La elegida

• El •

—¿Estás seguro de eso hijo?— preguntó mi padre algo asombrado.

—Por supuesto que sí padre, es mi manera de afirmar mi poder en el reino— sonreí de lado.

Estaba decidido, tomaría el camino largo y de esa manera, le demostraría a todos que no solo era un rostro bonito, sino, que era el futuro rey al que todos debían temer. Comenzaría domando a esa fiera, definitivamente la elegiría a ella, sería divertido ver cuánto es capaz de soportar hasta que aprenda a respetar.

• Ella •

Ellos ya estaban aquí, se notaba el ambiente serio que había, los oficiales se pusieron de pie frente a nosotras y el horrible heraldo, ese hombre sonreía de manera extraña.

—Es hora de decirles quién va a ser la afortunada mujer que acompañará a mi amado hijo en el resto de su vida, y en su futuro reinado— dijo el rey con suprema frialdad, me daba asco con tan solo escucharlo hablar.

El príncipe dio un paso al frente, observaba a cada una de nosotras, de esa manera me costaba trabajo saber cuál sería su elección, una sonrisa se formó en sus labios, sentía un horrible escalofrío recorrer mi cuerpo.

—La afortunada de seguir mis pisadas, de vivir detrás de mí, serás tú— dijo el príncipe extendiendo su mano en mi dirección.

¿Estaba loco o qué?, no podía decirle todo lo que tenía en mente, realmente podría perder la vida, así que actuaré con mucha inteligencia. Tomé con delicadeza su mano y una sonrisa algo macabra se formó en sus labios.

—¿Podría por lo menos despedirme de mi familia y amigos?— pregunté con la voz «Entrecortada».

Ellos querían a alguien que fuera su juguete, no lo seré, no haré lo que quieran. Pero… esta podría haber sido la oportunidad que todos estábamos esperando para derrocar al monarca, buscaré la manera de poder serle útil a todos, aunque eso significaba sacrificarme y encontrar el punto débil de ellos ¡No quiero vivir en un lugar así! ¡No quiero que haya más injusticia!

Todas las demás chicas fueron escoltadas fuera del lugar ¡qué envidia de ellas! Estaba con el príncipe y algunos guardias.

—Tienes dos días para ir y volver por tu cuenta, si llego a escuchar que escapaste… ¡Toda tu familia pagará el precio! ¿Entendido?— Elevó su voz mucho más al final, casi me deja sorda.

Si lligi i iskichir ki ti iskipis ¡Cómo si tuviese opción! ¡Cuánto me hubiese gustado poder darle en la cabeza un montón de golpes! Aunque, si juzgamos por su capacidad mental, en su vida había recibido suficientes.

—Es… muy generoso, su majestad— respondí en un tono bajo de voz.

Después de haber soportado la escandalosa risa del príncipe, pude salir de aquel horrible lugar, podría respirar aire fresco, solo por dos días ¿Qué me pasaría si decido salir corriendo? ¡No! No puedo hacerlo, mi familia estaría en enorme riesgo, además… debía ser fuerte para infiltrarme y conocer más acerca del reino, así queridos amigos ¡Podríamos vencer al monarca! O por lo menos, cambiar la manera en la que se vive.

—¡Padre! ¡Madre! Estoy en casa— dije algo animada.

—¿Cómo te fue con el príncipe? ¿La elegida es bonita?— preguntó mi madre con una leve sonrisa.

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