Duras Apuestas

 Ruby

Al bajar y partir el pastel me doy cuenta de que Graham se ha ido.

—Sofía deja eso y ven a comer pastel.

—Tengo mucho que hacer y solo tengo hoy con la computadora. Y no, no pienso quedármela. —Esa es mi hija.

—Yo puedo comprar otra sin problema.

—Yo no, aprende a valorar las cosas.

—Valoro esto, está delicioso. —Lleva tres rebanadas.

—¿Que quieren de cenar? Traje pizza, comida mexicana y tu favorita hijo, mariscos. —¿Quién le abrió la puerta? —Esta es para ti. —Genial una botella de vino. En verdad lo necesito.

—Gracias.

—Esto es para ti hijo, feliz cumpleaños. —Una nueva consola de video juegos y esto.

—Cuatro boletos para ir a ver a los Pats contra Dallas. Genial. —Le emocionaron más los boletos que el video juego. —Estaban agotados, y son de campo. Gracias, es increíble.

—No subestimes a tu padre.

—Grandote me tienes que llevar, sabes que amo a los vaqueros.

—Claro enana, iremos los cuatro. —Ese es mi muchacho.

—¿Que dices si encendemos esta cosa y me pateas el trasero?

—Con gusto.

—Primero van a cenar y luego juegan lo que quieran.

Sofía.

He notado extrañas miradas de Graham a mi madre, ahora comienzo a creer que lo dicho por German es real. Él está enamorado de ella.

—Extraño la comida mexicana.

—Lo sé, por eso fui a Antojitos mexicanos. —Interesante.

Después de la intensa cena llena de miradas raras de Graham y limpiar, ellos se fueron a jugar a la sala mientras mamá reciba documentos y yo sigo con la tarea.

—Deja de acosarlo. —Me dice mi madre en voz baja.

—No lo acoso, lo gasto con la mirada solamente. —Ella sabe que me fascina esos ojos verdes a quien me divierte molestar. —Lástima que es mayor.

—Si, lastima.

—Tú tienes la culpa, un bombón como ese no se deja ir.

—Lo tengo justo donde quiero cariño, así que deja de gastarlo.

—¿Que diría Don Gruñón si lo comienzo a llamar Papá? —Eso ya no le gustó señora madre. ¿Quiere jugar? pues juguemos.

—No sales en un año.

—Lo vale.

—No hay visitas a mundo letras.

—Eso es crueldad, no te atreverías.

—Rétame.

—Germán es hora de irnos, hay rato de miradas entre ellas. —Uy nos conocen y saben que volaran pelos de aquí.

—Yo me voy a dormir, hasta mañana papá. —Me van a matar, hui por mi vida. Pero si logre ver como se le escapó una sonrisa tonta.

—Eso fue raro. —German igual subió.

—¿Me llamo papá? —Tanto German como yo nos escondimos atrás de las escaleras para ver lo que está a punto de pasar. —Sofía me acaba de llamar papá.

—Supéralo, lo hizo para hacerme enojar.

—¿Te molesta que me diga papá? —Uy ya iniciaron los reclamos. —A mí no me molesta que German te diga mamá.

—Germán nunca me ha dicho mamá.

—Frente a ti, en la escuela creen que tú eres la madre. —Mire a German y solo sonríe.

—Baja ese cuchillo mujer, yo no fui el que dije eso. Fue el, asesínalo a él.

—Rajón. —Volví a mirarlo, sin duda disfruta esto tanto como yo.

Mamá llevo hasta la puerta a Graham para hacerlo salir y luego cerrarle la puerta en la cara.

—Hasta mañana prometida. —Ese hombre sí que tiene pantalones.

...

Desperté con el más hermoso rayo de sol quemándome completamente la cara. Noten mi sarcasmo mañanero.

—Hora de levantarse. —Es mi madre, ni siquiera eh escuchado el despertador.

—Son las 6 AM, déjame dormir.

—El desayuno estará listo en dos minutos si no bajas no desayunas.

—¿Desde cuando eres doña madrugadora? —Se está desquitando de ayer. Se fue. Volví a tirarme en la cama plácidamente hasta que un chorro de agua helada me levanto de golpe. Viene de la ventana. —¡Lo pagarás! —Cerré la ventana y bajé furiosa, Grandote no para de burlarse de mí.

—Sofía cuando uno se baña se quita el pijama. —Estaba por golpearlo, pero me detuvo. —Ella me dio 10 dólares para decirte eso.

—Muy bien jugada madre, pero me voy a desquitar. —Sembré el miedo y me fui a abrir la puerta ya que tocan.

—Diría buenos días, pero creo que no los estas teniendo. —Es don Gruñón. —Que mejore tu día. —Subí molesta las escaleras.

Ruby.

—Buenos días papá, me voy a preparar para la escuela y bajo a desayunar. —Dejo un beso en mi mejilla y se fue corriendo escaleras arriba.

—¿Salió a correr?

—Desde las 5 AM lo escuche.

—Raro, en casa jamás corre.

—Graham lleva corriendo desde que entró al equipo.

—Ahora vez porque te necesitamos. —Desvié mi mirada, de nuevo con eso. —Ambos.

—No quiero hablar de esto frente a ellos, por favor.

—Está bien, pero necesito que des de baja a Sofía es su vieja escuela. —Lo mire confusa. —Apastar de hoy irá al colegio de Germán.

—Si, claro. Ni con mi sueldo de un año podría pagar un semestre en ese colegio.

—Pero tú no lo vas a pagar. —Estoy enojada, no lo ha consultado conmigo ni con ella. No puede tomar decisiones así.

—No Graham, con mi hija no te metas.

—No vamos a volver a ese tema porque sé que yo te eh dado demasiada autorización con mi hijo, pero ve esto. —Tomo las notas de Sofía del refrigerador. —Ella se merece ir a esa escuela más que esos riquillos mimados. —En eso tiene razón. —¿No estas cansada de que ella tenga que esperar a German para que pueda hacer tarea o que no se aproveche todo su potencial? —Esa escuela es todo lo que ella necesita y más si quiero que valla a Stanford.

—Yo hablaré con ella, pero hoy irá a su escuela normal. —No lo agrado, pero acepto.

Prepare desayuno para todos, Germán se ofreció a llevar a Sofía a su escuela y Graham me llevó a mí a la oficina.

—¿Ya me vas a decir la verdadera razón por la que quieres casarte? —Al llegar a la oficina tomó mi mano y así camino conmigo hasta su oficina.

—Ya te lo dije, necesito que seas la madre de Germán. —Mentiroso.

—¿Seguro que no tiene nada que ver con los inversionistas españoles? —Me miró divertido. —Según tengo entendido ellos conforman negocios familiares.

—No y sí.

—Explícate.

—Puedo lograr ese negocio sin estar casado, no por nada soy Graham Cooper. —Don egocéntrico —Y si quiero formar parte de ese mundo, después de todo Germán va a heredar todo esto y que mejor que lo haga con bases familiares firmes. —Solo hay una cosa que no le puedo discutir, es muy bueno en su trabajo. Ah logrados contratos estratosféricos solo, sin ayuda de socios ni familia que lo respalde. Por el solo esta empresa es lo que es.

—Dudo que puedes logar ese contrato, solo.

—Estoy tan seguro que te puedo apostar lo que quieras.

—Unas vacaciones padres eh hijo, sin trabajo, sin celular y solos ustedes dos.

—Hecho, pero si gano me comportare como el padre de Sofía. —¿Que? —Entrará a Kennedy High y tendrá todo lo que necesita. Eso incluye un auto y tarjetas de crédito.

Está jugando sucio.

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