4/ La fiesta.

Él está en no sé qué parte de la casa, ya paso como una hora y veo desde aquí autos, camionetas

 de comidas, se nota que la fiesta es en grande. Me siento en el sobrante de la ventana, es como una baranda, pero por dentro miro todo, espero que el tiempo pase no me queda otra opción. Mi móvil no ha sonado, mi madre no me ha escrito no sé nada de ellos le he mandado mensaje y le he intentado llamar y nada, pero seguro ahora estarán bien, la casa estará a salvo o al menos eso fue lo que Mario dijo, que sus problemas se resolverían con esta unión. Me casé de una forma estúpida de esas que miras en las novelas y dices “Que idiota la chica”  bueno esa idiota soy yo.

Mi madre, el violento de Mario y todo lo que llevó estos años sin mi padre si apoyaré a mi madre, ya que el dolor que ella sintió y todavía con la muerte de Noa no lo superará jamás, él era mi hermano, era pequeño cuando murió es algo que nos marcó, pero a mi mamá la dejo hecha una persona sin voluntad, nada la hizo feliz de nuevo. Si por eso es que cedí porque sé que ella no resistiría y sé cuál es su camino fácil, mi vida soy joven aún puedo cambiarlo todo y si debiera fingir frente a ella lo haría. La puerta se abre es el de nuevo y con él tres mujeres que entran con valijas y perchas con ropa dentro, él se queda en la puerta —Señora soy Anna y ella es Denis y Elma la ayudaremos arreglarse para su fiesta.

— ¿Mi fiesta? — Pregunto dudosa — Si cada matrimonio merece una fiesta y hoy es la nuestra — Dice él y está por salir cuando voy hacia el rápido y lo freno ya en el pasillo.

—Espera ¿Mi mamá vendrá? — De verdad quiero ver que esté bien, pero no se lo digo.

—No.

—Pero es...

—Bésame — Me dice muy cerca de mí. 

—No lo haré, no si aun así mi madre no estar á, no tendrás nada de mí.

—Tú te lo pierdes, te espero en 40 minutos.

—No iré tendrás tu fiesta, pero sin esposa.

— ¿De verdad quieres jugar a esto? — Él me habla muy cerca, su aliento choca contra mis fosas nasales — No iré — Me toma el pelo a la altura de la nuca.

—Vendré por ti y sea cual sea el estado en que te dejen te haré bajar para que tu mami lo vea en todos lados diarios. Me suelta y se marcha, me meto a la habitación limpiando mis lágrimas antes que caigan y me siento.

—Está bien, estoy lista — Ellas me arreglan, pero no le daré el gusto, no seré ni callada ni sumisa, mucho menos le reflejaré miedo, él sabrá que en mí encontrará una oponente digna tendré golpes quizás, me hará sentir una porquería puede ser, pero jamás dejaré que eso lo haga triunfador a él, los golpes no son algo ajeno a mi vida ya lo vieron, Mario siempre me golpeó solo que la peor parte se la llevó siempre mi madre, pero no me hace ajena a lo que es un hombre violeto, al contrariar lo vi en sus ojos y él lo es. Lo que no sé aún es cuál fue su propósito para casarse.

— Señora mire, aquí trajimos diferentes vestidos dirá que la guata más o cuál es más acorde con su estilo — Me dice una de las chicas que me peina.

—No lo sé quiero algo muy sexy, pero no vulgar que se note lo mejor que tengo — Toco mis pechos.

— Pero que sea sutil... — La chica me dice, asiento con la mirada.

—Señora, tiene un rostro hermoso, todo le queda bien, pero se lo que busca terminemos chicas de maquillarla y le daremos lo que ella pide

Me terminan de alistar me miro al espejo y parezco otra, pestañas postizas, labios en tonos tierra, mis ojos en un ahumado color negro muy degradado con rosa de modo que mis ojos miel parecen casi verdes estoy hermosa. El cabello recogido en una coleta alta y le colocaron apliques de pelo que lo hacen más largo aun y una diadema en mi costado derecho de la cabeza con pequeñas mariposas de cristal.

Voy a ponerme el vestido, debajo tengo un body blanco, al ponerlo me veo hermosa, tengo una sola manga es todo, hecho en un material brillante, es larga y se engancha en mi dedo del medio por un dedal es largo, pero solo un costado, el tul parece un velo, pero es la falda del vestido que está muy pegado a mi cuerpo termina en mis pies en un corte sirena las piedras están como si fuera una cascada que cae por mis caderas para así darme una curvatura hermosa a mi cuerpo.

—Señora se ve espléndida — Me miro en el espejo todo está hermoso, no parezco yo.

—Disculpe, señora, únicamente faltaría su sortija y no la tenemos nosotras.

—No tranquilas, yo tengo la mía gracias, ahora bajaré si de verdad fueron muy ambles.

Él vendría por mí pero no lo esperaré si pienso que me encerraría no de no ser así. Llego a la escalera y con un nudo en mi pecho comienzo a bajar con mucho cuidado, ya que no estoy acostumbrada a tacones tan altos me tomo de la baranda y veo como uno a uno los hombres y mujeres de la fiesta comienzan a notar mi presencia, en eso, noto su mirada pesada como se hace paso entre la gente y llega a mí a 3 escalones antes de terminar de llegar al final de la escalera me toma de la mano la besa. Apretó mis labios y miro hacia la multitud, debo mirar dos veces para notar que mi mamá está allí en los pies de la escalera mirándome con ternura está tan cambiada hermosa, elegante.

—¿La ves?

—Si esta...

—Bésame — Lo miro porque insiste —Y que parezca que me amas — Él dice eso entre dientes y sin más mis manos van a su cara con sutileza, con cariño mentiroso, con ternura fingida, miro sus ojos y sus labios y sin más lo beso, un beso mojado donde su lengua quiere hacerse paso y no lo dejo me aparto y como en las películas limpio su boca del labial que dejé en él.

— ¿Satisfecho?— Él mira al público presente, me toma de la mano, las levanta y grita — !Les presento a la señora Patrovic! — Todos aplauden y mi mamá como si se le fueran a salir yagas de la fuerza de sus manos. Bajamos lo que queda de la escalera y él saluda yo igual, solo quiero llegar a mi madre, pero él me aparta para una mesa y toca mi pelo —Dame tu mano.

— ¿Para qué?

—Te quitaré ese anillo de plástico.

—No, es mi sortija de matrimonio.

— ¿Estás jugando?

—Sí, ya te lo dije, y si es de plástico como esto, una mentira — Él con rapidez y brusquedad me  la quita y coloca una con un diamante negro.

—Esta es la que vale y el color del diamante es lo que significas tú en mi vida —Frunzo en ceño.

 —Si mi amor tú eres mi oscuridad — Lo miro, él igual y llega alguien a saludarnos, él me jala para que lo siga y sé que esto será un juego no tan fácil de   ganar.

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