CAPITULO 1

                                                                Capítulo 1

Desde ese día que conocí a mi compañera, no la he vuelto haber y ya han pasado dos años, desde que deje atrás a esa mujer.

Había decidido tener una vida sin compañera al igual que decidí por ella. Tampoco podrá tener algún día a su compañero, porque nunca sabrá que yo soy su compañero, nunca me volverá a ver, y eso lo se porque he estado evitando volver a su manada.

Estos dos últimos años, he tratado de sacármela de mi cabeza, follando con Leah Gastrell la hija del, beta de la manada media luna. No puedo negarlo es hermosa y tambien sabe como complacerme en la cama, tiene unas curvas de muerte que logra que cualquier hombre, tanto como humano o lobo la desee en su cama.

Hoy venían unas manadas de visita a nuestro reino, en total cinco manadas y una de ellas era la manada de mi compañera, pero gracias a la diosa que solo vendrán los de alto rango, y eso no esta incluido la familia de ella.

- Hunter en dos horas llegaran las manadas - hablo mi mejor amigo y beta Jack O’Connor

- que los guerreros se instalen en todas las entradas, y que tambien refuercen todos los puntos de posibles ataques de salvajes.

Jack asintió, para luego retirarse de mi despacho, hoy será un día agitado. Estas manadas vienen hablar sobre nuevos tratados, hay que tratar de mantener la paz, y ellos hace mucho tiempo han estado peleando por territorios, tambien sobre ríos, arboles que crecen en una manada, pero se inclinan hacia la otra, dándole el fruto en solo un lado.

Esto tiene que acabar hoy, no se puede seguir así, se supone que tenemos que apoyarnos para poder vivir en paz, y que esto no lleve a una guerra, porque yo como rey tengo que evitarlo a toda costa, y hay veces que los alfas son difíciles de controlar por su temperamento. Y cuando tratan de controlarme a mi tengo que sacar mi aura de Rey alfa cosa que no me gusta. Pero si no lo hago me verán como un débil.

(…)

Habían llegado cuatro de las cinco manadas la manada de mi compañera ya se encontraba aquí, y como predije ella no estaba, es solo una florista.

Después de un rato la última manada ya había llegado, estaban sus, alfas junto a sus compañeras e hijos, sus betas, algunos con sus compañeras e hijos, otros solos, sus médicos sanadores con sus familias, sus abogados de igual manera y sus agricultores.

Estábamos todos en el gran salón sentados alrededor de la enorme mesa, con papeles, mapas y muchas cosas más, mientras discutíamos sobre el tema de los agricultores.

-Rey alfa, todos esos árboles frutales han crecido en nuestra manada, nuestras tierras, no es posible que ellos se quieran quedar con toda la fruta, solo por el hecho que se torcieron a sus tierras - exclamo el alfa de la manada luna azul

-Rey, mis agricultores, se dan el tiempo de podar, cuidar y luego cosechar toda esa fruta, ellos ni siquiera se dan el tiempo de regarlos- reclamo el alfa de la manada noche negra

-¿Qué les parece si la fruta y el trabajo se reparte? - pregunte, ellos arrugaron su ceño, en forma de su descontento - miren, dejare grupos designados para su cuidado y cosecha el trabajo será a medias y cuando toque la cosecha se repartirán ambas partes iguales.

Ellos se miraron y tratas mantenerse en un debate de miradas, ambos rindieron y estrecharon ambas manos.

La tarde paso más rápido que lo normal, la reunión se había a largado y ofrecí a las manadas y su gente que se hospedaran en la mansión, ya era tarde y ellos necesitaban descansar.

Les comenté que los esperaba a cenar cerca de las nueve de la noche que por mientras se ducharan y descansaran.

Entre en mi habitación, fui directo al baño tenía que darme una ducha. Deje que el agua corriera mientras yo me desnudaba. Al entrar me quede un rato bajo el agua corriendo dejando que relajara cada uno de mis músculos.

Pronto sentí como unas manos me abrazaban por la cintura, mientras acariciaban mi abdomen, al girarme y ahí estaba mi hermosa Leah su cabello dorado ya un poco húmedo, sus gruesos labios.

-te extrañe - dijo mientras besaba mi cuello

Sin responder, la tome de la nuca para juntar nuestros labios, nuestras lenguas se encontraban mientras sentía como mi erección crecía.

La, levante de los muslos mientras ella enredaba sus piernas en mi cintura, y sin previo aviso me introduje completamente a ella, la tenia sujeta contra la fría pared mientras mis manos apretaban su trasero, comencé a follarla duro.

Se que le gusta por como rasguña mi espalda con sus uñas, por como gime ante mis duros movimientos, se cómo levarla al limite

-si…si…hunter - suelta entre jadeos

Sin pensarlo dos veces comienzo a moverme mas rápido, suelto un gruñido mientras me corro dentro de ella, su vagina palpita y me succiona. Apego mi frente a su hombro mientras trato de controlar mi respiración.

Ella toma mi rostro entre sus manos para poder besarme, pero yo doy vuelta mi rostro, logrando que sus labios caigan en mis mejillas.

- ¿sucede algo? - no respondo

Corto el agua al salir de la ducha me envuelvo una toalla en mi cintura y sin mirarla, vuelvo a mi habitación, escucho como el agua vuelve a correr.

Estaba terminando de vestirme cuando la veo salir de la ducha envuelta en una toalla, sin mirarla tomo mis zapatos, me siento al borde de la cama.

-¿Por qué no me hablas? - pregunto

- Sabes que no me gusta que entre a mi habitación sin mi permiso - respondo terminando de colocarme mis zapatos

-Pero yo…yo pensé que pod- levanto la mano logrando dejarla callada

-Pensaste mal Leah lo de nosotros es solo sexo, pero sabes muy bien mis reglas, espero que esta sea la ultima vez que entras a mi habitación sin mi permiso, ahora vete a tu cuarto

- Eres un maldito idiota hunter, ¿crees que puedes utilizarme para luego desecharme? - puso sus brazos en forma de jarra

- yo no fui quien te busco, tu te ofreciste sola ante mí, sabes que yo estaría dispuesto a tener sexo contigo si así tu lo quisieras, pero hay reglas y una de ellas es que no en mi habitación ni en mi cama y muchos menos en mi baño - gruño, al ver que ella no va a responder nada continuo - ahora si me permites tengo invitados, necesito que te retires le diré a Jack que te lleve a tu casa.

- No es necesario, puedo irme sola.

Salió de mi habitación dando un fuerte portazo, aprete el puente de mi nariz, ella siempre suele sacarme de mis casillas, no es una mala mujer, pero siempre rompe las reglas que ambos estuvimos de acuerdo desde un principio.

Se que ella quiere algo más, pero yo no se lo puedo dar, porque simplemente no puedo hay algo en mí que me prohíbe dar el siguiente paso con ella, y ese es mi lobo Max, solo me deja divertirme, pero no quiere que haga a nadie mi reina luna.

Ya estábamos todos en el salón cenando, y teniendo una agradable velada

- Lo siento mi rey Alfa, quería preguntar si no es mucha molestia, si puede recibir a mi hija y su mejor amiga, ellas vienen de un concierto y perdieron el vuelo hacia la manada azul - hablo el alfa de la manada de mi compañera

- No es ninguna molestia, es tu hija y es mas que bienvenida en mi casa.

- lo agradezco mi rey alfa, ellas se encuentran fuera, esperando sus órdenes - asentí con mi rostro tranquilo, mientras enlazaba con bernardo que hoy estaba haciendo guardia en la puerta, les dije que dejaran entrar a las chicas.

Esperamos unos minutos, cuando la gran puerta se abre y mi respiración se corta, ahí estaba la chica florista.

No sé cómo, pero todo paso tan rápido, Jack se levantó de golpe, acercándose a pasos apresurados ambos se encontraron a medio camino

-Mio - murmuro ella

- Mia - gruño Jack

Todo el salón estaba envuelto en un silencio, ¿ella no era mi compañera? ¿pero cómo? Si yo sentí su olor.

Pero de pronto todo se ilumino, y detrás de mí “compañera” apareció ella, mi corazón comenzó a latir tan rápido que siento como si se fuera a salir de mi pecho, su aroma flores silvestres inundan mis fosas nasales, nuestros ojos se encontraron en medio del caos.

Y no pude evitarlo, pero fue como si la vida me diera una gran bofetada en el rostro. Porque ahí frente a mis ojos estaba la mujer más hermosa del mundo, su cabello largo tan blanco como el mío, sus mejillas rosadas, sus labios pintados de un leve color rojo, sus largas pestañas negras, la única diferencia entre ella y yo eran nuestros ojos, porque los suyos reflejaban el color del cielo y los míos el color del sol.

Todo el mundo estaba en silencio, mientras que mi beta y su compañera, se sonreían, yo no podía dejar de caminar hacia ella, era como si mis pies tuvieran vida propia.

Al estar frente a ella inhale su aroma, y si era el mismo que esa noche de hace dos años, cerré los ojos un momento pensando en lo estúpido que fui, al abrirlos ella estaba mirándome fijamente, pero su semblante estaba serio.

-te vi esa noche, hace dos años, y vi tambien como escabas de mí, solo estaré esta noche aquí, pero quiero que te alejes de mi como has hecho durante estos dos años - paso por mi lado, caminando hasta el alfa de la manada azul.

Abrazado y beso ambos para luego sentarse a su lado.

Y yo como estúpido quede petrificado en la puerta, mirando como todos felicitaban a Jack y su compañera.

Ella quiere que me aleje, ella me vio esa noche, me vio también fuera de la florería, ¿ahora que hago?

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