Narra Rut

Me siento realmente confundida, yo creía que al fin me había olvidado de Víctor y que sentía algo muy fuerte por Daniel. Al menos durante los meses que estuve fuera, descubrí lo mucho que me gustaba pasar tiempo con Daniel y lo extrañé más que a nadie. Pero después de lo que hizo Víctor anoche y de su confesión de amor delante de todos no sé qué pensar. Siempre quise olvidar a Víctor para que Bea tuviera el camino libre y pudiera ser feliz y acabo de descubrir que ella no merecía mi sacrificio.

Me encontraba sentada en mi cama con la mirada perdida en mi interior cuando se abrió la puerta de mi habitación y entró Adriana llena de curiosidad. Quería saber que pasaba por mi cabeza luego del escándalo que había provocado Víctor en su propia fiesta de cumpleaños.

-Me estoy enamorando de Daniel - dije con mi corazón lleno de dudas mientras miraba a Adriana con una mirada de auxilio, rogándole con mis ojos que me ayudara a salir de mi confusión.

Adriana no pareció sorprenderse con mi confesión. Ella sabía todo sobre lo tierno que siempre había sido Daniel. Pero aun así no creía que me convenia estar con él, pues podía recordar lo lindo que también era con Rosa y como en un tiempo me estuvo enamorando mientras era el novio de ella.

-Yo sabía que esto sucedería tarde o temprano – me dijo con preocupación pues no confiaba en el amor que Daniel decía sentir por mi – por esto quería que las cosas se aclararan a tiempo con Víctor ustedes hubieran sido la pareja perfecta y tu no hubiera prestado atención a las palabras de Daniel.

-Adriana, tú sabes que Daniel está arrepentido, recuerda que fue el mismo quien me dijo lo que estaba pasando con Rosa. Luego, terminó con ella porque se dio cuenta que lo que hacía estaba mal, saliendo con ella mientras me amaba a mí – le respondí sabiendo lo difícil que era para ella volver a confiar en las personas.

-Lo sé y también recuerdo el dolor en los ojos de Rosa cuando tuvo que pasar por esta situación, y aun no estoy segura de que Daniel no te haría lo mismo a ti.

-Algo me dice que no será así, siento en su mirada sinceridad, cada vez que dice que me quiere. Además, se ha esforzado mucho para demostrarme que ha cambiado.

-Rut yo soy tu hermana y tu amiga y en serio no quiero verte con el corazón destrozado, dale tiempo a Daniel de que pueda demostrar que merece tu corazón.

Daniel era un chico muy apuesto de piel blanca y ojos canelo con su cabello muy abundante y castaño, su cuerpo parecía tallado a manos de los dioses. Tenía todo lo que necesitaba para llamar la atención de las chicas a su alrededor. Además, era muy amable, atento, cariñoso y muy divertido. Solía ser el alma de las fiestas. Siempre que se reunían Adriana y él se encargaban de que la reunión sea un mar de risas y alegría. Lo malo sobre él era que sabía que era todas esas cosas y hubo un tiempo en el que se aprovechaba de esto para salir con cada chica que llamara su atención.

Adriana se despidió de mí pues debía irse a su trabajo. Era una gran abogada y tenía un gran juicio el día de hoy fuera del país.

Cuando me quedé sola me puse a pensar con tristeza en Bea, necesitaba respuestas. Habíamos tenido una amistad intachable por años. Tal vez Víctor se había confundido y las cosas no habían sido exactamente, así como él dijo. Necesitaba ir a buscarla para darle la oportunidad de explicarlo todo.

Aunque mi editora esperaba que le entregue un capítulo de mi próximo libro, debía tomar un momento para aclarar las cosas, de todos modos, no podría escribir con la cabeza hecha un lio.

Tomé una ducha rápida y me vestí de manera sencilla un jean y una camiseta blanca que se ajustaba a mi cuerpo y unos zapatos sin tacones. Recogí mí pelo en una cola y Salí directo a la oficina de mi amiga. Tenía que hablar con ella de inmediato, antes de sacar conclusiones y comenzar a juzgarla.

Cuando llegué su secretaria no estaba en su escritorio y decidí entrar sin ser anunciada. Cuando abrí la puerta y vi a Bea como siempre muy hermosa con su largo cabello negro cubriendo toda su espalda vistiendo un elegante vestido rojo hasta las rodillas y muy ceñido a su perfecto cuerpo. Estaba muy enojada gritándole órdenes a su secretaria con el ceño fruncido y apuntándole con el dedo. De inmediato me di cuenta de que su frustración no había sido causada por su secretaria, aunque evidentemente estaba descargando toda su ira en ella.

-Hola, Beatriz – le dije tratando de llamar su atención. Me miró e in mediatamente puso los ojos en blanco, mostrándome su molestia al verme.

- ¿Qué haces aquí Rut, no ha sido suficiente ya lo que me has hecho? – preguntó con su rostro enrojecido por la ira.

-Pero que es lo que te he hecho? – pregunté sorprendida de su actitud. Yo no tenía la culpa de lo que sucedió en el cumpleaños de Víctor, para mí eso fue una sorpresa como para ella. Nunca pensé que el sería capaz de algo como eso. Además, yo creía que Víctor yo no sentía nada por mí y para ser sincera hubiera preferido que las cosas se quedaran como estaban. Mejor aún prefería que Víctor amara a Bea tanto como ella a él.

- ¿Te parece poco robarme a mi novio en público y hacerme el hazme reír de todos? – dijo incrementando su rabia.

-Yo no te robe nada, No tengo la culpa de que Víctor haya perdido la razón

-pues claro que la tienes, ya él estaba conmigo, ¿no podía simplemente alejarte de él?

-Víctor y yo siempre hemos sido amigos, tú lo conociste a él por mi

-Eso no te da el derecho a enamorarlo sabiendo que estaba conmigo.

-Nunca lo enamoré, solo somos amigos.

-No Rut nunca fue simplemente tu amigo, tú siempre has estado enamorada de él, sé que fue el quien te besó por primera vez y los vi en tu casa barias veces más juntos de como estarían dos amigos, solo quería ver si se lo comentarías a la que decías que era tu mejor amiga, pero nunca lo hiciste.

-Eso pasó hace mucho tiempo, éramos solo adolescentes – dije con voz quebrada, mientras confirmaba lo que Víctor dijo en la fiesta - nunca te dije nada porque sabía que lo querías y no deseaba hacerte daño y además ya terminó, hace mucho tiempo que no permití que pasara más, solo por ti para que no sufrieras. Ni siquiera puedes imaginarte lo difícil que siempre fue para mi luchar tanto en contra de lo que yo sentía. Si nunca te dije nada fue para no verte sufrir.

-No linda lo hiciste porque siempre quieres ser la mártir, la que sacrificas todo, nunca pensaste en mí, solo quería mantener tu postura de amiga sacrificada.

- ¿Así? ¿y que gano yo a cambio de mantener esa postura? ¿tu admiración? Porque no creo que valga la pena sacrificar mucho por eso. Lo creas o no si dejé a Víctor fue por ti, y me alegré bastante cuando supe que por fin estaban juntos, además si tú, sabias lo que estábamos sintiendo nosotros ¿porque decidiste salir con él? – le pregunté tratando de entender por qué mi mejor amiga había actuado con tanto egoísmo.

-Porque yo no soy tú, yo amo a Víctor y en nombre de ese amor debía hacer lo que fuera para estar con él. No me interesa ser la sacrificada, prefiero ganar y ser feliz, yo no puedo ser tan hipócrita.

- ¿Ganar? ¿Acaso estábamos en una competencia, donde Víctor era el gran trofeo? – pregunté mientras me sentía muy indignada.

-De hecho, Víctor siempre ha sido lo que más he querido y lo iba a obtener aun pasando sobre ti.

-Qué raro se siente ver que no te conocía, que todo lo que creía de ti era una mentira – dije sintiéndome engañada.

-Si es cierto Rut tu no me conoces, pero tranquila ya lo harás – me dijo con gran seguridad.

-No, si eres como la que estoy viendo en este momento no me interesa conocerte – dije mientras salía corriendo de su oficina. sentía como las lágrimas corrían por mis mejillas, sé que pude escuchar el sonido de mi corazón mientras se rompía en mil pedazos. Había perdido a mi mejor amiga, era casi como mi hermana. Siempre confié en ella, estaba segura de que nunca me traicionaría.

Que tonta había sido todo este tiempo, ni siquiera sé cómo fue que sucedió. Siempre pensé que Bea y yo seriamos inseparables, pero ella nunca sintió lo mismo por mí. Pero que equivocada estaba, al final Adriana siempre tuvo razón, Bea era solo una egoísta. Y pensar todas las veces que la defendí y hasta terminé discutiendo con mi hermana a causa de ella. Yo entregué todo por nuestra amistad y siempre pensé que era correspondida.

Fui directo a mi auto y antes de ponerlo en marcha pensé que tal vez no debí venir, ahora me sentía peor que antes. Aunque al menos ya no estaba confundida, estaba segura de que Bea era perversa y que nunca fue sinceramente mi amiga.

Cuando llegué a mi casa fui directo a mi habitación, no podía esperar más para dejar salir todas las lágrimas que aquella conversación tan amarga había provocado. Solía mostrarme fuerte ante los ojos de los demás, nunca me interesó que otros me vean llorar, pero la verdad es, que a solas siempre fui sensible y emotiva.

Mientras lloraba tendida sobre mi cama mi teléfono comenzó a sonar, era mi editora, pero yo sabía que ese no era el momento de conversar con ella. A pesar de que sabía que tenía que trabajar, no me sentía en condiciones de hacerlo y aunque lo intentara no podría concentrarme. Estuve toda la tarde en mi alcoba pensando en el gran giro que había dado mi vida de un momento a otro.

No sé en qué momento me quedé dormida, pero desperté con el sonido de mi celular. Recibí un mensaje de Daniel invitándome a dar una vuelta esa noche.

Después del día tan amargo que tuve tal vez era buena idea salir despejar un poco mi mente. Eso haría que me relaje y pueda comenzar a trabajar, sabía que no podía descuidar i trabajo. Amaba lo que hacía y mis libros estaban teniendo gran éxito.

De inmediato le respondí diciéndole que iría. Me dijo que llegaría por mí en hora y media. Me alegré de tener tiempo para arreglarme.

Me levante de inmediato y me di una ducha, me puse un vestido rosa ceñido y un lindo escote, unos tacones negros los cuales combinaría con mi bolso. Dejé mi largo cabello castaño suelto y le hice algunas ondas. Me puse un maquillaje sencillo y un perfume con un aroma muy dulce. Me sentía hermosa y lista para la ocasión. Siempre me gusto arreglarme, me gusta mucho la moda, de hecho, en mi adolescencia llegue a pensar en estudiar diseños de moda. Al final terminé inclinándome más por la escritura, estudiando filosofía y letras para convertirme en una gran escritora.

Cuando Daniel llegó por mí ya estaba lista. Se quedó asombrado, recorrió todo mi cuerpo con su mirada haciéndome en sonrojar al instante. Pude sentir como mis mejillas se teñían de rosa al mismo tiempo que mi cuerpo se erizaba por completo al ver su hermosa sonrisa de medio lado que solía volverme loca. Estaba segura de que con su mirada penetrante y su hermosa sonrisa eran las herramientas con las que me había conquistado.

Desde que lo vi por primera vez pude sentir como un no sé qué recorrió todo mi cuerpo. Se quedó mirándome fijamente y me brindó esa hermosa sonrisa. Sabía que yo había llamado su atención al instante, aunque yo aún estaba enamorada de Víctor. Debo confesar que Daniel me cautivó y había algo en él que aún no entendía pero que me atraía demasiado.

Daniel estaba hermoso con su camisa negra manga larga y muy ajustada a su cuerpo de modelo, parecía recién salido de una revista de moda. Cualquiera que lo viera quedaría derretida de inmediato. No puedo creer como es que no me había dado cuenta lo mucho que me gusta y todo lo que despierta en mi con solo mirarlo.

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