Capitulo 1

  De niño tuve todo lo que deseaba, excepto una familia. De niño no comprendía como eran las cosas, los únicos recuerdos que tengo de mi infancia son la rutina de siempre, todo el día en el colegio, terminando las clases continuaba con clases extras de natación, de violín, de artes marciales, artes plásticas, cualquier curso o campamento al que se me obstinara a entrar, quise ser el mejor en todo, quise que mis padres se sintieran orgullosos de mí, pero todo fue un fracaso, mi mundo se vino abajo cuando comprendí como era mi vida, un espejismo…

  Así que ahora me encuentro de nuevo en esta inmensa casa buscando respuestas, mientras me concentro en mi vieja habitación jugando un videojuego en el computador, el cual encontré entre mis cosas, ¿Qué haré con la mansión?, mis padres me han dejado todo, pero qué más da, no necesito nada, con el nuevo software que ha creado la compañía ganaré el doble de ganancias de lo que resulto de la última app que cree.

  Escucho de la nada como se acercan pasos por el pasillo, para después escuchar que tocan la puerta.

- ¡Adelante! - Ordeno sin despegar mis manos del computador.

- ¡Señor! ¿Gusta que le sirvamos la cena? – me cuestiona Robert, el mayordomo de mi padre.

- ¿Acaso no puedes ver que estoy ocupado? – digo sin importancia.

- ¡Lo siento señor!, la joven Rachel ordeno que se le preparará sus alimentos para esta noche – intenta justificarse.

- ¡Dile a Rachel que no moleste! – sigo sin verle.

- ¡No es necesario Robert!, ya lo he escuchado – dice en modo sarcástico mi entrometida hermana. 

- ¡Lo siento Señorita! – dice Robert un tanto apenado por nuestras constantes peleas.

-¡No te preocupes Robert!, ¡Yo me encargo de él! – le calma.

  Escucho las zapatillas altas que lleva mi hermana acercándose, cuando menos lo esperaba se posó tras de mi computador.

- ¡Baja a comer ahora! – me ordena con sus brazos cruzados y tono molesto.

- ¡Ya dije que no!, ¡Estoy ocupado! – digo sin verle aun con mis dedos sobre el teclado del computador.

- ¡Y yo dije que bajaras a cenar! – me vuelve a gritar.

- ¡Déjame en paz! – siempre sabe cómo irritarme tan rápido.

   Aquella desagradable cena, solo me dispuse a ingerir los alimentos preparados por la misma cocinera que tiene años trabajando bajo el nombre de mi familia, es extraño como me hace recordar lo que todos llama calor de hogar, pero más que cálido es frío, triste y solitaria sensación, me hace recordar mi frágil niñez.

  Por su parte Rachel se la ha pasado hablando de todo lo que ya vivido en Londres, somos tan diferentes, ¡Me cansa su absurdo positivismo!

  Terminó de comer para hacer lo que debí haber hecho hace días. Subo después de agradecer los alimentos mientras que interrumpo la anécdota que está diciendo Rachel para subir a mi antigua habitación. Busco entre mi closet la primera maleta que encontré, estaba por llamar a Robert o a una de las mucamas pero no le hallo sentido, le irán a decir a mi hermana quien evitará que me valla de aquí, con el deceso de nuestros padres, intenta que juguemos a la familia unida y feliz, ¡Patético!

  Después de acomodar mi ropa, decidí llevar algunos de mis antiguos videojuegos, mis únicos acompañantes de mi niñez. Bajo las escaleras si voltear a ninguna parte, al parecer todos ya se han retirado a sus áreas de dormitorios, salgo de la mansión para abordar mi Mercedes Benz, conduje por todo New Jersey hasta llegar a mi penhouse en New York.

  El clima ha estado haciendo estragos, estamos en otoño, todas las calles al rededor del Central Park se encuentran cubiertas por hojas color marrón y aún se visualizan familias paseado por los pasillos jugueteando con ellas, estoy cansado de esto, de las personas.

  Al entrar en mi departamento se que he vuelto a la rutina de todos los días, veo la contestadora con mensajes de voz, los sobres que han dejado en recepción que voy acumulando en la mecilla del centro de la sala, paquetes que he recibido con obsequios de quienes se quieren asociar conmigo, ¡Já! Cómo si un regalo me fuera a comprar.

  Me derrumbó sobre el sofá para comenzar a escuchar los audios, aunque no deseé hacerlo, Marion comenzará a fastidiar conforme se entere de que he regresado. Marion es la única personas con la que convivo fuera del resto de la población mundial, fue lo más cercano que conocí a una amiga sincera mucho antes de que fuera el empresario de hoy, así que cuando comencé a crear mi empresa la contraté como mi representante. 

   Mensaje tras mensaje todo ha sido lo mismo, ofreciendo me citas con otros empresarios, los problemas que ha causado mi ausencia, las ventas, juntas a las que debí haber acudido, todo lo mismo de siempre.

  Cansado me dirigí a mi habitación donde tome la pijama que encontré y comencé a colocarme en el computador, viendo mis correos acumulados también, están las estadísticas del último videojuego que fue un récord de ventas con el tiempo en el que ha Sido lanzado, pero muchos usuarios de han quejado de lo complicado que se ha vuelto el conseguir las recompensas, ¡De verdad que quieren todo gratis!

  Decidí hacer algo al respecto, comencé a programar y diseñar a personajes exclusivos, debo de pensar en como se obtendrán, será demaciado divertido ver cómo se pelean por conseguirlos, o mejor aún, los regalaré al azar a unos cuantos de todos esos cientos de usuarios…

  Por una extraña razón, me divierte ver las debilidades de las personas, de lo fácil que es manejarlas…

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