JURAMENTO una venganza...
JURAMENTO una venganza...
Por: MaryMartnz
I

                                                                     *** DOS AÑOS ANTES ***

– Samanta – el grito de él sonó como un estruendo cuando la vio caer en el pavimento, saltó de su Davison Fad Boy un en movimiento dejando que esta condujera sola y se estrellase, corrió y se arrodillo ante ella, el auto que le había disparado ya se había desaparecido picando caucho, él la acarició como si su cuerpo como si fuera una muñeca de cristal, un cristal que estaba a punto de quebrarse. Los ojos de la chica lo miraron con compasión, eran de un color oscuro, bastante intenso, los cuales brillaban empañados en lágrimas; él siempre había amado esos ojos, tan oscuros y profundos, creía que a través de ellos podría ver una noche estrellada, la chica intento hablar pero se ahogó y comenzó a toser expulsando un poco de sangre por su boca.

– No hables nena, tranquila, lo solucionaré – le dijo con voz serena, intentó sentarla en su regazo pero ella se quejó, lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de ella, él la acercó a su pecho presionando la herida que se veía en el costado de su cuerpo, dándose cuenta que no era una perforación de la bala, sino tres, le habían disparado tres veces, estaba teniendo una hemorragia sin duda alguna, necesitaba pararla.

     Él al mirarla en aquella situación se le hizo un nudo en la garganta, eso no podía sestar pasando, su mente se negaba y buscaba una solución más en aquel instante no se le ocurrió otra cosa que hacer, comenzó a rezar en su mente  – Dios sé que tú estás allá arriba, se me escuchas- comenzó a decir a forma de súplica -  te he fallado de todas las maneras posibles, lo sé, he sido el peor de los seres humano, lo reconozco, pero solo te pediré una cosa en este momento, ayúdala, no la dejes morir, no apartes a Sam de mí lado, ella es todo lo que tengo, ella no se lo merece, yo sin ella no soy nadie, haré lo que sea con tal que la dejes vivir,  me volveré a ti de ser necesario, te daré mi vida entera, haré lo que sea, hasta lo que resulte imposible con tal de que no te la lleves, déjala vivir así sea lejos de mi...

­– Perdóname – habló la chica interrumpiendo su oración con un voz apenas audible – perdóname por todo lo malo, sabes que te quiero Will, cuídate, sigue adelante, consigue una buena chica y se feliz, te lo mereces.

– Saldrás de esta nena, relájate, no hables – con una mano presionó fuertemente los orificios que le habían hecho las balas y con la otra mano la rodeo, miró alrededor de el en busca de algo que lo pudiera ayudar, aquel estacionamiento estaba vacío, los que le habían disparado se habían ido tras él llegar, lo único que había en el lugar era la moto en la que había llegado, la cual se había estrellado en la acera - ¿Qué puedo hacer? - se dijo mentalmente - piensa, piensa - se repitió, la moto era su única salida.

– Nena necesito llevarte a un hospital – trató de cargarla pero la chica pegó un grito un gritó.

­– déjame, déjame – dijo entre sollozos, el sabia de medicina se lo habían enseñado en la milicia y parecía que una de bala le había perforado algún órgano, se estaba desangrando, lo mejor era no moverla así que él  con mucho cuidado la colocó en la posición que estaba.

     Las lágrimas de la chica se hacían más intensas cada vez y respiraba con mucha dificultad; Una parte de él estaba entrando en desesperación, en ese momento se estaba aferrando a la poca fe que le quedaba, estaba convencido de que algo tenía que pasar, sabía que había, sido un imbécil, pero estaba convencido de que Dios no lo podía dejar solo, no en aquel momento, aunque también se cuestionaba de que estaba haciendo el ridículo pensando en él en aquel instante después de todo lo que había hecho.

    Fijo sus ojos en los de ella dejando caer sus lágrimas finalmente, no pudo aguantarlas más, aquella chica era la mujer de su vida, la que había amado durante tantos años, la chica con quien había soñado un futuro; ella le miró dándole una tierna sonrisa, poso  su mano encima de la de él y con un rostro pálido por la pérdida de sangre y con una voz apenas audible pronunció sus últimas palabras – perdónalo, no fue su culpa.

     Él la miró completamente perplejo tras aquellas palabras, había quedado patidifuso sin saber que responder, sabía de quien se había referido, él era el culpable de muchas de las cosas malas que habían pasado en su vida; por él su padre lo habían metido en el ejercito, él era el causante la muerte de su padre posteriormente de que su madre se sumiera en el alcohol por la muerte de su esposo y luego se suicidara por depresión, él le había quitado a su novia y ahora era el causante de su muerte. Ella trato de volver a sonreír pero su rostro quedo con una expresión inconclusa, se había ido. La atrajo hacia sí abandonarla fuerte, llorando dejando salir todo el dolor que sentía, después de tenerla unos minutos más en sus brazos ya muerta la colocó con mucho cuidado en el asfalto frío, se levantó, sacudió su ropa ensangrentada, se dio la vuelta comenzó a caminar hacia su moto, dejando su corazón y sentimientos junto con a la mujer que amaba en ese estacionamiento vacío de aquellas bodegas; se montó en su Davison y comenzó a conducir, a cierta distancia volteó a mirar el cuerpo lanzando un JURAMENTO que duraría por siempre – a ti te hubiera perdonado cualquier, cualquier cosa, pero a ese bastado lo mataré.

Los años pasaron y esa promesa perduró, por muchos años lo había intentado mas no lo había conseguido, pero seguía intentándolo aferrándose a que en cualquier momento la cumpliría sin importar a cuantos se tuviera que llevar en el camino, lo haría pagar, cada una y con intereses.

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