Capítulo 2

Ring Ring

Ring Ring

Ring Ring 

—Mmm unos minutos más mamá. — di la vuelta la cara contra la almohada.

Ring ring

—Oh vale ya. —me apoyé sobre mis codos y miré a mi alrededor todavía adormilada. —¿¿Ésta es.. mi habitación?? ¿Entonces fue un sueño?

Ring Ring Ring

Miré al despertador entrecerrando los ojos.

—Sí debe haber sido un sueño. —vislumbre el despertador a mi derecha en la mesilla, cerré los ojos todavía con ganas de dormir y alargue el brazo para apagar el fastidioso sonido.

Cuando toqué el botón lo sentí muy blando, fruncí el ceño, extrañada.

—Finalmente despiertas, eh?. — la voz ya se me hizo conocida. — eres una dormilona.

¿¿Pero qué?? Abrí los ojos de golpe sólo para encontrarme al niño a escasos centímetros de mi rostro todavía con mirada indiferente. 

Sin darme cuenta ya me había sacado de mi cama fácilmente, como si no pesara nada.

—¿Huh? ¿¡El sueño continúa!?— me arrastraba hacia fuera de mi casa agarrado fuertemente de mi mano. 

—¿¡Qué estás diciendo idiota!?. — Evan me miraba irritado, como si solo perdiera el tiempo aquí.

—¿Eh? Espera, dónde me llevas?. — ignorando mi pregunta me siguió arrastrando por un segundo más y me aventó dentro de un auto negro, con los vidrios polarizados.

—AHHHHH. —caí contra el suave asiento trasero.

—¿¡Qué estás haciendo!? — se acercó completamente a mi con las manos en alto tratando de agarrarme. —tengo que ir a la escuela. 

Sin darme cuenta me estaba desprendiendo la camisa de mi pijama.

—¡Hey! ¿¡Qué estás haciendo!?

—¡Cierra la boca!. —me calló molesto.

—¡¡NOOOO HOMBRE LASCIVO!! PERVERTIDO. — trataba de quitármelo de encima pero era inútil, aunque era pequeño tenía más fuerza que yo.

Me bajaba los pantalones, miré hacia el frente y estaba un chófer haciendo caso omiso a mis gritos, entonces la vista se me volvió borrosa por la acumulación de lágrimas que amenazaba con salir por la situación. Entonces cerré los ojos esperando lo peor.

—Está bien ahora. — increíblemente su voz se volvió un nivel más suave.

Abrí de nuevo mis ojos y miré estupefacta la ropa que traía. Era un uniforme!? Y ni siquiera conocía de que secundaria eran los colores tan bonitos que traía encima.

Me arrinconó al otro lado de la puerta abierta y puso una de sus piernas entre las mías.

—Habrá una fiesta en mi casa en 7 días. — su mirada se volvió afilada. —A partir de hoy, irás a la misma escuela que yo.

Retrocedí todavía más y me sonroje por la cercanía de ese chico. ¡Jamás nadie se había acercado tanto! 

—Para asegurarme de que no me avergüences. — agarró la corbata que colgaba de mi cuello y me acercó completamente hasta que nuestras narices se rozaban. — serás entrenada diligentemente. ¡Así que prepárate!

(...)

¿¡Porqué tengo que pasar por algo como esto!?

Por más que trataba de cortar o simplemente agarrar el camarón con los cubiertos, saltaban de mí! Y ya había roto como 15 platos de seguido. Mientras que Evan me miraba con una mezcla de fastidio e incredulidad.

—Tú.. ¿Cuántas veces más harás esto?. — estaba parado a mi lado con el ceño fruncido y los brazos cruzados—¿Cuántas horas más jugarás con el camarón hasta que quedes satisfecha?

—¡¡Éste tipo de cosas son imposibles para mi!!. — me defendí. —¡Ya he dicho que no hay forma!

Él me miró entrecerrando los ojos y se alejó de la mesa tan larga y refinada.

—No hay que olvidar que siempre habrá alguien que te mira en este mundo.

Un sirviente le ofreció una toalla lo cual aceptó gustoso, y se secó la frente.

—Una vez más. —se colocó en la otra punta de la mesa.

—¿¿¡Otra vez!??

(...)

El silencio que reinaba en el lugar era asfixiante, estábamos comiendo los dos en cada punta de la mesa. Parado a su lado estaba un sirviente aguardando una orden y a mi costado una sirviente haciendo lo mismo.

Observé a Evan que tenía una cara impasible, ni siquiera se dignaba a mirarme, bajé la mirada a mi plato, enseguida se me fue el apetito volviéndose desabrida la comida.

Me levanté de la silla empujandola con fuerza hacia atrás haciendo un ruido molesto al deslizarse por el piso pulido.

—Esto es tan estúpido

—¿Uh?

—No tengo ganas de comer así. —mi furia crecía más y más. —no sabe bien en absoluto.

La bilis subía por mi garganta y sin pensar con un golpe seco bajé las dos manos al mismo tiempo en la mesa.

—Las comidas deben ser tomadas mientras se conversa con amigos y familiares. —cada vez más mi voz subía de tono. —¿¡¡ Se supone que debe ser agradable y deliciosa verdad!!?

Él me miró de una forma que no supe descifrar por el enojo y no respondió.

—¡¡Ni siquiera entiendes una cosa tan simple!!. —Le grité 

Ya mis lágrimas amenazaban con salir de nuevo.

Él se levantó tranquilamente, y caminó hacia mi, mientras yo escrutaba su rostro para por lo menos me de una pista de lo que está pensando.

—¡Esto no puede ser real!. —grité ya fuera de mi al ver que él no tenía ningún indicio de hablar.

Me agarró del rostro para que pueda mirarlo directamente a los ojos.

—Nena, créeme, yo tampoco pedí esto.— me soltó la barbilla con gesto arrogante dio media vuelta, y caminó hacia los pasillos intentando perderse entre ellos.

—No yo.. — alcé los brazos intentando detenerlo al darme cuenta del error que he cometido.

Él paró bruscamente y me miró por encima de su hombro.

Lo que vi hizo que contenga la respiración.

Sus ojos demostraron lo mucho que le dolieron mis palabras, como si una inmensa tristeza los hubiera tragado y el manto de indiferencia se hubiera esfumado de pronto.

No pude emitir palabra alguna, eso era desgarrador y yo era una cobarde.

Él al ver que no decía nada negó con la cabeza y siguió caminando hasta perderse por completo entre los pasillos mientras yo corría con todas mis fuerzas hacia la salida de la mansión.

Exacto.. El mundo en el que ha estado viviendo él, es demasiado diferente al mío. 

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