TRIÁNGULO AMOROSO
TRIÁNGULO AMOROSO
Por: Madley11
~•EL RECHAZO•~

El día que tú no ardas de amor, muchos morirán de frío.

François Mauriac (1905-1970) Escritor francés

Miro el reloj y ya son las 7:00 AM, ¡Rayos! Llegaré tarde a la universidad, me levanto de la cama me visto rápidamente, me pongo cualquier prenda pues en realidad, no me interesa cual sea mi forma de vestir; pero usualmente visto unos jeans rasgados, una sudadera negra y un par de tenis, como ven, no soy de esas chicas que llama mucho la atención. Además de eso soy de clase media alta; tengo 20 años, de cabellos y ojos negros; delgada y piel canela, una chica común que pasa desapercibida de todos, mi nombre es Gabriela Vega Ortiz.

Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina por un vaso de yogurt, lo bebo rápidamente y sali de mi casa, pues, llevo mucha prisa; camino unas dos cuadras lejos de casa buscando un taxi, pero ningún alma ronda por ahí, en voz alta digo: ¡Maldita sea! no llegaré a tiempo, llevo un par de minutos caminando, cuando por fin, encuentro uno y voy rumbo a la universidad.

Llego a las 7:40 AM, le pago al conductor  y me dirijo rápidamente a mi salón de clases, pero para mi sorpresa el docente no había llegado por motivos de salud, fue lo que me dijo Sara, cuando me siento a su lado. A propósito, ella es mi mejor amiga, es bastante baja, de piel morena, cabellos rizados y ojos negros. Siempre usa vestidos muy llamativos.

_Gaby, ¿Qué te pasa hoy? _Me dijo Sara al verme muy pensativa.

_¡Oh! No es nada Sara, estoy bien, sólo pensaba un poco.

_ ¿En qué?, o ¿en quién?_ Me dice mientras me da un golpe con el codo, lo que me causa risa y le respondo.

_Jajajajajaja, en que más, pues, ya falta poco para las vacaciones y estoy planeando hacer miles de cosas; como por ejemplo irme de viaje o algo así...

_Tienes razón amiga, mmm, y supongo que estoy incluida en tus planes ¡Eh!

_¡Pero claro! sabes que no te olvidaría jamás, aunque sea te meto a mi maleta; pero las dos nos vamos a nuestras merecidas vacaciones. Sara empezó a reír y me dio un fuerte abrazo y me dice al oído... Siempre juntas, mi querida Gaby. En ese momento me dije a mi misma ¡Wow! Qué bueno que se la creyó, pues en realidad no quería que Sara se enterara de mis verdaderas intenciones del ¿Por qué estaba tan pensativa? Bueno, espero estar haciendo lo correcto, de repente, escucho su dulce voz, sacándome de mis pensamientos.

_Gaby.

_Sí, dime amiga.

_Tengo hambre, ya es hora de ir a desayunar.

_Jajajaja bueno. Vamos.

Salimos del salón rumbo al comedor, en donde nos pusimos a platicar y a reír de sus muchas ocurrencias. No mentiré, ese día fue unos de los más lindos de mi vida y aún no acababa pues, de regreso a mi casa me encontré con Andy Carvajal, que decidió acompañarme, yo acepté gustosa.

_ ¡Oh por Dios! Andy me acompaña, dije en mi mente.

Me sentía nerviosa y a la vez muy feliz porque Andy estaba caminando a mi lado, mientras lo miraba de reojo me puse a recordar la primera vez que vi a ese chico alto, de cabellos negro rizados, piel blanca, ojos café claro, de sonrisa tranquila y mirada coqueta súper encantadora. Él estaba usando unos jeans rasgados y una camisa bastante ajustada a su atractivo cuerpo, pues, Andy tiene un abdomen bien formado, gracias a las 5 horas diarias que pasa en el Gym (gimnasio) han pasado dos años desde ese entonces. No lo puedo creer, el chico que me gusta está a pocos centímetros de mí, casi 5 minutos caminamos en silencio, luego su varonil voz, mencionó mi nombre.

_Gabriela, ¿Cómo te fue en la universidad? Yo respondí tartamudeando un poco.

_Bi...Bien. Sólo pude decir eso, ¡Rayos! Pero qué tonta soy, dije en voz baja.

_Genial. Me respondió con un tono amable, sabes, me encantaría que algún día salgamos a ver una película o ir al parque, me lo dice, mientras una pequeña sonrisa se forma en su boca.

Esto es increíble, Andy me está invitando a salir, estoy súper emocionada pero me controlo y le respondo con un tono divertido, sí claro algún día, estaba súper emocionada que no me di cuenta en qué momento llegamos a mi casa.

Andy se despidió de mí con una sonrisa y me dijo que esperaba ese algún día, luego tomó rumbo para su casa. Entré a casa muy feliz y emocionada, pensando en cómo sería tener una cita con Andy, me dirigí a mi alcoba y me recosté en mi cama, me puse a escuchar música hasta quedar completamente dormida.

Pasaron unas semanas y al fin Andy y yo salimos, nos divertimos tanto que jamás olvidaría nuestra primera cita, bueno según yo, era una, luego de eso comenzamos a salir casi todos los días y las semanas se tornaron meses, a veces me llevaba al parque, otras al cine, así pasó el tiempo y estaba segura de que yo le gustaba, por la forma en que me trataba, además de eso me decía que yo era muy linda, entonces un día decidí contarle mis sentimientos, ya tenía todo planeado, el día, el lugar, e incluso, la ropa que vestiría para esa ocasión especial.

Era viernes, 6:45 PM, Andy vendría a las 7:00 PM como siempre saldríamos a divertirnos, contaba los minutos para que ya llegara, como era un día especial, era obvio, que tenía que estar bonita, así que me puse un vestido rojo sin mangas ajustado hasta la cintura , pero suelto de la cintura para abajo (no me gustaba mucho usar vestidos pero está es una ocasión especial y quería verme muy femenina para el chico que me gusta) me calcé unas bonitas zapatillas negras, no decidí maquillarme, en realidad nunca lo hacía, me miré al espejo y en eso me llega un texto de Andy diciéndome que estaba fuera de mi casa. Salí casi volando, bajando rápido las escaleras, cuidando de no tropezar, me despido de mis padres, subo al auto y nos dirigimos al parque, ya que es una bonita noche estrellada ¡Perfecto! Pensé, la noche me favorece, dejé escapar una pequeña sonrisa, Andy lo nota y me dice:

_ ¡Hey! ¿A qué se debe esa sonrisa? En eso respondo sin míralo.

_Acabo de recordar de un chiste gracioso que me contó Sara.

_ ¡Sara! A poco es una payasa, lo dijo en tono burlón.

_Jajajajaja, de hecho sí, le respondí. Platicamos hasta que llegamos al parque, salimos del auto y nos dirigimos al puesto de helados, luego nos sentamos en una banca mirando las estrellas mientras saboreaba mí helado Andy se me acerca al oído y me dice:

_Me gusta pasar el tiempo contigo, Gaby.

_A mí también Andy, eres muy divertido.

_Pues, sí, algo, no tanto como Sara, pero tengo lo mío, jajajajaja.

_Andy, sabes, quiero decirte algo...antes de terminar de hablar, Andy me interrumpe.

_Gaby, ¿te acuerdas cómo nos conocimos?, al escuchar eso, una pequeña sonrisa se forma en mi boca mientras le respondo.

_Sí, claro, recuerdo, estaba súper nerviosa, era mi primer día en la universidad y estaba completamente pérdida.

_jajajajaja, pues sí, cuando te vi pensé exactamente lo mismo, sentí pena por ti y te ayudé.

_ ¿Pena? ¡Oh! Vaya, gracias, qué bien suena eso, le dije arqueando una ceja.

_jajajajaja ¡ups!, perdón. Bueno llegó la hora, no seas cobarde me dije a mi misma.

_Andy, sabes, tengo que decirte algo muy importante, dije seriamente.

_ Por la expresión de tu cara debe ser algo importante ya que tu helado se está derritiendo me dijo. En eso acabo rápido mi helado ¡Ay! Dije agarrando mi cabeza ¡Cerebro congelado!

_Jajajaja, eso te pasa por ingerir el helado tan rápido. En ese momento ya me había pasado eso y me dispuse a hablar.

_Mira, yo...yo...Empecé a tartamudear, pero luego respire hondo y proseguí...sabes, tú me gustas mucho, le dije mientras lo miraba a los ojos y vi cómo cambió su expresión. Desde cuándo empecé a sentir esto, no sé, solo sé que este sentimiento por ti es muy fuerte y cada día que pasa va creciendo más y más; al principio luché con todas mis fuerzas para que esto desapareciera, pero no lo logré, ahora tuve el valor de decírtelo. Y pues, dime tú qué piensas acerca de esto.

Andy estaba completamente sorprendido, hubo un momento de silencio entre los dos por unos segundos, luego me miro a los ojos y me dijo:

_ ¡Wow! Vaya, eso no me lo esperaba, sabes Gaby tu eres una chica bonita y especial para mí, y creo que tus sentimientos son sinceros; pero...tartamudeó un poco, yo te veo como una hermana y una excelente amiga, lamentablemente no puedo corresponder a tus sentimientos, discúlpame, lo siento en verdad, pero eso no significa que dejaremos de ser amigos, al contrario, todo seguirá igual, te lo aseguro.

Cuando acabó diciéndome todo eso, sentí que mi corazón se partía en dos, luego me invadió una melancolía, por supuesto no iba a dejar que Andy lo notara, así que cambie todas las expresiones de tristeza y con una sonrisa fingida le respondí:

_Entiendo Andy, sólo quería que tú supieras de mis sentimientos y quería saber cuál era tu respuesta a todo esto, ya que no podía seguirlo ocultando más, así que todo tranquilo entre los dos, somos, personas adultas y sabemos tomar buenas decisiones, me reí un poco.

_sí claro, lo que tú digas, eres una niña increíble, bastante comprensiva, creí que después de esto terminarías odiándome.

_Para nada, eres mi amigo y eso es lo que importa.

Después de esa plática nos marchamos, Andy me llevó a casa, no dijo ni una palabra durante el camino, llegamos, Andy se despidió sin mirarme, entré y en la sala estaban mis padres mirando televisión, y me preguntaron por qué había llegado tan temprano, les dije que no me sentía bien, así que decidí volver, mientras subía las escaleras, dije en voz baja. Al menos no notaron las expresiones de tristeza. Rápidamente entré a mi habitación, puse el cerrojo para que no me molestaran, me quité las zapatillas y me acosté. Ahora, puedo llorar dije, mientras pensaba en que había fallado, se supone que esta sería la noche perfecta para mí, pero de un de repente se convirtió en gris, las palabras de Andy venían a mi mente una y mil veces: te veo como una hermana, excelente amiga, no puedo corresponder a tus sentimientos...sentimientos....sentimientos. Sonaban en mi cabeza, mientras mi razón culpaba a mi corazón por haberme dejado tan frágil, en el fondo sabía que las cosas ya nos serian iguales, que todo cambiaria, me invadió una gran tristeza, me sentí vacía, tal vez me volvería una persona solitaria, ya que el dolor que estaba sintiendo era extremadamente grande, fue como si todas mis defensas del cuerpo hayan caído, finalmente, comprendí aquel dolor que no te deja razonar por completo, es como si te cayeras a un lago congelado, ese dolor tan desconocido que había ignorado mucho tiempo, se llamaba RECHAZO

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