Capitulo 3

  De nuevo vuelvo a estar encerrada en estas cuatro paredes, ¿Acaso nunca estaré tranquila?

  Hoy me tuve que volver a esconder de mi amargado tío Peter, desde que papá de fue de la casa él se ha hecho carga de mí, es un hombre muy apático, antisocial, hasta algo amargado, no puedo decir que es mala persona porque hasta hoy se ha encargado de darme asilo, pero a un costo muy alto, solo busca la primera oportunidad de conseguir quien se case conmigo. 

  Desde que entré al instituto ha sido la pelea de todos los días, mi tío al haber dedicado la mayor parte de su vida a los negocios, tiene muchos socios, ninguno se le puede decir que son sus amigos, como ya es de esperarse, su amargura aleja a todo aquel que se acerca a él sinceramente, todo el mundo le habla con el interés de que reinvierta con ellos, o lo que ha estado pasando en los últimos años, interesados en mí. Todos esos socios no son más que hombres ancianos que llegan al departamento con obsequios carísimos para él y para mí. 

¡No soporto ya sus miradas! ¡Ni las actitudes de desinterés de mi tío al ver el comportamiento de estos tipos!, así que al enterarme que vendrá alguien entro a escondidas y me encierro en mi habitación, como aún continuo en la universidad y trabajo medio tiempo en un supermercado como secretaria, aunque viva aquí en este lujoso departamento, yo tengo que trabajar para solventar mis gastos, mi comida, mi ropa, pero sobre todo la universidad, es la única manera de poder salir de aquí a penas cumpla los 21 años, ¡Ya falta menos René!

  Al siguiente día en las oficinas del centro comercial “Súpermarket Hunter”

- ¡Buenos días René! – me saluda muy seria mente el señor Hunter mientras me encuentro separando la correspondencia del día de hoy.

- ¡Buenos días Sr. Hunter! ¿Necesita algo? – pregunto curiosa al ver algo tenso a mi jefe.

- ¡Sí!, pase a mi oficina por favor – dice sin cambiar su expresión.

- ¡En un momento señor! – le respondo al terminar de separar los sobres que van dirigidos a él  - Le llevaré la correspondencia que acaba de llegar – finalizo para ver como el Sr. Hunter asiente con la cabeza y entra por la puerta al fondo del pasillo.

  Tomo aquellos documentos y me encamino hacia ese mismo lugar, presiento que algo anda mal, mis manos comienzan a sudar de la nada. Abro la puerta topándome con lo que tanto temía.

- René, ha sido una eficiente secretaria, muy buena asistente se podría decir, pero como se ha podido dar cuenta en estos momentos la crisis por la que está atravesando la tienda se ha convertido en un gran problema, así que lamento ser portador de esta noticia pero por el momento debo de prescindir de sus servicios – y como un aire helado, me he quedado sin trabajo una vez más.

- S-Señor Hunter… - intento decir algo.

- Créame que lo lamento, usted René ha cumplido muy puntual con su trabajo, pero he tenido que tomar esta dura decisión, ¡Debo de decir que no es nada fácil!, y no se preocupe por su correspondiente liquidación y está plenamente recomendada por esta empresa – intento digerir todo mientras suspiro hondo comprendiendo que de nuevo ha pasado esto.

- ¿Le puedo preguntar algo Sr. Hunter? -  

- ¡Claro! –

- ¿No le han obligado han despedirme? – de nuevo mi tío Peter movió sus influencias para que me quede sin empleo.

- ¡N-no! ¡¿De qué habla Señorita René?! – su reacción termina de confirmarme todo.

- No, nada Sr Hunter – digo resignada, sé que no puedo hacer nada al respecto, solo tengo que buscar un nuevo empleo en donde no me encuentre tan fácil mi tío.

- ¡Ok! ¡Muchas gracias por haber laborado con nosotros! ¡Mucha suerte! – termina diciendo mientras me retiro de aquella oficina por última vez.

  Me dirigí a recibir mi cheque, al menos ese dinero me ayudará a cubrir la cuota de la universidad, pero no puedo durar sin trabajar tanto tiempo. Me dirigí al departamento, el tío saldrá con unos socios esta mañana a jugar en el bar de siempre, así que hoy no estará aquí hasta en la tarde y con algunas copas de más, es de esos de los peores momentos de convivir con él.

  Cerrando la puerta con seguro me conecté a jugar en mi computador, debido a las actitudes de mi único familiar no tengo muchos amigos, me he hecho una vida cibernética, sé que suena absurdo pero tengo mi comunidad de “Amigos” en este juego donde hacemos equipo de vez en cuanto, a veces pienso que soy un hombre en mi interior, más por mi nombre, es muy raro que una chica lleve por nombre René ¡Já!

  De la nada recuerdo mi situación, así que dejo el juego por un momento para buscar en línea un nuevo empleo, pero ahora no sé por dónde empezar, tiene que ser un lugar donde no me pueda sabotear el tío Peter. Encontré por casualidad una página donde publicar mi solicitud de empleo por medio de la universidad, solo llené mis datos especificando que estoy enfocada en administración, espero encontrar algo.

  Navegando encuentro que muchas de las grandes empresas de aquí de Nueva York están solicitando a practicantes de todas las áreas, pero no me ayudará tanto el sueldo de practicante, necesito uno de tiempo completo para poder pagar todo, ¡Dios no!, un ruido fuerte en la sala me desconcentra, el tío Peter entro gritando a la chica de servicio como siempre, me levanté a cerciorarme de que la puerta contara con seguro, volví de nuevo al computador pero el tío subió a mi habitación golpeando una vez tras otra mi puerta, gritndo palabras altisonantes, ¡No me deja concentrarme!

  Pinche sin querer a varias postulaciones, quise cancelarlas conforme me di cuenta, pero fue inútil, resignada a no responder ningún llamado por esos días me volví al juego donde acababan de quitar una publicación de la que todos estaban hablando en el chat ¿Pero qué ocurrió aquí? 

  Me puse a investigar en los foros y las paginas oficiales, al parecer la empresa estaba regalando insignias al azar y después publicó que las retiraría, ¿Ósea si las dio o no?, no comprendo nada, veo el buzón de entrada de mi perfil y ¡Ahí estaba!, ¡Una de las insignias que estaban regalando! ¡Al menos algo bueno ha ocurrido hoy!

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo