2. Decepción

Narra Amalia

Cuando era pequeña mi madre siempre me decía que me enamore a primera vista de Lesedi, no quería dejarlo solo y que nadie que no fuera yo lo tocará.

Pero crecimos y dejamos de vernos, se que el se fue fuera de su manada a estudiar y yo hice lo mismo.

En cambio mis padres y los suyos pese a vivir en la otra punta del país, siempre sacaban un finde de semana al mes para poder verse.

Me llamo como mi abuela Amalia, ella es la reina de las brujas, aunque ya está muy viejecita y pronto ese cargo pasará a mi tío.

Realmente no son mi abuela ni mi tío, pero eso es sólo algo genético. Nosotros lo sentimos como tal y al fin de al cabo eso es lo que importa.

Hemos venido a la boda de uno de los hijos de Helena y Daniel así se llaman los amigos de mis padres, con las prisas he olvidado preguntar de cuál de ellos se trata.

Mi madre siempre cuenta la historia de cómo conoció a su hermana pero no de sangre, una rubia de tez clara y la otra morena de tez oscura. Pero ambas mujeres lobo y Lunas de sus Manadas.

Todo está animado aquí, hay nervios pero solo los justos, he descubierto que no es Lesedi el que se casa. Tengo curiosidad por saber cómo estará ahora, seguro que es guapo, porque ya lo era.

Un aroma a menta fresca embarga mis sentidos, no puede ser! esto no puede estar pasando..

¡No puedo encontrar a mi mate! No puedo aceptarlo por mucho que me duela, prometí no hacerlo. Si lo hago me quitará a mi hija, ese fue el trato.

No puedo vivir sin Anais, ella es mi vida es mi motor, hace que todo tenga sentido.

- Lesedi recuerdas a Amalia? Dice Helena posicionándose a un lado.

De todos los hombres del mundo, tenía que ser Lesedi mi mate, Oh diosa, el es perfecto pero no puede ser.

Lo evitó todo lo que puedo, intento rechazarlo, hasta le digo que el padre de mi hija es un vampiro intentando que se aleje de mi.

Pero no, él está decidido, lo veo en sus ojos, va a luchar por mí. Si las cosas no ocurren así, si tan solo no existen el y sus estúpidas reglas.

Maldigo la noche en la que lo conocí, maldigo haber salido esa m*****a noche y maldigo haberme emborrachado y haber terminado con un hombre como él en mi cama.

Pero gracias a ese error tengo conmigo a Anais. Si tan solo me hubiera dado cuenta de quien era? De lo qué pretendía? ¡Pero no! El alcohol durmió mis sentidos.

Esa mañana cuando desperté el no estaba en mi cama, pensé que igual había sido un sueño. Pero entonces ví la mancha de sangre sobre las sabanas.

Desperté de golpe, me había entregado por primera vez a un hombre, al que no amaba y no podía recordar. Intento olvidarlo todo, no quería pensar en ello. Me dolía el corazón.

Poco tiempo después me enteré de que estaba embarazada, fue traumático, pero lo peor era explicar que no tenía ni idea de quién era el padre.

Yo la chica madura y responsable, había cometido la mayor medura de pata.

Pensaba que me gritarían, que estarían muy enfadados pero por el contrario todos se tomaron la noticia con cierta tranquilidad. Mamá fue la única que me dijo que estaba un poco decepcionada por mi actitud.

Quería que terminara de estudiar, que descubriera el mundo, quería que tuviera hijos pero después de haber disfrutado de mi juventud. Gracias a ellos terminaron de estudiar y aunque no me pude ir de la Manada como tenia planeado tampoco me senti frustrada.

Cinco meses después de aquella noche vino al mundo mi pequeña Anais, su piel era tan clara, me grababa al tono de piel de esas criaturas.

Trate de sacarme esas ideas de mi cabeza, pero tres días después de su nacimiento. El llegó a la puerta de mi casa, portaba en sus manos un tratado de paz, venís acompañado de un séquito.

Esa noche descubrí que no me había acostado con un hombre cualquiera, esta era de sangre real, de un linaje antiguo, más antiguo de lo que debería. Lo peor es que era un vampiro.

Me explico que ella era la heredera, que hacia mucho tiempo que se habia fijado en mi y yo era la adecuada para portar a sus hijos.

Me sentí devastada, no fue un error más bien fue una trampa. El lo tuvo todo planeado desde el minuto cero.

Le dije amablemente que podría ver a su hija pero que el y yo nunca pudimos tener una relación.

Eso lo saco de quicio, se ve que nunca le habian dicho a nada que no, en toda su larga vida.

Me saco un gran montón de documentos y me los dejo sobre la mesa, prometiendo volver en unos días.

Cuál fue mi sorpresa al descubrir que él tenía todos los derechos sobre mi bebé y yo nada, por lo que se ve firme un contrato esa noche. Pero como si yo nunca fui consciente, me metió un gol por toda la escuadra.

Toda mi familia busco una solución, no pudimos encontrar ninguna, ni siquiera la abuela con todo su poder conseguir nada. Era mi firma y por si fuera poco estaba sellada con mi propia sangre. Jugo muy bien sus cartas, yo tenía la guerra perdida antes de comenzarla.

Tenía dos opciones:

1° Aceptarlo como pareja e irme junto a él. Siendo algo así como una princesa. Cosa que no creo que fuera bien recibido por parte de los suyos.

2° Quedarme con la custodia de Anais siempre y cuando no tuviera pareja y menos aceptara a mi alma gemela en caso de encontrarla.

Está claro por la opción que opte, me mantendría en celibato, pero sería por una razón de peso.

Ahora después de tres años eso ha cambiado, porque tenía que mandarme la Diosa Luna a mi mate, mi compañero y porque tenía que ser él.

Siento que va a ser tan dificil apartar de ahora. Se que si vuelvo el lo hara conmigo, no se rendira tan facil.

Estamos hablando de un Alfa ellos pelean hasta la muerte por lo que aman. Porqué iba a ser diferente ahora.

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