Capítulo 6

Merlina.

Abro la puerta con pocas ganas y la cierro detrás de mi... la verdad hoy no tengo ánimo de hacer nada.

Alzo la vista con desinterés y... no puedo creer a quien tengo en frente.

No olvidaría esos ojos.

Su cabello cae de manera desordenada hacia atrás y acaba de sonreír al sentir mi mirada.

Pensé que jamás volvería a ver a aquel hombre.

- buenos días- dice y se levanta. Le devuelvo el saludo.

- tome asiento- dice cortésmente.

examino toda la habitación y noto que hay una camilla, un conjunto de sillas con un escritorio a la par y unos sofás con otro escritorio, todos ellos organizados en distintos sectores.

-¿en cuál?- lo observo dudosa y él asiente.

- en el que gustes- dice y sonríe.

Me dirijo al sofá y tomo asiento.

Tiene cara de insatisfacción, pero aún así no despega la vista de su libreta.

- ¿por qué eligió éstos sofás?- dice luego de tomar asiento en el sofá que está detrás del escritorio a juego con el sofá que elegí.

- me parece más cómodo que las demás cosas- digo y frunce más el seño. Pero aún no se molesta en obsequiar ni siquiera una mirada.

- ¿cuál es su nombre señorita?- pregunta tomando un libro del escritorio.

- se supone que usted debería saberlo- digo de manera desconcertada.

- lo sé, pero necesito escucharla decirlo- dice aún sin mirarme.

- no se lo diré de todos modos- digo sonriendo y me recargo completamente en el sofá.

- y ¿qué te trae por aquí?- pregunta mientras sonríe de una forma sarcástica, luego de alzar las cejas.

- vengo por un amigo, que me cree demente- digo y sonrío.

- ¿por qué piensa eso?- pregunta.

- no lo sé- miento y observo detenidamente sus facciones, es un hombre de algunos 28 años, muy joven para ser un psiquiatra tan conocido.

- escuche- dice alzando la vista de la libreta y observa fijamente mis ojos.

Al parecer le causó tanta sorpresa como a mi verme aquí, permanece en silencio y relame sus labios.

- entre usted y yo, no pueden haber mentiras.

¿por qué?

- porque así sus sesiones no llegarán a ninguna parte- dice y permanece con su mirada en el libro, tratando de fingir que mi presencia no le causa sorpresa.

Pero ya te atrape.

- no llegaremos a nada de todos modos. Solo estoy aquí por mi amigo, no lo necesito- el sonríe abiertamente y niega.

- por alguna razón lo piensa- dice.

- ¿cuál es su apellido?- me observa fastidiado y sonríe.

Por unos segundos sostiene mi mirada y ocurre algo muy extraño, un brillo inexplicable se observa en sus ojos, éstos cambian de un verde a un azul, en fracción de segundos.

- enfócate en lo importante- dice y mira su libreta, niega y toma varias respiraciones- hagamos un trato: usted me dice su nombre y yo le diré el mío- dice alzando la mirada, para nuevamente sostener mi mirada, siento que me falta el aire y aparto la mía.

- no gracias- respondo con gracia, se escucha un resoplo de su parte.

Me levanto de mi asiento y me dirijo a la pared donde se encuentran sus reconocimientos, buscando su nombre.

Lo observo y se encuentra sonriendo en dirección al libro.

"Kaprow" ese apellido retumba en mi cabeza... ¿no era el nombre del edificio?

- Kaprow es el nombre del complejo ¿o no?- pegunto algo confundida.

- sí. Todos éstos edificios son una cadena de organizaciones, encargadas de velar por la salud de las personas- dice y sonríe levemente.

- oh- es lo único que logro espetar.

- bien- dice y se incorpora para estar más cómodo- ¿qué tal ha transcurrido el día de hoy para ti?- pregunta observando su libreta, mi respiración se agita al ver su pelo caer al descuido por su frente ¿alguien más piensa que es una estupidez? Nunca me había sucedido nada parecido.

Pienso en su apellido y las organizaciones ¿él es el dueño o qué?

Trato de cambiar el tema para olvidarme de lo agitada que me encuentro.

- espera, entonces ¿las organizaciones son tuyas?- pregunto interrumpiendo, pestañea varias veces y levanta la vista, posando su mirada en mis ojos.

Parece enojado.

- escucha- dice en un susurro.

Cierra su libreta y vuelve a mirarme- lo mejor es que la sesión acabe, no te ayudaré si tú no lo deseas. Esto depende de ti- dice y luego añade- y sí, pertenecen a mi familia- sonríe y se dirige al ventanal de cristal, sus ojos vuelven a cambiar y ahora se colocan de un tono oscuro, como si de tinieblas se tratara.

Luego de unos minutos dice:

- me haces perder mi tiempo y el tuyo también- dice.

- ¿y si quiero que me ayude?- pregunto.

- vuelve cuando estés segura- dice y asiente- esto se trata de ti, no de mí- toma aire- el tiempo acabó hace 10 minutos, ya te puedes ir- añade nuevamente.

- si me decido a volver...- me interrumpe a mitad de la frase.

- hablas con mi secretaria y haces una cita- dice y sonríe.

- de acuerdo- digo levantándome y caminando hacia él- gracias- digo ofreciendo mi mano y él la extiende, nunca un hombre había causado tantas emociones juntas a mi persona.

- pase buen día- dice y sonrío a modo de respuesta.

Estúpido.

***

Abro la puerta del refrigerador y tomo un cartón con jugo de naranja, al cerrar la puerta me encuentro con ojos amenazantes y una mirada de loco.

- ¿cómo te fue en la cita?- pregunta de forma neutral.

Lo ignoro y continúo destapando mi jugo.

- Merlina...- dice fastidiado- ¿qué tal fue todo?- dice sonriendo.

Pongo los ojos en blanco y contesto:

- sabes, ni quería ir... pero no sé quién estaba más fastidiado de yo o el Doctor- digo luego de sorber mi jugo.

- seguro un anciano cascarrabias- dice riendo.

Un hombre muy cascarrabias debo decir...

- Clarísimo- digo en forma sarcástica- obviamente- digo fingiendo gracia.

Me aproximo a ir lo más rápido posible a mi habitación.

- ¿me estás ocultando algo?- pregunta Jon en forma acusatoria.

- claro que no...- digo en forma sarcástica y camino lo más rápido posible por las escaleras.

***

- ¡Merlina!- escucho una foca a medio morir gritar mi nombre a toda voz.

Lo que provoca que despierte de mi intenso sueño.

- ¡Merlinaaaa!- grita a todo pulmón tocando la puerta súper fuerte.

- ¿qué te sucede? Me vas a dejar sorda- digo abriendo la puerta ágilmente.

Lo observo con cara de pocos amigos, sumando el sueño que traigo.

- vamos a ver una película- dice sonriendo- tú haces las palomitas- dice rápidamente escapando de mi lado.

- dale- le grito mientras busco mi pijama de ositos.

***

Simplemente coloco las envolturas en el microondas y listo.

- una para ti y otra para mi- digo tendiendo sus palomitas con una sonrisa- su jugo señor- le digo al pasarle un baso con jugo.

- gracias señorita- responde riendo- que lindo pijama- ríe a carcajadas y me empuja al sofá emocionado.

- gracias, gracias. Lo compré el día antes de mudarnos acá- respondo sonriendo exageradamente- ¿qué película veremos?- pregunto.

- veremos "en nombre del amor"- dice y se levanta corriendo a la cocina, mientras yo lanzo todas las palomitas en su dirección.

- ¡detesto las películas románticas y lo sabeeees!- grito riendo- es aburrido, mejor vemos otra cosa- digo súper rápido.

- amor bello... ¿qué tiene de malo? algún día tendrás novio y necesitas saber como tratarlo, no está mal, es súper tierna la película- dice sonriendo.

- ¿para qué querría yo tener novio?- pregunto riendo- todas las mujeres que conozco que tienen pareja solo se quejan de ellos...- digo moviendo las manos exageradamente- dicen: "este es un vago, solo juega play y blah blah blaaah" no estoy nada interesada, yo quiero acabar la medicina... no quiero ni pensar en enamorarme- digo con la mirada cabizbaja, entrelazando los dedos.

- anja, como digas, ¿qué quiere ver la señora entonces?- pregunta amargamente.

Me burlo unos segundos.

- mmm, podría ser búsqueda implacable... o quizás alguna película de comedia- digo restandole importancia.

- nunca cambiarás- dice riendo.

Gracias por leer chic@s, los amo ❤❤

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