Capitulo 2

Después de todo lo que pasó con Matias, imprimí mi carta de dimisión y la entregue a la empresa, ya que es la empresa familiar de él y donde mi mi queridísima amiga que era más bien una zorra trabajaba también. 

Desde muy joven he trabajado en esa empresa, ya que me hice novia de Matias a los 18 años y termine la carrera de empresa con el este año, apunto de cumplir mis 23 años de edad me pasa toda esta m****a y la nube donde estaba mi vida ha caído tan en picado que e pillado una depresión del quince.

Al principio sus padres no querían aceptar mi dimisión, porque aunque estuve atenta a mis estudios, trabajaba a la misma vez en la empresa y la seguí llevando a flote y no gracias a su hijo. Supuestamente soy la niña de sus ojos por lo obediente y perfecta que soy. Matias me rogó todos los días para que esto no se acabara, pero sinceramente lo puedo querer mucho, pero no soy tan tonta de aguantar toda su m*****a porqueria.

Por esa razón la semana pasada llamé a mis padres y decidí volver a Jerez, mi pueblo natal, a pasar toooodaaaaaa mi depresión al ladito de los más queridos, los que se que nunca me fallarían. 

Mis ex suegros cuando se enteraron de lo ocurrido, estaban muy avergonzados y dieron la cara por su hijo el muy imbécil incluso los envió para que volviera con él, no se puede ser más estupido. Pusieron a Yolanda de patitas en la calle, pero a mi eso no me valía. Mi padre quería colgarlo de un árbol y darle de palos pero entre mi hermana, mi madre y yo lo controlamos. Al fin de cuentas le hizo daño a su niña pequeña.

Toc, Toc!. Tocan a la puerta de mi habitación de adolescente.

-¡Pasa!

-¡Mi niña!- Dice mi hermana Marta entrando con mi madre Carmen detrás- ¿Cómo estás? 

-Pues sigo más o menos igual, aunque con un bizcocho de mamá me vendría genial.

-Hasta después de comer na nai de la China- Dice mi madre firme.

Ellas dos son las que han estado a mi lado todo el tiempo y me han sacado una sonrisa demasiado especial todos estos días, no me podría imaginar mi vida sin mi familia.

-Mi niña, arréglate y vente para el salón que te tenemos una sorpresa.

Y salen las dos apresuradas de la habitación. Me voy al cuarto de baño y me miro en ese espejo, sinceramente estoy hecha un desastre, esta no es la Jade que estaba en Madrid hace una semana sinceramente.

Me meto en la ducha, me pego una duchita rápida, salgo, me dirijo a mi armario, cojo una camisa gigante de cuando era adolescente de stitch y voy hacia el salón.

Cuando llegó toda mi familia estaba esperándome en la mesa.

-¿Qué está pasando aquí?- Digo interrogante.

-Te tenemos una sorpresa mi arma! Una de las grandes.-  dice mi padre.

-Emmm ahora mismo las sorpresas no me hacen mucha gracia, ¡ sinceramente papá!

-Esta te encantará.

Me entregan un sobre blanco grande muy extraño, sinceramente estas cosas me asustan más que me alegran. 

Lo abro y empiezo a leerlo, pero me quedo en shock automáticamente viendo esta locura.

-¡ESTAIS DE COÑA! ¡ME QUERÉIS ENVIAR 6 MESES A NORUEGA! ¡YO SOLA!- Digo a grito pelao sin poder entender todo esto.

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