Pronto pasaron tres meses, Paola, ya tenía todo listo para volver, pero el parto llegó de repente, así que sin decir una palabra llevaron a Luis, a Cancún.

—¡Paola!. —Luis, tenía ganas de abrazarla decirle que la había extrañado, pero se aguanto las ganas de hacerlo está vez. —Estoy aquí solo por mis hijos.

—Si lo sé gracias Luis, creí que no llegarías a tiempo, pero aquí estás como la primera vez, acompañándome. —Paola, se sentía apenada con Luis, por haberlo echo ir hasta Cancún, y por dejarlo sin darle una explicación, o por lo menos darle la cara, pero tuvo que irse sin decirle nada, o el la hubiera seguido y ella necesitaba estar sola, por un tiempo.

Después de que Paola, fue llevada al quirófano, dónde Luis, entró con ella, para acompañarla y recibir a sus