los años. Me gusta estar involucrado en la parte más sucia de los negocios, la parte que muchas veces implica matar de ser necesario.

Por ahora lo único que puedo hacer de esa índole es llevar las ventas y cerrar los negocios de drogas y armas, no me gusta llevar eso a la empresa pues es un riesgo que no quiero correr. Todo lo hago en la oficina de mi casa, a pesar de que no me gusta traer ese tipo de problemas cerca Angélica. No me gusta que las personas entren a mi oficina por esa simple razón, sobre todo Angélica que le gusta desobedecer y hacer ciertas locuras.

Me quedo un largo rato en mi oficina revisando y firmando documentos, además preparando mi próxima junta. Todo va bien en cuanto a los negocios tanto los legares como los ilegales van en sintonía, lo que me agrada porque esto significa que el futuro del patrimonio de Angélica.

— ¿Cómo te va hermano?—pregunta Dante entrando en mi oficina.

—Muy bien compre un nuevo hotel—dije revisando la documentación del hotel, está en ruinas por lo que la compra fue ventajosa por mi parte. Tendré que invertir mucho en la remodelación pero sé que será un éxito una vez esté listo.

—Eso suena bien y creo que lo que tengo para ti será igual de bien—me entrego varios documentos y fotos sobre un viejo edificio. Al parecer era un bar o un club de strippers que al igual que el hotel está en ruinas. Lo curioso de este lugar es que ha estado en mi mira durante varios meses, solo que siempre me gusta esperar el momento adecuado para hacer mi movimiento.

— ¿El dueño por fin quiere vender¨?—pregunte viendo a Dante.

—Si pero el precio es muy elevado a mi parecer—dijo mostrándome un papel con la cantidad que querían. Lo mire fijamente sabiendo que Dante tenía más que decir—Pero estuve investigando al dueño, Jasón tiene varias deudas con otras familias que han amenazado con matarlo si no paga—

— Perfecto. Quiero que planees una reunión con el dueño lo antes posible—dije mirando a Dante, no por nada era de mis mejores hombres siempre estaba un paso por delante de lo que necesitaba.

— Lo hare—dijo levantándose de su asiento—Por cierto espero que no olvides que hoy iremos al casino para ver como están los negocios—

El casino hotel, es uno de mis mayores negocios en el ámbito legal me da unas grandes ganancias pero también en la zona ilegal, pues en el sótano de mi hotel tengo un gran casino que no es para nada legal llevando apuestas que muchas veces no incluye solo dinero, sino diamantes, animales exóticos y muchas otras cosas, también es usado para muchos de mis negocios con las otras familias.

— Estaré ahí. Tengo también una reunión con los hermanos Costello—dije haciendo que Dante se tensara, no era muy fanático de la familia Costello en el pasado tuvo algunos roces con uno de sus miembros. Pero al ser uno de mis hombres principales tenía que estar a mi lado al igual que Paulo.

— Bien, ahí estaré—dijo saliendo de mi oficina.

La familia Costello era muy poderosa, podría decir que teníamos ambas familia una buena posición, en el pasado hubo una gran rivalidad por un par de calles que dominaban una distribución mejor de drogas. Pero al pasar del tiempo logramos unirnos y hacer alianzas, sobre todo después de una guerra entre ambas familias donde se perdieron vidas inocentes.

Hace poco acorde con Alessandro Costello, el jefe de la familia y el mayor de los cinco hermanos Costello, una gran venta de mercancía. En el casino acordaremos lo último que necesitamos, ya hemos hecho un contrato para tener un disfraz en cuanto a lo legal. Espero que todo salga bien porque adicional a ello tenemos muy pronto el acuerdo de paz de entre las dos familias y no quiero que este año haya una guerra por cualquier incidente. Por suerte Alessandro  al igual que yo somos hombres de familia y haremos lo que sea para proteger a los que amamos, incluso si es soportarnos.

No soy muy fan de los Costello, pero son leales, cuando dicen que van hacer algo lo hacen y en este negocio eso es todo lo que importa. 

Me quedo un rato más en la empresa, incluso me salto la hora del almuerzo de modo que termino más rápido. Le envió un mensaje a Paulo para que recuerde nuestra reunión con los Costello, lo necesito conmigo al igual que a Dante nunca se sabe si las cosas se podrían salir de control. A pesar de que he trabajado para construir una relación entre la familia Costello y Moretti nunca se sabe lo que podría pasar.

Cuando termino de arreglar todo el papeleo de la empresa, decido ir a la casa para descansar un poco antes de ir al casino en la noche. Pero justo cuando estoy saliendo de mi oficina recibo un mensaje de Dante haciéndome saber que algo no está bien con la entrega de mercancía que teníamos para hoy.  Todo un conjunto de armas de distintos calibres que iban hacer enviados a varios países donde tenemos distintos compradores.

Por lo general hacíamos la entrega de forma marítima o en aviones, es más fácil y eficiente sobre todo si hacíamos pasar la entrega como una mercancía legal, siempre tenemos que mantener ese disfraz para que la mercancía llegue a su destino.

Decidí subir a mi auto y arreglar el problema de la entrega de mercancía antes de que fuera demasiado tarde, la familia Moretti tiene una buena reputación y no estoy dispuesto a perder a mis compradores. Me dirijo a hacia la bodega donde están todas las armas, al parecer el chico que las iba a entregar nunca llego lo que es muy sospechoso.

Llego a la bodega de forma rápida y muy enojado, no me gusta que me jodan y alguien lo está haciendo. Los hombres que están en la bodega tiemblan al verme, muchos son nuevos lo que me disgusta porque esta tarea es algo muy seria que no debe ser ejecutada por soldados novatos.

Llamo a Ángel, quien es uno de mis mejores hombres. Estoy seguro que con Dante y el, la entrega se podrá llevar a cabo de forma eficiente.

Ángel y Dante están aquí antes de que comience a matar algunos soldados, sonrió puede que Ángel tenga un nombre tierno o de niño bueno pero es todo lo contrario, el tipo está loco me atrevo a decir que ha matado y torturado a más hombres que yo, y eso es decir mucho. Tiene una enorme cicatriz en su cara, en toda su mejilla derecha por una pelea, mide casi dos metros de altura y a diferencia de los miembros de la familia el no usa trajes y está en la zona elegante, todo lo contrario esta tatuado de la cabeza a los pies.

—Necesito que muevan todo esto de aquí—dije refiriéndome a las armas que estaban en varias mesas y baúles.

—Deberías saludar primero—dice Dante rodando los ojos.

Supongo que no poder ir a divertirse en el casino lo molesta. Pero me importa una m****a yo soy el jefe.

—Quiero que lleves todo este a su destino—digo mirando fijamente a Ángel.

—No te preocupes. Lo hare— dijo. Sé que harán bien el trabajo por lo que esto no será más una preocupación.

—Espero que así sea—antes de marcharme mire a Ángel por última vez—Por cierto quiero que encuentres al idiota que iba hacer este trabajo—

Sonrió siniestramente, tanto que incluso el idiota de Dante se tensó.

— ¿Puedo hacer lo que quiera con él?—pregunto.

—Por supuesto—dije sabiendo que la muerte del idiota que nos traiciono será de la forma más lenta y dolorosa posible.

Todo parece estar en silencio cuando entro a la casa, lo que significa que Angélica aún no está en casa. Frunzo el ceño porque sé que a esta hora debería estar en casa, me dirijo a mi oficina y me siento en mi enorme sofá de cuero mientras le mando un mensaje a Fabio al cual lo deje hoy encargado de la seguridad de Angélica, no tarda en responder diciendo que Angélica y su amiga se fueron al centro comercial.

Suspiro sabiendo que se tardaran un buen tiempo y que recibiré una llamada del banco diciendo que gasto una buena cantidad de dinero. Hace un tiempo le regale una nueva tarjeta de crédito, hasta ahora no la había usado pero supongo que llego el momento.

Igual no es como si me importara, pero me da curiosidad saber que esta haciendo Angélica con su amiga.

Después de revisar un par de documentos y organizar la compra y venta de mercancía, me dirijo a la cocina ya que no he probado bocado en varias horas. Siempre me siento bien cuando estoy en la cocina, me recuerda a mi madre que se la pasaba cocinando todo el tiempo en esta misma cocina, preparando sus recetas italianas.

Siempre fui un desastre en la cocina, pero mi madre no iba a permitir que comiera pizza todos los días, así que me enseñó a cocinar. Pero nunca le preste mucha atención hasta que murió, y me canse de comer comida chatarra, pensé que la mejor manera de recordar a mi madre era haciendo lo que más le gustaba que es cocinar. No me arrepiento, le enseñe a Angélica y es una de las cosas que tenemos en común.

Preparo una pasta, algo simple y rápido para comer de inmediato, además sé que Angélica vendrá muy pronto y con su amiga por lo que preparo comida suficiente para todos. 

Después de comer me dirijo de nuevo a mi oficina, tengo que asegurarme que la negociación con los Costello sea un éxito y que las dos familias queden con una buena sensación al final la noche.

Miro los archivos y me aseguro de que todo esté en orden, lo he repasado todo varias veces nunca se es lo suficientemente, cuidadoso en este negocio. Recibo una notificación de mi banco donde dice que una de mis tarjetas de crédito ha gastado una buena cantidad de dinero, se de inmediato que es de Angélica siempre le ha gustado gastar el dinero y a mí nunca me ha molestado, pero tengo que decir que la cantidad de hoy es mayor de que suele gastar.

Ya me imagino que gasto su dinero en un guardarropa de diseñador, porque la mayoría de las veces cuando gasta tanto dinero es por ropa y zapatos caros. No le presto tanta atención y me quedo revisando algunos documentos de la empresa que necesitaban mi firma.

Decido después de un rato ir a practicar mi tiro, voy a la parte trasera de mi casa y me adentro al jardín donde encuentro a varios de mis hombres entrenando a los nuevos en puntería. Saludo a varios de mis soldados y me fijo primero en la puntería de los nuevos soldados algunos les falta practica pero la mayoría son muy buenos, saco mi Glock 19 y apunto a varios blancos, acertando todos. 

Sigo practicando mi puntería y dándoles consejos a los nuevos soldados. La familia Moretti tiene a los mejores hombres, no permitiré que eso cambie mis soldados están dispuestos a dar la vida por la familia, sin miedo incluso a ir a una guerra sangrienta y perder la vida siendo torturados.

—Señor, la señorita Angélica ya regreso— me avisa uno de mis soldados, guardo mi arma y voy directo a la casa.

Encuentro a Angélica con su amiga en la cocina comiendo de la pasta que hice, me sorprendo al ver que la amiga de Angélica esta toda cambiada, dejo atrás sus lentes de montura anticuada y su ropa holgadas. Su cabello esta suelto con sus hermosos rizos naturales, y su vestimenta ha cambiado ahora su ropa es más ajustada y juvenil y está bien maquillada.

Así que eso hizo con el dinero. También veo una gran cantidad de bolsas de ropa tiradas por el suelo.

Sonrió, supongo que solo quería darle un cambio de imagen a su amiga y no le fue tan mal. Como ninguna de las dos noto mi presencia decido regresar a mi oficina y luego prepararme para esta larga noche.

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