CAPÍTULO º2º

Kesha

Nunca había deseado tanto que un fin de semana llegara, esta semana fue muy pesada, llena de trabajo y que también mi mente no dejaba de pensar en ese hombre tan… insolente.

Si de esa forma él conquista a las mujeres que debe tener, conmigo está muy equivocado.

Entro junto a mi mejor y gran amigo Carlos y su novio Michael, son unas excelentes personas, decidimos venir al nuevo club ubicado en la Quinta Avenida, es hermoso y exclusivo, llamado LUFER, extraño pero muy original.

Dentro me quedo fascinada, la decoracion es entre majestuosa y muy sensual, tiene la combinacion de rojo pasion, negro y tonos dorados.

En vez de tener las típicas sillas y mesas altas, tiene unos hermosos sofás y pequeños centros de mesa, como si estuviésemos en una sala VIP, tiene dos plantas, y una pista para bailar. Está lleno de comodidad y prestigio, ¡me encanta! Desde ahora se convertirá en mi bar favorito.

Nos acomodamos en la primera planta e inmediatamente aparece una camarera de lo más sexy, con un corcel rojo y short negro, que parece más un bóxer. Su vestimenta hace juego con la decoración, es sensual. Pedimos nuestras bebidas, martinis, para ser exactos, ya que nos gusta a los tres. ¡Imagínense! Es como si fuese una noche de chicas.

─Kesy, amor ─ me encanta ese apelativo que me puso al conocernos ─ espero que no te cohibas por nosotros y te tires al primer chico que te guste y termines la fiesta en tu departamento o en el de él, en un hotel o cualquier otro lugar ─me comenta mi querido Carlos.

─Estoy aquí para eso cariño, en búsqueda de resolver mi sequía ─ comento haciéndole un guiño.

Carlos es modelo. Al ser tan guapo y encantador lo ha ayudado a encontrar muchas ofertas, incluso ha trabajado para mí en múltiples publicidades, es muy profesional en todo lo que hace. Su novio Michael, es fotógrafo. Su trabajo es intachable y el mejor. También ha sido parte de muchos comerciales de mi empresa.

¿ Ya saben cómo se conocieron ellos dos? ¿Verdad?

Después de un par de tragos ya estamos listos para ir a la pista. Nos ponemos a bailar los tres, yo en el medio haciendo un sandwich, no paro de reir con ellos dos y en un momento ponen Worth It de Fifth Armony, amo esta canción, la cual saca a la mujer sexy que hay dentro de mí, además, las bebidas son de gran ayuda para desinhibirse.

Estoy moviendo mis caderas al ritmo de la música, siento unas manos en mi cintura y no me preocupo creyendo que puede ser Carlos o Michael, pero la ronca voz en mi oído que escucho a pesar de la música y que no podría olvidar, hacen que me tense por un segundo.

─ Creí que uno de ellos era tu novio, hasta que los vi bailando juntos.

Me volteo rápidamente y ese azul intenso me hipnotiza, este hombre es demasiado hermoso e inolvidable, los reconocería donde sea.

Tengo delante de mi, de porte elegante, sensual y poderoso a mi cliente Luther, ese descarado playboy.

En vez de responderle, lo que hago es subir mis manos, mover mis caderas e ir bajandolas sensualmente, es posible que el alcohol sea el que actúe, le bailo como una diosa, me contoneo provocandolo, seduciendolo, volviendolo loco, en un movimiento él agarra mi cintura, me acerca a él con fuerza y empieza a moverse también.

¡Dios!

Este hombre sabe bailar, sabe moverse bien, pero muy bien, me cautiva, seduce y vuelve mas tonta de lo que estoy.

Acerca su cara hasta mi cabello, lo huele, baja lentamente hasta mi cuello, deja un beso que hace que mi piel queme por la sensación, me tiene a mil, luego me besa la mejilla y poco a poco llega hasta mi boca.

Un beso cargado de pasión, de erotismo. 

Un beso que me deja sin respiración. Saquea mi boca con hambre. 

Un beso que te hace olvidar hasta tu propio nombre. 

Coloca sus manos en mis nalgas y me pega más a su cuerpo si es posible, su cuerpo duro, trabajado por los ejercicios que seguro hace, coloco mis manos en su cabello, halandolo para impedir que pare. Estoy completamente desatada. Si no nos detenemos, terminaremos haciéndolo en medio de la pista y con mucho público.

«¡Vaya! Qué espectáculo debemos de estar dando besándonos tan apasionadamente».

De repente, se detiene. Yo jadeo en protesta.

Me toma unos segundos poder respirar de nuevo y abrir mis ojos, esos ojos azules cargados de deseo me miran con tanta intensidad.

─¿Qué tal si subimos a mi despacho y tenemos más privacidad?

No sé si es por la bebida, por el baile o porque solo el tenerlo cerca después de ese beso acepto sin más. 

Prácticamente me arrastra con él, subimos unas escaleras y no puedo evitar mirarle el culo. Lleva unos vaqueros negros ceñidos que le quedan de muerte, una camisa negra remangada. Es una visión muy tentadora, debo de estar dejando rastros de baba por todo el pasillo. 

Saca unas llaves cuando llegamos a la puerta, no vi mucho el camino, mis pensamientos estaban en que le quitare primero. Entramos, él no pierde el tiempo, me estrella en la puerta besándome, ha tomado mis labios como suyos,cierra de una patada, coge mis nalgas y me sube a pulso, como si pesara una pluma, le rodeo su esbelta cintura con mis piernas. Puedo sentir en mi centro lo mucho que me desea. 

Me coloca como quiere, me sigue besando, tiene una coordinación increíble, sus manos me tocan por todas partes, parece desesperado por devorarme, esta pasión que sentimos nos calcinara.

Deja mi boca para bajar a mi cuello, sigue a mi escote, destapa la parte delantera de mi corto vestido para dejar salir mis senos, los mira con devoción. 

Por Dios, ¿qué estoy haciendo? 

Lo empujo para que me suelte, pone cara entre sorprendido y de cachorro que le han quitado su hueso.

Me arreglo rápido el vestido, debo estar rojisima. Tengo que irme de aquí, pero rápido, no puedo con la vergüenza. 

─Lo siento… Yo ─digo nerviosa─ no soy así, no sé qué me ha pasado.

─No te preocupes. ¿Qué tal si vamos a mi departamento y ahí continuamos?─dice calmado.

─No, esto no debería de haber sucedido.─digo atropelladamente─ Perdóname─le paso por el lado─ Me voy… eh... Lo siento ─salgo corriendo como alma que lleva el diablo. Soy cobarde, lo sé, pero no suelo ser tan fácil.

En la salida me topo con mis amigos, al verme se preocupan, creen que con el chico que me he ido hace unos minutos me ha hecho daño, le explico por arriba quien es y que me quiero ir a casa, ellos se van conmigo, como son mis vecinos y además no quieren dejarme sola.

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