CAPÍTULO º4º

Luther

Desde la primera vez que la vi, me propuse que fuera mía. 

La primera vez que la ví fue en una fiesta del lanzamiento de una nueva ropa masculina de un diseñador que conozco, ella me cautivo, fue como si ella tuviera su propio foco que la iluminaba, me impactó tanto su belleza que Jessica, amiga desde la universidad que me acompañó para obtener algunos socios, tuvo que llamar mi atención varias veces, esa chica me dejó atontado.

Quise acercarme a esa rubia de curvas peligrosas, pero andaba con un chico, que segun vi en algunas fotos era uno de los modelos, este no se le despegaba para nada, me dije que lo más seguro era su novio y no quería ocasionar algún inconveniente, pero lo pensé muchas veces, por poco y no me importaba.

No me quedé quieto y averigue quien era, supe su nombre, Kesha, hermoso como la dueña, también me enteré que ella fue la que se encargó de toda la publicidad del lanzamiento, su empresa “Enchanted”, cuando supe eso, no lo pensé mucho y mande a mi secretaria a ponerse en contacto con esta, tengo un nuevo proyecto en camino y de paso quiero conocerla, mato dos pájaro de un tiro, si está comprometida me alejaré.

A la semana siguiente ya había conseguido una reunión con ella directamente, porque no permití que ninguna otra persona me atendiera, para el nuevo proyecto de mi revista Broken Heart, la cual me fue heredada de mi madre que, con mucho esfuerzo, la llevó a la cima, y como su único hijo, no puedo dejar que se destruya, además de que también se volvió mi pasión. 

Mi madre es una mujer muy fuerte y vencedora, pese a que tuvo que ser madre soltera, pero nunca se rindió ni trató de depender de ningún hombre, y nunca volvió a casarse. La muerte de su gran amor, mi padre, no la dejó con ojos de querer ver a otro nombre, ni mucho menos de entregarse a otro amor. Ella decía que mi padre era su alma gemela y que cuando él murió, su corazón se fue con él, y sólo tenía amor para mí, así que se concentró en mí y en sacar adelante su revista.

Según me contaba mi madre, porque no conocí a mi padre, solo algunas fotos, pero en estas se veía mi parecido a él, que fue un gran hombre, su familia es la dueña de una gran cadena de hoteles, los cuales él no heredó, porque era el menor de cinco hermanos. Lamentablemente no conozco a mi familia paterna, al parecer no éramos bienvenidos, a mi nunca me importó, tenía a lo más importante conmigo, mi madre.

Con esa educación que me ha dado mi madre y toda mi vida estar rodeado de romance, busco tener ese amor que ella profesa que encontró en mi padre, yo quiero uno, que mi corazón solo le pertenezca a una sola mujer, en mis treinta años nadie me habia atraido tanto como esa rubia, siento que ella podría ser la correcta, lo dañaría si ella tiene a alguien sino es así, haré de todo para conseguirla.

Llegó el día y estoy nervioso, no sé porque si la mayoría de veces siempre estoy seguro de lo que quiero, haré negocios con ella y si las cosas salen bien, la invitaré a una cita.

Pero practicamente me comporté como un estúpido, no se de donde me salio ese descaro de lanzarme asi a ella, pero el tenerla cerca sacó de mi lo neandertal que no soy, si mi madre hubiera visto esa actitud me jalarias las orejas, esa actitud no es aceptable, pero es que la atraccion que siento por ella es demasiada intensa, es inexplicable.

A ella le gustó lo que vió y es un punto a mi favor. Cuando nos tocamos lo supe con más seguridad, tenía que conseguir llevarla a la cama o cualquier lugar horizontal, incluso quería hacerlo allí mismo, se que es una locura, pero por ella sentía un deseo incontrolable difícil de explicar.

Después de una semana con mucho trabajo y sin dejar de pensar en esa Barbie que me tiene loco, fui a mi club LUFER. 

Muy sofisticado y exclusivo, quería tener mi propio negocio, no solo depender de la revista que mi madre me sedió.

Estaba chequeando y revisando algunas cosas cuando la ví entrar, parecía la p**a reina del lugar, es tan hermosa que llama la atención de todos los hombres del lugar, ella es la perfección hecha mujer, pero no andaba sola, estaba con aquel chico que la acompañó al lanzamiento y con ellos había otro.

Sería un poco difícil acercarme a ella, ¿alguno de ellos será su pareja? 

Me quedé observándola a lo lejos, para mí era imposible despegarle la mirada, cuando se pararon a bailar y vi que los dos se le pegaban demasiado, sentí celos, celos de no ser yo el que bailara con ella.

Vi mi oportunidad cuando vi que los chicos empezaron a bailar entre ellos y comprendí con alivio que eran pareja, así que aproveché para acercarme y ver esos movimientos sensuales y ese redondo culo. Quería morderlo. No podía evitarlo, bailar con ella y sentirla en mi cuerpo, el cual ya estaba duro con solo verle ese culo apetecible, pero me fue imposible quedarme a espaldas de ella, así que la giré y la besé. Era dulce y picante a la vez, adictiva. Después de una pelea con nuestras lenguas, la suelto, porque de lo contrario, la follaría aquí mismo, no importa si nos ven. Me reconoce, pero está confundida, alterada, y me aprovecho… La llevo a mi oficina.

Ni bien entramos la sigo deborando hambriento, esta mujer me vuelve loco.

La suelto y me empuja. Me dice que no es así, que lo siente y… se va, dejándome con ganas. Ninguna mujer me ha dejado así, siempre quieren más.

Cuando llego a la reunión del lunes, después de trazar un plan el fin de semana, no dejo de mirarla, porque está preciosa y la deseo. La pongo nerviosa, lo sé, y es lo que pretendo. Pido hablar con ella a solas después de presentar tan excelente oferta. Mis directivos no se equivocaron, es la mejor empresa de publicidad.

Llegamos a su oficina, y sin que se dé cuenta, ya la tengo en mis brazos devorándole la boca. No podía aguantar, ella me pone duro solo con su presencia. Pero vuelve y me rechaza. Como le dije una vez, lo que quiero lo obtengo… Y la quiero a ella.

No me rendiré.

Y la enamoraré, la cautivaré tanto como me tiene a mí.

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