Llamando su atencíon

—¡Oh Cristina!, Teodora se la ha pasado riendo — exclama Libi emocionada al ver llegar a su amiga.

—Gracias por cuidarla Libi — agradece con una media sonrisa, al sentir que de nuevo sus ojos se encuentran picándole por salir las lágrimas que no cesan.

—¡Oh Chris! — exclama con pena, al abrazar a una de sus mejores amigas.

—No te preocupes, verás que saldré de esta — murmura al corresponder el abrazo de su amiga.

—Si deseas un lugar donde quedarte tienes las puertas de mi casa abiertas — se lo hace saber con una sonrisa.

—Gracias Libi, eres un amor de persona — responde.

—Eso siempre lo he sabido — responde con una risa, ocasionando una pequeña sonrisa en el rostro de su amiga.

Fija su vista en la carriola rosa pastel donde se encuentra su hermanita de cinco meses, en esos momentos dormida profundamente, algo que ella agradece por el esto de ánimo en el que se encuentra.

—¿A dónde iras? — le pregunta su amiga al tomar sus únicas cosas que tiene en ese pequeño escritorio.

—En estos momentos entregare la sala de la casa que vendí hace un par de días, junto con el comedor — anuncia al ver la fotografía que sobre sale de esa pequeña caja de cartón.

—Cristina…—

—No te preocupes Libi, verás que saldré de esta — la alienta con una sonrisa al interrumpir sus palabras de consuelo, se encuentra cansada de que todos la consuelen por lo que ha sucedido.

—Creo amiga que te veré en un par de días espero…— se despide al abrazarla por última vez.

—Suerte Chris…— murmura al corresponder el abrazo.

—Gracias…— susurra en agradecimiento al inclinarse y depositar la caja pequeña debajo de la carriola de su hermana, aunque la fotografía sigue viéndose, tomándola entre sus manos— creo que esto te pertenece — se lo dice al entregársela.

—Pero Chris…—

—Me la devolverás cuando tenga espacio de nuevo para ella — la interrumpe al decirle esas palabras.

—Es una promesa — susurra al perder de vista a su amiga, y después posar sus ojos en la fotografía que exactamente tiene un año de antigüedad.

En esa fotografía hay tres mujeres, las tres se encuentran usando unos trajes de baño, sonríe al recordar aquel viaje, el último viaje que hicieron las tres amigas antes de separarse y tomar caminos distintos.

Cristina que se encuentra en medio de ambas, luce un bikini de color azul cielo que resalta su cuerpo estructural y esos ojos marrones que brillan, a su lado derecho de encuentra ella con un bikini color rosa que luce bien en su cuerpo pero no como lo hace el que usa su amiga, eso siempre ha envidiado ella y Clarisse de Cristina, su hermoso cuerpo, una figura hecha para ser desfilada en las pasarelas con ropa de diseñadores famosos, en cambio ella y Clarisse mantenían el cuerpo de una mujer, no tan desarrollado y hermoso como el de Cristina pero pasable; Clarisse se encuentra del otro extremo con el bikini de color café, las tres abrazadas al ser tomada esa fotografía por un amigo de Clarisse que ella se encontró por casualidad en el caribe.

¡Qué tiempos!...

En esos tiempos las tres acaban de terminar su primer año de universidad, Clarisse se iba de intercambio a continuar en Estados Unidos, Cristina en Francia y ella se quedaría en Londres, las tres tenían tantos planes, pero todo cambio despues de que Cristina regresara a casa, enterándose que su madre se encontraba en espera de otro bebé, solo que este sería un embarazo peligroso obligando a la madre de Cristina a dejar el trabajo y Cristina rechazando la propuesta de terminar su carrera de diseñadora en Paris y la universidad; ella le consiguió un empleo en la empresa donde trabaja en la mañana y estudia en la noche, solo que su amiga Cristina no puede hacer eso a causa de los cuidados que necesitaba su mamá y hermano, y mucho menos ahora que parecía que volvería a su vida, pero el destino le tenía otra sorpresa.

Camina de regreso hacia su piso de trabajo, con la fotografía en mano, si pudiera ayudaría a su amiga, pero con lo económico apenas podía por que pagaba luz, agua, gas, renta y todo lo necesario para subsistir, aunque podría tenerla en su pequeño departamento, eso no le molestaría; pero Cristina se niega a dejar el departamento donde vivió con su madre la mitad de su vida; aunque este poco a poco se fuera vaciando a causa de la venta de los muebles.

El elevador anuncia la llegada hacia su piso saliendo de el para dirigirse hacia su escritorio donde deposita la fotografía encima del teléfono al recordar que debe de volver a bajar por los papeles que su “jefe” necesita al regresar del piso de ejecutivos.

¡demonios… todo olvida en esos días!...

¡Demonios… demonios y más demonios! Piensa Dante Spencer.

Parece que hoy no es su día, primero la muchacha esa Lennox, retrazándolo a la junta por lo cual llego tarde y ahora sabe que debe de asistir el viernes a una cena muy importante con los ejecutivos que mandara su tío desde Italia, y se supone que en Londres estaría fuera de las ordenes de su tío, lo peor de todo es que su ultima conquista se acabo hace unos días atrás y eso lo recuerda por el acostumbrado ramo de rosas que suele enviar con una pequeña joya y una tarjeta que se encarga de hacer Libi, desde que la contrato, esa suele ser la despedida al estilo Dante Spencer. Terminando la relación al saber que se ha convertido demasiado sería para su gusto, en cuanto su conquista empezaba hablar de amor, el mismo se encargaba de cortarla por lo sano y eso era aproximadamente en tres meses que duraban esas relaciones; solo que en esos momentos, necesitaba compañia femenina y no hay nadie que pueda acompañarlo.

Suelta un suspiro profundo al saber que tendrá que ver en su agenda para elegir a la adecuada para el viernes.

Al cruzar por el escritorio de su secretaria cuelga el teléfono que en un descuido, Libi dejo mal colocado, llamando asi su atención y haciendolo dirigirse hacia el. Haciendo una mueca viendo que Libi no esta en su lugar, imaginándose de que seguro se encuentre en el tocador.

Acercandose, se topa con un pedazo de papel rectangular que llama su atención al ver las figuras femeninas, en especial, la que se encuentra en medio, sonríe con una sonrisa cautivadora y ese brillo en sus ojos.

—Llame después.— anuncia hacia la línea para después depositar el teléfono en su lugar y seguir apreciando aquella fotografía.

Reconoce a su secretaria, pero a una de las chicas no y mucho menos a la chica de en medio logra reconocer, recorriendo con su mirada, aprecia la figura que cualquier modelo envidiaría por tener y sin con ello cuenta las dietas y ejercicio excesivo que ellas tienen, pero pareciera que esa chica lo tiene todo tan natural.

¿Quién será?...

—¡oh Señor Spencer!, no sabía que había regresado.— concluye Libi al mostrar los papeles entre sus manos, poniéndose nerviosa por que su jefe esta viendo una fotografía privada.

—Acabo de llegar.— murmura Dante sin apartar la vista de la fotografía.

—Creo que eso me pertenece.— murmura Libi al tomar la fotografía de las manos de su jefe y guardarla en el primer mueble de su escritorio.

—¿Quiénes son las chicas?.— pregunta curioso hacia su secretaria, en especial desea saber quien es la belleza de en medio.

—Son mis mejores amigas de la preparatoria y universidad.— explica apenada por que su jefe viera esa fotografía muy… exhibicionista.

—¿Cómo se llaman?.— vuelve a preguntar al querer saber la respuesta de su pregunta mental.

—Clarisse es la del traje de bikini café.— comienza a decirlo sin sacar la fotografía— y Cristina es la que esta en medio de ambas.— concluye sonriente al volver a traer en su mente esos días en el caribe las tres disfrutando de la paz y tranquilidad.

—¿Cristina?.— pregunta confundido al hacer una mueca mientras recuerda a la Cristina que el conoce, ¡será una broma!.

—Si señor, Cristina Lennox.— afirma ahora ella llena de confusión, ¿acaso no la reconoció?.

Relaciona el recuerdo que tiene de la Cristina Lennox de su despacho a la Cristina Lennox de la fotografía y son totalmente diferentes, aunque tienen algunos rasgos similares, para empezar el brillo de la melena azabache y los ojos marrones, a comparación de que cuando la vio ninguno de los dos brillaban de esa forma, todo lo contrario y el modo de vestir era tan impropio de una que tiene ese cuerpo, normalmente las mujeres que el conoce, buscan el lucir sus figuras con vestidos que dejan poco a la imaginación de un hombre, pero esa mujer hace todo lo contrario…. Será una broma de Libi…

No pueden ser la misma…

¿o sí?...

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