Capítulo 5

Ana

— Sí, así es, Alfa. Mis hermanas son mayores, pero ninguna quiso el puesto de Alfa— él mira y sonríe.

— Bienvenida a la familia, algo más no se puede hacer público— dice.

— Por qué padre, es la futura Luna Milenaria— dice Enzo enojado.

— Es por su bien — dice el Alfa Erick mientras me mira. Yo asiento con la cabeza.

— Sofía, llévala a nuestra recámara, ya sabes qué hacer — Sofía me toma de la mano y salimos de la habitación de Enzo. Me guía por otro pasillo largo y al final encontramos unas puertas. Ella las abre. Es una habitación hermosa con una cama doble cubierta por un manto.

— Ana— me suelta de la mano y me hace señas para que me siente en un sofá blanco. Me siento y ella va hacia una puerta blanca que resulta ser un vestidor. Busca y saca un hermoso vestido azul.

— Toma una ducha, la necesitas — me pongo roja y recuerdo lo que pasó con Enzo, y sonrío.

— Es normal si su lazo los atrae— dice restándole importancia.

— Nunca he estado de esta forma con nadie— digo con vergüenza.

— Yo sé que tu aroma te delata — voy hacia donde ella me indica dentro de una hermosa ducha. Me quito mi vestido y mis bragas, y todavía siento la humedad en mi zona íntima.

*Asly, quiero sentir sus manos recorriendo mi cuerpo.* Paso mi mano por el mismo lugar que él.

*Mmm, mejor yo quiero que nos marque y nos monte.* El color rojo sube por mis mejillas. Tomo una ducha de 15 minutos, me pongo unas bragas de encaje que la luna Sofía me dio y el vestido. Salgo y veo a la luna Sofía retocando su maquillaje. Carraspeo, me mira y sonríe.

— Puedes ocultar el olor de Enzo— dice acercándose a mí, mueve mi cabeza a un lado y me pone un poco de maquillaje.

— Esto es para ocultar la marca temporal que te hizo Maslo— abro los ojos.

— ¿Qué marca?— me toco el cuello.

— Él dejó su olor en ti— no puede ser, mi papá me va a matar.

*Asly, oculta el olor de Enzo.*

*Papá se va a enojar* - dice Asly riéndose.

— Vamos— dice la luna Sofía. Salimos al pasillo y caminamos en silencio.

Llegamos a un salón donde estaban muchos invitados, no solo los alfa, también había miembros de la manada milenaria. Cuando notaron nuestra presencia, todos los lobos hicieron silencio e hicieron una reverencia.

El Alfa Erick se nos acercó y tomó la mano de la luna y le dio un beso.

— Señorita Ana, su padre, el beta y sus amigos la buscaban— me dijo guiñándome un ojo, así que seguí su juego.

— Alfa, disculpe, pero me perdí y la luna me encontró en medio de los pasillos— digo mientras hago una reverencia. A unos pasos de distancia, estaba mi padre.

— Luna, gracias alfa Con su permiso, me retiro— llego donde mi padre y lo abrazo.

— ¿Estás bien?— dice devolviéndome el abrazo.

— Sí—

— Cariño, estábamos preocupados por ti — dice Oliver rompiendo el abrazo. Lian se acerca y me da un beso en la mejilla, a lo que yo respondo con una sonrisa.

— No tienen de qué preocuparse. El lugar está custodiado por guardias en todo el lugar— digo alejándome.

— Buenas noches— dice el alfa milenario, la luna sonríe. — Estamos reunidos para celebrar que mi hijo Enzo tomará su puesto como alfa real milenario — Todos aplauden y giro mi cara hacia una dirección y lo veo. Me sonríe y yo bajo la mirada, poniéndome roja solo de pensar en lo que pasó hace unos minutos.

— ¿Estás bien?— pregunta Lian y yo solo asiento.

— Es solo que te pusiste roja— me dice.

— Es solo que tengo calor— No preguntan más y la fiesta continúa. El alfa habla con los invitados, mi padre, su beta y mis amigos entre risas y charlas. Nos pasamos cada cinco minutos mirándonos. Él sabe que lo hago, no sé qué me pasa, nunca me he sentido así.

*Es un dios griego*, le digo a mi loba.

*Mmm, más bien es un bombón de chocolate. Está para comérselo*, sonrío por la respuesta de Asly.

*Gracias, por lo que me toca*.

— ¿Qué haces? — hablo con Enzo a través de nuestra conexión de pareja.

— Nada, solo quería saber qué piensas— ruedo los ojos.

— ¿Quieres bailar?— Miro en su dirección y ella me sonríe.

— No, no y no — digo y cierro la conexión antes de que pueda responder algo. No le presto atención.

En ese momento siento que alguien está detrás de mí. Mis amigos y mi padre se quedan en silencio. Giro mi cuerpo y veo a Enzo.

— Señorita, ¿sería tan amable de concederme esta pieza?— Enzo me mira a los ojos mientras me extiende la mano. Dudosa, tomo su mano.

Nos dirigimos a la pista de baile tomados de la mano. Nos paramos en medio y él me jala hacia él, quedando frente a frente. Toma mi mano derecha y coloca su mano izquierda en mi cintura. La canción es lenta.

— Eres como soñé, tanto tiempo esperándote — dice en voz baja. Siento cómo su mano se aprieta ligeramente en mi cintura, haciendo que mi piel se erice. Sonrío y me pongo roja, con mis pecas visibles. Me encantaría contar cada una de ellas y perderme en su aroma a fresas.

— Debemos hablar con tu padre — menciona. Parpadeo y pienso.

— Sí, pero no estoy preparada para esa conversación— respondo, bajando la cabeza.

— No pienses en eso — Seguimos bailando y de repente tengo ganas de besarlo.

Enzo.

— Me gustaría probar de nuevo tus labios— digo. Ella cierra los ojos con fuerza y luego los abre para mirarme.

— No puedes, el alfa lo dejó claro — me sumerjo en ese azul oscuro de sus ojos y me acerco.

— Enzo, puedes venir— interrumpe mi padre. — Fue un placer bailar contigo, señorita— digo mientras me alejó de Anay mi padre se acerca a mí para abrazarme.

— ¿Qué estás haciendo?— me dice en voz baja mientras se separa de mí y me pide que hable.

— Buenas noches, doy gracias a la diosa Luna, a mis padres y a todos ustedes por compartir este momento tan importante para mí...—

Después de terminar el discurso, Malika se acerca y me besa. No correspondo su beso y la aparto de mí.

— Nunca vuelvas a besarme — le digo enojado, sintiendo náuseas. Dirijo mi mirada hacia Ana y veo lágrimas escapando de sus ojos.

— Maldición — murmuro en voz baja.

— Enzo, mi amor, vamos a celebrar tú y yo solos— dice Malika con falta de respeto.

— No, Malika, nunca vuelvas a hacer eso— me alejo de ella y me acerco a mis padres.

— Padre, tenemos que hablar con el alfa Eitan sobre mi pareja destinada — le digo mientras me dirijo al despacho de mi padre para esperarlo. Malika solo fue sexo y nada más; siempre la buscaba cuando estaba estresado.

Pude sentir su rabia, su dolor. — Eres un idiota — dice Maslo furioso. — Te lo advertí que dejaras de ver a esa loba por... — La puerta se abre y están mis padres, mi beta Gael y mis mejores amigos.

— Ya terminó la reunión— dice mi padre mientras se sienta en su escritorio y toma el teléfono.

— Talía, por favor, llama a la señorita Ana y tráela al despacho — cuelga y vuelve a marcar.

— Mar, llama al alfa Eitan y dirígelos a mi despacho — ordena mi padre antes de colgar. Un incómodo silencio se instala en la habitación hasta que la puerta se abre y entra María, haciendo una reverencia.

— Alfa, el señor Eitan y su familia están aquí — informa María. Dirijo mi mirada hacia mi padre.

Mar sale y entra el alfa Eitan acompañado de su beta y los amigos de mi luna.

— Buenas noches, alfa— saludan mientras sus ojos se posan en mi madre, la luna. — Por favor, tomen asiento — les indica mi padre. Se acomodan en los sofás mientras el beta Antuan se posiciona en una esquina del despacho, alerta y sintiéndose amenazado.

Nos quedamos mirándonos unos momentos incómodos durante unos quince minutos.

"Toc, toc, toc", se escuchan golpes en la puerta.

— Pasa — dice mi padre. Talia, la empleada, asoma la cabeza.

— Alfa, la señorita Ana ya está aquí — informa.

— Gracias Talia. Por favor, retírate y hazla pasar— responde mi padre. Talia hace una reverencia y se va. El padre y los amigos de mi luna intercambian miradas mientras Antuan se pone alerta.

— Buenas noches, alfa— saluda Ana haciendo una reverencia. — Me mandó a llamar— agrega mientras la miro y noto que está vestida con una blusa de tirantes rosa pálido y unos pantalones cortos negros. Gruño por su forma de vestir.

*Maldición, solo yo puedo ver sus hermosas piernas.*

*Los voy a matar si se atreven a mirarla*, Maslo intenta tomar el control.

— Buenas noches, Ana — le sonríe mi madre.

— Toma asiento— indica mi padre mientras me lanza una mirada de advertencia.

— Estamos aquí para tratar un asunto importante— dice Ana, mirándome con tristeza y miedo.

*No te preocupes, Ana. Estoy aquí para apoyarte*, pienso mientras noto la inquietud de su loba y sus ojos azules llenos de lágrimas.

— Permíteme decirlo — dice Ana y mira al alfa Eitan. Ellos se ponen en alerta, noto cómo sus cuerpos se tensan.

— Ana, ¿qué sucede?— se acerca el alfa Eitan a su lado. — Sabes que puedes confiar en mí, soy más que un padre, soy tu amigo y siempre estaré aquí para ti y tus hermanas — le asegura mientras ella respira hondo y traga saliva, preparándose para lo que sea que esté por decir.

— Papi— dice mi luna y abraza a su padre. — Recuerda que siempre serás el primer amor de mi vida — añade mientras él la abraza fuertemente, besando su cabeza y derramando algunas lágrimas.

— Sí, ya conocemos ese discurso— interviene uno de los amigos de mi luna.

— Calla, Lían— le dice el otro chico con una expresión seria.

— Recuerda que siempre estaremos contigo, en las buenas y en las malas. Somos los tres mosqueteros— le dice el segundo chico. Mi luna se separa de su padre y abraza a sus dos amigos, quienes le sonríen con amor fraternal.

— Gracias, Oliver — dice Ana mientras absorbo y limpio algunas lágrimas. Miro a su padre y amigos, bajando un poco la cabeza. Me acerco por detrás y la abrazo, causándole un sobresalto. Con una mano rodeo su cintura mientras su padre y amigos observan, ya sabiendo lo que Ana está a punto de decir.

— Papi...— ella suspira. — He encontrado a mi compañero de vida...

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