Isabela

Seis años antes

Yo conocí a Xander en media calle, en Nueva York, y jamás pensé que le amaría tanto o que duraría tanto con él. Mi mamá biológica nos abandonó a mí a y mis hermanos, claramente también dejó a mi papá, pero, las mamás no suelen dejar a sus hijos y yo he tenido problemas para confiar en hombre desde entonces, sobre todo, problemas para abrir mi corazón. 

 Xander fue rompiendo la coraza poquito a poco. Primero con citas demasiado románticas, después mudándose al otro lado del mundo para estar conmigo y cuando su pasión se puso en medio de nuestro amor me pidió hacer la maleta e irme con él. 

Yo sabía que era una locura y que teníamos un 90 % de probabilidades de fracasar, pero, no me importó. Somos dos personas totalmente diferentes y teníamos sueños muy opuestos, pero, cuando iniciaba el día terminara lo único que quería hacer era meterme en la cama, cobijarme y que Xander me abrazara por el resto de la noche. En el día me dedicaba a mi blog, al periodismo y a coordinar eventos políticos  y a Xander  le gusta llenar conciertos con adolescentes y hacerlas cantar y bailar de un lugar a otro. Es un artista y yo una empresaria.  No se le puede juzgar y a mí tampoco. Me enamoré de la persona más dulce, el más atento,  y el mejor amigo que pudieran haberme dado en la vida. 

Xander para mí era lo más importante. 

Diez meses después de conocernos entré a la casa de mis padres decidida a hacer maletas e irme. No quiero que tomen la visión equivocada, mis papás son dulces, pero, los dos son extremadamente imponentes así que hice la maleta, alisté mis cosas y conversé con mis hermanos los cuales se sentaron conmigo en el sofá a esperar que no fuese una pelea que terminara fatal. 

—Bebés, estamos en casa y trajimos pizza. Isa, hay r;_avioles para nuestra nena favorita. 

—Sí, casi muero tres veces Julianne no sabe conducir —gritó papá y mis hermanos me  dieron codazos. 

Mi madrastra se detuvo y nos miró a los tres. 

—¿Qué está pasando? ¿Por qué están en silencio?—preguntó mi Julianne.—Isabela, esas maletas, ¿para dónde crees que vas?

—Son mías, ya terminó el curso escolar  y en unos meses cumplo 18 años y Xander tiene una oferta buenísima laboral. Yo puedo estudiar en Estados Unidos así que me voy. 

—¿Te vas?—repitió mi papá. —¿Sabes que la gente pregunta? ¡¡Los hijos preguntan Isabela no hacen la maleta y dicen que se van!!

—Papá, es que llevo dos meses intentando preguntarte, entonces mejor te digo —mis hermanos me miraron confundidos y comenzaron a reír. 

—Yo tampoco te diría con esa pose, para ser justos —comentó Bash, mi hermano del medio y Santiago mi hermano menor asintió. 

—Voy a venir todo el tiempo que sea posible. El blog me genera dinero que puedo usar para vivir y cuento con que me andes con la universidad, pero el tío Sebas dijo que él puede prestarme... No es que me esté casando con él o que le quiera más que a mi familia, pero, creo que es lo que quiero hacer con todo mi corazón. Es que todo coincide de manera tan perfecta y natural. Y Xander ya ha demostrado que no le importa dejarlo todo por mí, pero, la música... es su vida sería injusto también. 

—¡¿Isabela, es aes la vida de Xander?! No puede decirme que te vas a seguir los sueños de alguien más cuando tienes sueños propios. No puedes irte como una groupies. 

Mi mamastra le puso la mano en el pecho a mi papá y le pidió que se callara antes de que dijera algo de lo que se lamentaría. Le miró a los ojos y nos pidió a todos que diéramos un respiro y nos recordó a Carrick y a mí que ella era la hija que se había ido detrás de un hombree que no le convenía y acabó casi muerta.  

—Quiero todo menos eso para ti, princesa. Y creo que Xander te quiere muchísimo, pero tú eres lo más importante para nosotros. Isabela, esto está terriblemente mal—Señaló Julianne las maletas. 

—Te apoyamos.—dijo mi papá. 

— Puedes irte —Todos miramos a mi mamá como si estuviese loca. Ella fue por la casa buscando en los cajones,  encontrar unas llaves y me las dio. —Estas son del departamento de Nueva York. Quédate ahí. Seis o diez meses. El tiempo que necesites.  Si van bien las cosas te mudas con Xander. Si van mal, todo en tu vida sigue igual.

—Papá va a estar toda la vida viéndome decepcionado y como que quiere romper algo. 

Mi papá intentó dejar de fruncir el ceño y de dar una bocanada de aire porque ellos en cierta forma ya lo sabían, no me habían dejado hacer la pregunta con anterioridad, pero, sabían de la oferta. Sabían que quería estudiar en el extranjero y que de una manera u otra el tiempo por el cual podían retenerme era muy corto. 

—Quiero romper a tu novio por tener una idea tan fantástica, pero te amo a ti Isabela. Estás terriblemente equivocada en la manera en la que lo hiciste, pero, la decisión es tuya y yo no quiero perderte—Mi papá se acercó  y me abrazó. —No importa el día de la semana, si llueve o truene. Tú solo llámame. Siempre tienes una familia a la que volver—Dijo mi papá mientras me abrazaba, al menos en la escala de molestia estaba en un 97 % que es menos que un 100 %. 

Mi mamá tenía razón con eso de esperar, pero, nadie puede realmente saber el futuro y yo tenía muchos planes y nosotros construimos muchas cosas juntos, así como la vida nos demostraba que el amor era inmensamente fuerte, además la carrera de mi novio no solo había despegado mucho más que en años anteriores, Xander era el artista que todos querían ser, ver y escuchar. 

Estaba sentada en los Grammys, viéndole retirar el seto Grammy de la noche, una locura, una pasada, la sala estaba llena de aplausos para él porque es la canción más hermosa y es sobre mí. 

—He recibido cinco Grammy, de nuevo gracias. Esta noche y estoy muy emocionado. Antes de venir, le dije a mi novia ocho nominaciones, que mamada si pierdo todos —la sala se llenó de risas. —Y ella dijo: Vas a ganar mínimo cinco. Totalmente despreocupada. No quiero entrar en detalles sobre nuestra relación, pero: es lo más bonito que me ha pasado en la vida —cantó. —Es lo más dulce y lo más puro de mi vida y cuando tengo frío y veo oscuro, ella me ilumina y me calienta el día —la sala se llenó de aplausos. —Isabela ni siquiera era mi fan y en un día ridículo chocamos en media calle y no me dio su número, no se desmayó, solo parecía molesta e intrigada, a mí me bastó con cinco minutos para enamorarme de ella y me dije: ese es el amor de tu vida, tu futura esposa, la mamá de tus hijos, tu principio y tu fin. Gracias, mi amor por ser mi todo. —le lancé un beso.—Le he pedido que se case conmigo y se ha puesto el anillo porque le gusta la joyería, pero, no ha dicho que sí y la llamada a su padre no ha sido fácil. Querida, ¿qué dices? ¿Quieres ser mi principio y mi fin?—Vi el anillo con forma de infinito y le vi a él sonriendo como el niño que hace la mayor travesura. Las cámaras me enfocaban y la gente me miraba, asentí y él bajó del escenario corriendo. —Este Grammy es tuyo, así como mi corazón. —Dijo antes de besarme. 

La vida debió ser siempre de esta manera, hermosa,  perfecta y de natural. 

Decidimos comprar una casa en California y disfrutar de la vida que trabajamos con fuerza. 

Eso hasta que descubrí que mi esposo era un drogadicto  y que amaba más a las drogas que a mí y de ahí en adelante he dedicado mi carrera a mantenerle sano, a mantenerle fuerte, a mantenerle lejos de las drogas o en conciertos pequeños.

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