Capitulo 5: Lúgubre

Lilja

Desperté agitada, me costaba respirar y todo daba vueltas, ¿Cuánto tiempo paso? Cómo pude intente enfocar mi vista en algún punto y poder ver con claridad, hasta que lo logré y mire a la profetisa Armida al frente de la cama...

- Lilja, ¿te sientes mejor?

- No – le dije irritada – y esto no mejorara hasta que ella sea eliminada – mencione frustrada

- Liam no quiso su destino, ¿Qué harás?

- Obligarlo, ah que lo cumpla, solo es cuestión de minutos que los humanos entren en caos, si es que no lo han hecho

Tome mi cabeza con las dos manos, empezaba a darme vueltas todo otra vez, ¿Por qué me estaba afectando esto también a mí?

- No puedes obligarlo Lilja, recuerda lo que paso la última vez; déjame hablar con él, tal vez acepte

- Rechazo a una Diosa, ¿crees que aceptara a una profetisa? - mencione con sarcasmo

- No confía en ti Lilja – me sonrió – puede que su mente haya olvidado, pero, su corazón no lo puedes engañar

- Sigue siendo débil – le asegure – por eso nunca pudimos estar juntos, por mucho amor que nos prometiéramos

- ¿Estás segura qué él te prometió amor Lilja? - pregunto con ironía - ¿o fue lo que tú deseaste?

- ¡Cállate! – le alce la voz con enojo – ve hacer algo de provecho con tu vida

- Si eres inocente, ¿Por qué la molestia?

- No me siento bien, y me estás haciendo recordar cosas que no me agradan – mencione entre dientes aguantando mi enojo – oh no, ¡no!

Tomé aún más fuerte mi cabeza y sentí como mi poder estaba siendo rasgado y un grito de dolor salió de mí, y mi grito hizo sacudir al mundo y ellos conmigo se corrompieron, una vez más mi equilibrio se rompió.

- ¡Lilja! No la escuches, no escuches a tu mente – la escuche desesperada

- ¡Duele, duele mucho!

Intentaba de alguna manera sostener el dolor de mí cabeza con mis manos, pero era en vano, el dolor me estaba doblegando, así que mi poder lo conserve y guarde para mí todo ese dolor que intentaba salir; solo escuché como la puerta fue abierta y a lo lejos había voces que no reconocí, todo dio vueltas hasta que volví a caer en el vacío.

||°||

Liam

Cuando aparecimos en el palacio vimos como la profetisa estaba asustada, lo único que pudo decir era que hacíamos en el palacio, pero no espero por nuestra respuesta; la Diosa Lilja no se encontraba bien, creo que por eso es el estado de la profetisa

- ¡Lilja! – grito la profetisa

La profetisa fue corriendo adentro de la habitación de la cual hace segundos había salido para preguntarnos que estábamos haciendo; Kuyen y yo también entramos a la habitación

- Lilja, por favor despierta, no la escuches – le dijo angustiada

- ¿Qué le pasa profeta?

- Está siendo afectada, en este momento los humanos están cayendo en caos – menciono con miedo y sujetando a Lilja

- ¿Cuánto tiempo tenemos para que la enemiga del mundo llegue?

- Liam, el tiempo se terminó, ella ya está aquí - aseguro

- Pero ¿Cómo saber dónde está? ¿Cómo cumplo mi destino?

- ¿Deseas matarla? - preguntó con incredulidad

- Deseo que nadie sufra – le asegure

- Oh, Liam, entonces no lo harás - me lo dijo con alivio

- ¿Cómo? ¿no podre matarla? ¿Por qué? – dije confundido

- Lo siento Liam, tú eres el único que sabe cuándo la luz se vuelve oscuridad y la oscuridad en luz

- Necesito mis recuerdos – le asegure - ¿puedes dármelos?

- No puedo dártelos, porque tu deseo es darlos a cambio de la muerte y ese es un precio que no estarás dispuesto a pagar – me aseguro – si los quieres devuelta, encuéntrala, encuentra a la Diosa de la muerte, y cumple con tu destino

¿Dónde buscar algo que no quiere ser encontrado? ¿Dónde está la Diosa de la muerte? Todo esto es una locura, después de mil años siento como el tiempo se acaba, esa presión de que todo es cuestión de tiempo y no hay nada ya. La muerte ha regresado para quitarlo nuevamente; ha regresado para recordarles a todo humano lo que alguna vez olvido; regreso para no tener misericordia.

- ¿Por qué los humanos no están en guerra? ¿Cómo iniciara esta vez?

- Kuyen – le hablo la profetisa – ven aquí, cuida a la Diosa

Kuyen se acercó y tomo el lugar de la profetisa, hasta que se aseguró que todo estuviera bien ella continúo hablando…  

- Ven Liam, acompáñame - me llevo con ella afuera de la habitación

Al salir de la habitación, había un balcón que daba justo enfrente donde estaban los humanos; ahí pude observarlos a todos, y estaba viendo cómo eran corrompidos.

- Obsérvalos Liam, los humanos no son corrompidos con guerras, los humanos están siendo corrompidos con su mente, la mente es la manera más cruel de hacer enloquecer; la guerra es con ellos mismos

- Por eso dijo Lilja que cuando ellos se corrompieran, no podría ayudarlos

- Escúchalos Liam, están gritando de agonía, su mente los está atormentando con sus miedos, provocando dolor, para los que despertaron de la muerte, su mente los hace repetir su último momento, y eso no es lo que debería preocuparte

- ¿Qué es peor que la tortura de la mente?

- Su grito no es porque desean detener su mente, su grito es por auxilio, están implorando que la muerte regrese y termine con ellos; pero eso será imposible

- Pero si ella ya regreso, ¿no es lo que hará?

- Aun no, debe cumplirse una profecía

- ¿Cuál?

- Los humanos desearan morir, pero la muerte nunca llegara

- Pero los humanos ya aprendieron de sus errores, ¿qué más necesitan de ellos?

- Puede que hayan llegado al límite de su perfección, pero no es suficiente, esta es su prueba final; depende de ellos soportarla

- ¿Por qué desear la muerte de esta manera profetisa? ¿Cómo puede ser más anhelante?

- Están siendo corrompidos Liam, su imperfección es lo que está provocando ese deseo, el deseo de tener paz

Me quede pensado en lo que me decía la profeta y observando a los humanos corromperse; el caos había iniciado, y ahora ni la Diosa que algún día les prometió paz eterna podría salvarlos. Tenía que proteger a la vida, pero aún quedaba la incógnita ¿Qué vida?

Observe adentro de la habitación donde se encontraba Lilja, había algo que no me daba confianza, siento que no me dijo toda la verdad, que algo me oculta, ¿Por qué no puede salvar a los humanos?

- ¿Qué harás Liam? ¿Cuál es tu deseo? – pregunto la profetiza

Todo lo que había a mi alrededor proclamaba a un solo ser, y era mi destino encontrar a ese ser y ese se convirtió en mi deseo

- Encontrar a la Diosa de la muerte – le afirme

"Nuestra vida se vuelve tan lúgubre que olvidamos que tenemos vida... ¿Cómo se hizo la vida tan lúgubre?"

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