Capítulo 3: Al descubierto

Ya ha pasado bastante tiempo después de la última vez que estuve con Robert y lo mejor aun que fue cuando lo conocí, todo esto fue claramente a escondidas de Thomas, lo recuerdo como si fuera ayer, debo tener claro que donde Thomas se entere me puede ir muy mal..

     Inicio flashback.

Estábamos en uno de los viajes planeados de Thomas, como siempre él diciéndome qué hacer y como lo debo hacer, Thomas me hace sentir mal en medio de una de las reuniones, no le gusto que yo opinara y de un grito me mandó a callar y me prohibido volver a interrumpir, me levanté muy furiosa de la mesa y sin decir palabra alguna me retiro, salgo de la reunión y golpeó fuerte con mi mano la puerta, estaba tan enojada que me salían lágrimas, no esperaba que Thomas algún día fuera a hacer eso conmigo, pero claro él por darselas de muy barón y que él es quien me domina y tiene poder suficiente en mi, entre en el ascensor, con mis mejillas mojadas de lágrimas no podía evitar llorar por el desplante de Thomas y más enfrente de esas personas, veo de reojo y hay estaba un hombre, con traje muy fino, de color negro, su sombrero caido cubría su cara. Veo a aquel hombre con curiosidad hasta que él se atreve a dirigirme la palabra.. 

—Hola preciosa, eres muy bonita para que estés llorando —me habla con su gruesa voz.

—No te metas en mi vida acaso, ¿quién te crees para hablarme? —le dije con altivez.

—No tienes porque enojarte, solo quise ser amable contigo, —da media vuelta y queda de espalda hacia mi.

—Disculpame, solo que un imbécil me ha pordebajeado y me ha hecho quedar en ridículo. —Me disculpo sin darle mucha importancia.

—No te preocupes, suelo ponerme así, y a veces me he llegado a poner mucho peor de lo que tú estabas, —Me habla suave para calmarme—. Si me lo permites yo te invito a tomar un trago, conozco un bar cerca, es bonito, confiable y muy divertido, es una de las propiedades de nuestra familia, —me habla viéndome de medio lado sin darme de frente la cara.

—No me gusta ir con personas desconocidas, ni mucho menos voy a aceptar ir a un sitio que no conozco a tomar un trago con  desconocido —le habló de manera fría.

—Para que no seamos un par de desconocidos, me presento mi nombre es Robert Florens, ¿cuál es tu nombre? bella mujer —me habla sin titubear.

—Mi nombre es Cynthia Sáenz, pero no seremos los mejores amigos con solo saber nuestros nombres —le hablo un poco más calmada.

—Por supuesto tienes toda la razón —me contestó levantando la cara y dejando al descubierto una sonrisa.

Salimos del ascensor y fuimos al bar donde me invitó Robert, en camino al bar, él quiso saber de la persona que me había hecho llorar, pero yo no podía darle ni la más mínima información a nadie de lo que hacía con Thomas, tenía razón Robert, el bar es enorme lleno de luces, personas muy finas, una música suave que permitía poder hablar sin alzar la voz, llegamos y mandó a un mesero a poner una mesa con vista a la pista de baile.

—¿Qué quieres tomar mi bella dama?, tus deseos son órdenes —me hablaba de una manera muy coqueta, «este si es un caballero, cuando salgo con Thomas no puede ocultar su prepotencia sobre mi, así que pide lo que a él se le da la gana, sin tener la más mínima delicadeza de preguntarme si yo deseo tomar algo más».

—Lo que tú pidas está bien para mí —, no quiero ser grosera con Robert, él pide una botella muy fina. Me sirve primero a mí, otro punto a favor debido a que Thomas se servía de primeras y yo debía servir para mí después de él.

Robert se retira el sombrero para hacer que yo entrara en más confianza, me comienza ha hablar de tantos lugares a los que él ha ido, los tragos hacen que me olvidé de por completo lo que sucedió con Thomas, sonrisas van y vienen con Robert, más por qué no hace más que dejarme ver su lado tierno y amable. Por supuesto él está siendo muy coqueto conmigo, están lindo el momento que me hace pasar con todas sus historias que me invita a acompañarlo a su apartamento.

Tengo un poco de miedo porque es un hombre al que acabo de conocer, pero me arriesgo a ir con él. No puedo negarme a su mirada coqueta y sus delicados labios, llegamos a su apartamento, yo estaba bastante  tomada y no podía parar de reír con él. Todo lo que salía de su boca era gracioso, nos sentamos en el sofá, él pone música y se sienta a mi lado. Me pongo en pie retirando mi abrigo y comienzo a bailar frente a su cara. Él se levanta y baila conmigo, me abraza y acerca su cara dándome un apasionado beso, baja la mano y me aprieta.

Lo miro y le sonrió, le quite la camisa  comencé a besarlo con pasión, me da la vuelta para bajar la cremallera del vestido, me da suaves besos en la espalda mientras baja mi vestido,  me recuesto en la cama él abrió suave mis piernas y me da un jugoso beso en mi intimidad, entro en confianza y le bajó el pantalón e hicimos el amor dos veces antes del amanecer.

Nunca podré olvidar a este lujurioso hombre.

 Fin de flashback.

Miró la hora y voy rápidamente y me doy una ducha con agua muy fría para despertarme. Salgo con mi cuerpo desnudo y con la toalla en mi cabello. Mientras me cambio entró Robert con una bandeja con mi desayuno en sus manos. Le agradezco con un apasionado beso. Solo tomo jugo de naranja para salir más rápido debido a mi compromiso con los Russo.

Voy deprisa camino a la reunión con los Russo antes de que Thomas me siga llamando, porque el decir de Thomas es que la puntualidad es muy importante a la hora de hacer negocios.

Hoy decidí ponerme un atuendo glamuroso y seductor, lo escogí muy detalladamente para provocar la mirada de cualquier hombre en la reunión. Mi cabello largo rubio contrasta perfectamente. Aplico maquillaje y mis ojos de color ámbar hacen que tenga una mirada más profunda, porque ellos son hombres que están acostumbrados a ver mujeres por doquier. Así que debía brillar en especial para Máximo Russo, ya que él es quien manda en la mafia de Italia.

Nuestro deseo obvio, más mío que de Thomas, es de hacer negocios allí en Italia con los Russo, debido a su alcance, que logran moverse muy bien.

Me atrevo a decir que como ellos manejan los negocios nadie lo hace, los alcances son similares a los de Thomas y no tendremos perdida alguna de lo que nosotros invirtamos allí. Thomas tiene sus dudas de hacer negocios con los Russo porque sabe de mi debilidad por los hombres ya él me la ha descubierto. Nuestros alcances son tan grandes que dónde queremos expandir nuestros negocios lo logramos a como nos de lugar, nadie hasta el momento se ha llegado a negar de hacer negocios con Thomas, y desde que yo dejé de hacer el trabajo de una simple secretaria encerrada en un apartamento que ni siquiera podía salir a un restaurante, todo fue duro hasta que pude llegar a este punto de tener el poder de negociar directamente con jefes de mafias.

Debido a que Thomas siempre estaba ahí presente en todas las reuniones, lo que yo hacía y decía era lo que Thomas quería que hiciera, no podía salirme de la línea de trazaba Thomas para mí, en cuanto a las reuniones con los jefes de las mafias con los que nos reunimos me veían como si yo fuera un títere de Thomas. Todo esto me tenía frustraba, debido a que lo que yo quería era tener dinero y mucho poder, me propuse tenerlo a como diera lugar, sin importar abandonar o lastimar a Thomas, claro que por Thomas siento un gran aprecio.

Voy camino a la reunión, Thomas no ha dejado de llamarme. Tanta insistencia me tiene desesperada, no confía ni una sola vez en mi. Así que decidí responderle.

—Thomas, voy en camino, dime ¿qué se te ofrece? —hablo rápido, en estos momentos me fastidia de sobre manera escucharlo o pensar que me va a arruinar el día o el momento. 

Debo estar tranquila, no quiero verme frágil ante esas personas, deben tener claro que las mujeres tenemos y podemos ser más fuertes que ellos, incluso más poderosas. 

—Chintya, la reunión se canceló para mañana. Al parecer los Florens están cada vez más cerca, así que la movieron de lugar por seguridad, ¿Con quién estabas? —Su pregunta hace que me ponga pálida—. Respondeme que no me gusta que andes con rodeos o que si acaso pienses.  

—No entiendo a que va tu pregunta, voy de camino y no podía contestar. Bueno, aprovechare para conocer alguno que otro lugar. —Él suelta una risa agria.  

—¿Lo vas a hacer sola o en compañía de Robert, tu amante? —Miro la pantalla del teléfono al escucharlo decir eso, creo que palidecí—. Pensabas que nunca me iba a dar cuenta, mira Chintya pensé que eras más inteligente pero no, eres una traicionera  y eso con el dolor de mi alma no lo voy a soportar. 

La llamada se termina, miro para todo lado, no comprendo como se entero este hombre. 

Comienzo a hiperventilar, Thomas siempre ha tenido bastante poder e influencia ante mi. Pensar que me puede hacer daño, me aterra. A él no le tiembla la mano para nada. 

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