Capítulo 7

Por fin pudo salir a hurtadillas de la cabaña después de ver que Chloe dormía profundamente, y con monitor en una mano y teléfono en la otra se fue a un lugar cercano pero privado donde pudiera hablar bien con su amiga.

—Hola bandida ¿cómo has estado?—la saludó con su tono risueño.

— Bien pero… ¿Tú cómo estás? ¿Carol, ha pasado algo?

—Por supuesto que no. ¿Acaso no puedo llamar  a mi única y mejor amiga?

—Claro que sí, pero por la hora, pensé que te había pasado algo.

—No…es solo que me sentía sola, y sé que no estamos en los mejores términos, pero quería escucharte.

Nicole se sintió triste por su amiga—yo también quería escucharte. Hace tanto que no hablamos.

—Terminé con ese maldito. Me partió una botella en la cabeza y casi me mata en nuestra última pelea.

— ¡Oh por Dios!—ella se horrorizo— ¿estás bien?

—Lo estoy ahora, pero fueron muchos puntos en la cabeza y varios días en la clínica. Me acordé mucho de ti, y de todas las veces que me aconsejaste dejarlo. Puse una denuncia contra él y ahora no puede acercarse ni a mí, ni a mi casa. ¡Nicole, pensé que moriría!—le dijo rompiendo en llanto.

—Amiga, de verdad lo lamento mucho. No me imaginé que estuvieras pasándola tan mal. Debí estar allí para ti—comentó arrepentida.

—No es tu culpa. Tuve que llegar a un punto donde casi me matan para darme cuenta de lo bajó que había llegado al lado de ese maldito alcohólico, drogadicto—sus sollozos se escuchaban al otro lado del teléfono—lo perdí casi todo. Mis joyas, mi auto, mi trabajo, y hasta mi casa está hipotecada y casi perdida. Pero lo que más me duele fue haber perdido tu amistad.

—Oh no, querida. Tú no has perdido mi amistad—respondió sintiendo que sus ojos se humedecían— Siempre he estado preocupada por ti, y no sabes las veces que quise ir a verte, pero me daba miedo ese hombre.

—Sí, sí, lo entiendo. Lo bueno es que ya se acabó y no quiero ver a ese desgraciado nunca más en mi vida. Lo único bueno que tenía era que era magnifico en el sexo, pero eso no vale el sacrificio, amiga.

—Por supuesto que no.

—Tal vez habría sido mejor pensar como tú, que eres virgen.

Nicole se echó a reír—eso era antes. Ahora solo quiero tener una relación estable con un hombre que me ame, pero busco lo mismo que tú, que sea bueno en la cama.

— ¡Oh mi Dios!—gritó del otro lado su amiga— ¿Y ya saliste de ese problemita? Porque la única forma de saber si un hombre es bueno en la cama, es durmiendo con él y siendo virgen todavía...lo dudo.

—Sigo siéndolo, pero estoy buscando quien me ayude con eso. Te lo juro Carol, si no pierdo mi virginidad, ¿cómo diablos voy a dar con un hombre que me complazca en la cama?

—Te entiendo. Hay que hacer lo que hay que hacer. Tienes mi apoyo.    

—Es que quiero saber lo que es tener a un hombre dentro de mí. Escucho a todo el mundo hablar de lo maravilloso que es el sexo y yo simplemente me quedo callada porque no tengo idea de lo que hablan.

— ¡Oh sí!—exclamó Carol emocionada—es que te has perdido de mucho. Tener a un hombre de esa forma, es la mejor experiencia del mundo. Estoy segura de que cuando lo hagas por primera vez, jamás podrás dejar de hacerlo.

Bryce se dirigía a la cabaña para hablar con Nicole y arreglar las cosas de una vez por todas. Llevaban varios días evitándose y él sencillamente no podía seguir de esa manera. Tenía que comportarse como una persona adulta y mantener a raya esos pensamientos acerca de ella.  Dijo a si mismo que él podía ser profesional y estar así el tiempo que le quedaba de convivencia con Nicole y su hija. Luego de eso, volverían a la normalidad.

El problemas fue que cuando iba llegando vio que ella estaba hablando con alguien afuera y parecía muy concentrada en aquella conversación.

Bryce sabía que estaba mal, pero no pudo evitar escuchar, por si se trataba de algún novio o amante con el que ella estuviera charlando. Sin embargo, nada lo preparo para escuchar la más impactante declaración, salir de boca de su asistente. Ella le decía a la persona con la que hablaba, que todavía era virgen y él de verdad creyó haber escuchado mal. “¿Entonces cómo diablos había tenido una bebé? No, no era posible que hubiera escuchado bien. ¿Cuántos años tenía Nicole, veintidós, tal vez veintitrés? ¿Si ella no era la madre de Chloe, cómo diablos era posible que todavía fuera virgen? Y no solo eso, sino que estaba desesperada por salir de ese estado.

El amigo de Bryce entre sus piernas, saltó a la vida con solo imaginar la escena de ella desnuda en su cama, y él mostrándole todos los placeres que se había estado perdiendo.

La persona con la que hablaba le dijo algo, y ella le respondió que solo esperaba llegar a la ciudad nuevamente, para irse a tomar  unas cervezas a un bar y conocer al buen samaritano que le hiciera el favorcito.

Las manos de Bryce estaban cerradas en puños tan fuerte, que creyó que se le cortaría la circulación. Él no iba  permitir que ella se fuera con el primer imbécil que conociera y le diera algo tan preciado. ¡Oh no, ese premio era todo para él, y no había duda de ello! Después de eso, no habría necesidad de seguir buscando hombres, porque él sería el único.

Siguió escuchando la conversación y a la parecer la persona del otro lado le había preguntado por Chloe.

—No sabe que es mi sobrina, pero tampoco veo porque tendría que decírselo. Al final de cuentas Chloe aparece como mía en los papeles, porque el último deseo de mi hermana, fue que ella quedara bajo mi custodia. Así que Chloe es mi hija.

Bryce sonrió “Así que eso era. La bebé no era realmente su hija, aunque ella decía a todo el mundo que si” pensó que era algo admirable lo que hacía. Ella en realidad era muy joven para tener esa carga, y sin embargo se veía feliz con Chloe.

Se sintió como un lobo hambriento que miraba a su deliciosa presa mientras su boca se hacía agua. “Yo seré quien te haga gritar de placer, Nicole” Luego de hacerse esa promesa, esperó a que la tienda de campaña en sus pantalones bajara, y de que Nicole terminara de hablar, para poder salir de entre los árboles y regresar a casa. No quería que ella lo descubriera y mucho menos que se diera cuenta de que la había estado escuchando.

Nicole regresó a su casa sintiéndose mejor después de aquella charla con su amiga. Necesitaba desahogarse y por fin pudo hacerlo. Carol siempre la había apoyado en sus locuras y definitivamente, esta era una. Pero no cesaría en su intención. Ya era hora de hacerlo y solo estaba esperando a terminar su trabajo en la casa de su jefe para ir por ello. Además, eso seguramente la ayudaría a dejar de pensar en su jefe, porque estaba segura de que lo que le pasaba con él, era simplemente porque necesitaba dormir con un hombre y sabía que después de eso, se lo sacaría de la cabeza.

                                                              *****

Llevaban más de una hora caminando. Nicole jamás se imaginó que su jefe se levantaría con ganas de ir a caminar para ejercitarse, pero que de paso se la llevaría a ella. Cuando llegó mientras le daba de comer a la bebé, y le dijo que era un día maravillosos como para quedarse encerrado trabajando, se sorprendió un poco, pero era su jefe y él mandaba. De manera que le pidió que la esperara mientras se ponía el fular y colocaba a la bebé en su espalda, para que amabas pudieran estar más cómodas en la caminata.

Ahora, mientras veían los alrededores y Chloe parecía fascinada ante ese mundo nuevo, ella solo se mantenía en silencio, esperando que fuera él quien pusiera el tema de conversación. Después de todo lo que había pasado y la forma extraña en la que se había comportado, ella pensó que él quería que se fura de su casa lo antes posible. Y hasta se preparó para escuchar todo lo que le diría, pero como no fue así, no tenía mucha idea de cómo proceder.

—Por ahí está un arroyo. Solíamos bañarnos allí, mi hermano y yo cuando éramos pequeños—le señaló hacia el norte.

— ¿Venían solos?

—Por supuesto. Aquí no hay peligros. Es una propiedad privada y bueno, si hay mapaches, ardillas y otros animales, Pero nada peligroso. Mis abuelos se quedaban en la casa, haciendo sus cosas, y para cuando llegabamos de divertirnos, ellos ya estaban a punto de enviar por nosotros. Creo que si hubiéramos podido, nos habríamos quedado hasta bien entrada la noche—rió al recordar.

—No quiero ser imprudente, pero… ¿Qué pasó con tus padres?

El semblante de Bryce cambió por completo y ella pensó que había metido la pata de nuevo. Él no era muy conocido por compartir detalles de su vida privada y ella como una tonta había preguntado por algo tan personal.

Ahora si prepárate Nicole, porque esta sí, no te la perdona.

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