CAPÍTULO 3

Cuando Luca mandó el correo le extrañó que la susodicha no contestara de una vez, al parecer era cierto que no estaba muy convencida de venirse, a pesar de que le había ofrecido una muy buena cantidad de dinero, la verdad lo hacía por su madre, quería verla feliz, aunque a él también le gustaba ayudar, cuando llegó la notificación del correo lo abrió y leyó que había aceptado, madre e hija podrían estar juntas, justo cuando pensaba contestar de vuelta, Leticia entró como si fuera la dueña y eso le molestó. 

—Hola cariño, ¿Cómo estás? 

—Estaba perfectamente hasta que llegaste, ¿puedo saber porque entras sin mi permiso? 

—La inepta de tu secretaria no está, y yo no pensaba quedarme hasta que ella le diera la gana venir. 

—Está almorzando Leticia, y no es ninguna inepta, podrías retirarte estoy trabajando. —dijo mientras se levantaba y se dirigía hacía la puerta. Leticia lo abrazó por detrás y todo su cuerpo se tenso. 

—Hace un mes no estamos juntos, me haces falta. —empezó a bajar su mano hasta llegar al miembro de Luca dónde empezó a estimularlo, hasta que empezó a crecer en sus manos, — ¿Que tal si me recuesto boca abajo en tu escritorio y tú me la metes desde atrás? —Leticia sabía que cuando le hablaba sucio a él le ponía más. Pero aunque estuviera malditamente excitado Luca no tendría sexo en su oficina, nunca lo había hecho y nunca lo haría. 

—Aquí no Leticia, y lo sabes, si quieres puedes llegar en la noche a mi departamento — abrió la puerta y antes de salir se dirigió a ella, en su rostro pudo ver la mueca de asco que hizo cuando le veía a la cara. — En tres minutos vuelvo, y no te quiero aquí —dijo antes de dirigirse a la cafetería del mismo piso, sabía que nadie estaría ahí todos estarían en el gran comedor almorzando o fuera de la empresa en algún restaurante, él odiaba ver la cara que ponía sus empleados al verlo, por eso llegaba antes que nadie y se iba cuando no quedaba nadie, aunque tuviera elevador privado en su oficina, pero no había dado dos pasos cuando escuchó las últimas palabras de Leticia, palabras que aunque no quisiera le seguían doliendo “Maldito Cuasimodo” odiaba que la gente lo despreciara tanto, respiro profundo y siguió su camino, esperó exactamente 3 minutos regresó a su oficina recogió sus cosas, y se fue directo a su departamento, hoy no iría a casa de sus padres no se sentía bien, cuando Berny su chófer, guardaespaldas y amigo lo vio sabía que él porque, cada vez que alguien lo humillaba o lo herían él buscaba su refugio donde nadie pudiera lastimarlo, él realmente apreciaba a su jefe, era un gran hombre. 

De camino a uno de sus departamentos, le mandó un mensaje a Patricia su secretaria avisando que se había ido y que ella podía hacer lo mismo. Luego mandó otro a su madre diciendo que no llegaría. 

Luca tenía dos apartamentos en esa ciudad uno dónde se cogia a las mujeres, pero a ninguna, absolutamente ninguna tenía la clave para entrar al departamento, ni siquiera Leticia, él o Berny bajaban a recoger a quién subiría, y el otro era donde él busca paz, dónde podía desahogar su dolor sin que nadie lo criticara. 

Cuando llegó, se encerró en su habitación, tenía una gran vista de toda la ciudad, en su balcón estaba rodeado de flores, flores que su madre había colocado, ya que desde niño él se sentaba o se acostaba en medio del jardín de la casa, eso lo hacía relajarse, sentir en paz. 

Se sentó en el suelo, se abrazó a sus rodilla y lloró, lloró como un niño, odiaba sentirse así, por más que se hacía el fuerte ante los demás solo liberaba el dolor que le causaban las palabras de los demás, ese día no sólo había sido Leticia, en una reunión que había tenido en la mañana antes de entrar oyó cómo se burlaban de él, “el monstruo de la empresa” “Freddy krueger” hasta “Chucky el muñeco diabólico” claro que como sale en la última película todo lleno de cicatrices el rostro, ¿Por qué la gente tenía que ser tan cruel? ¿Acaso no se daban cuenta del daño que hacían? Estaba cansado de las humillaciones, claro que delante de él ni siquiera decían mu, aún así antes de salir de esa m*****a sala les dijo a los que había oído burlarse que estaban despedidos.

Trataba de ser fuerte y cruel, pero la verdad le costaba, quería tener una vida normal, enamorarse, tener hijos, vivir feliz con la mujer de su vida, pero sabía que eso nunca iba a pasar, nunca llegaría una mujer amarlo, ¿Quién lo haría? si hasta el mismo se asustaba cuando se veía en el espejo. Tras de todo sabía que no era valiente, porque si lo fuera hace mucho hubiera acabado con su vida con tal de no sufrir más, pero sabía que no era capaz, además haría sufrir a su familia y lo más valioso de todo es que amaba vivir, vivir esos pequeños momentos únicos que tenía en paz, esos pequeños momentos en los que tenía felicidad. 

Cuándo vio que oscureció decidió ir a dormir, quería descansar, olvidar ese día y soñar, soñar en que era feliz y conocía a la mujer de su vida, una que lo amaba y lo aceptaba tal cual era. 

Luca despertó en su gran cama después del mediodía, claro que se fue durmiendo después de las 5 am, y tenía un dolor de cabeza que no se aguantaba ni solo. 

Salió rumbo a la cocina, sólo con un pantalón pijama, tenía las cicatrices en las piernas, pero esas no le importaba. El cuerpo de Luca estaba muy bien trabajado, era lo único que hacía para tratar de sentirme bien con sigo mismo, su abdomen estaba perfectamente marcado. 

Iba a prepararse algo para comer, pero antes que nada iba a tomarse dos ibuprofeno, no había pasado ni dos minutos de haber llegado a la cocina cuando Berny llegó. 

—¿Quieres almorzar conmigo? ¿O ya has comido? — no lo había visto, pero ya lo había sentido, su guardaespaldas era el amigo más leal que podía tener. Terminó de buscar las pastillas, llenó un vaso con jugo de naranja, y de inmediato se las tomó. El jugo le refresco la garganta, luego se giró hacia Berny que seguía sin contestar. Lo vio algo tenso por lo que frunció el ceño. —¿Que pasa? 

—Al parecer la “Señorita” Leticia Jones llegó ayer al departamento suyo, y al no haber nadie para recibirla armó un escándalo poniendo mal su nombre. 

—¡Maldita loca! 

—Luca, se que soy solo un empleado, pero, ¿hasta cuando va a soportar a esa víbora? Usted es un buen hombre, sabe que mi esposa Ana lo quiere mucho, al igual que su familia, así mismo llegará una mujer que lo ame tal y cual es. — Luca rió amargamente. 

—Eres más que un empleado y lo sabes, eres uno de mis pocos amigos. Tienes razón, pero solo en una cosa y es que tengo que cortar de raíz lo que tengo con ese parásito. En cuanto lo otro, Berny seamos sinceros, nunca ninguna mujer se va a fijar en mí.

—No lo creo así, hay muchas mujeres que se fijan en los sentimientos de la gente, en cómo son realmente y no en lo físico 

—Pues Dios te escuche, y en verdad me mande esa mujer para mí. Aunque la verdad yo no quiero sufrir también por amor, por eso mejor no quiero a nadie, mejor vivir como vivo. 

Berny puso los ojos en blanco, definitivamente su jefe era terco. 

Luca hizo almuerzo para ambos, tuvo dos grandes profesoras que le enseñaron el mundo gastronómico, su madre y Ana y la verdad lo agradecería eternamente. 

Cuándo estaba terminando de comer, su celular sonó, al mirar que era su madre quién llamaba, contestó de inmediato. 

—Madre —fue lo primero que dijo. 

—Cariño, ¿te encuentras mejor? ¿Vendrás hoy? 

—Estoy mejor, pero no, no iré hoy ni en estos días, quiero estar solo mamá, y así quiero estar. 

—Cariño, por favor…. 

—Mamá — le cortó antes de que siguiera con lo mismo. —Por favor te digo yo, cuando me sienta de verdad con ánimos te prometo que iré. 

Gabriella suspiró resignada. 

—Esta bien cielo, solo quería recordarte que April vendrá en dos días, iremos por ella al aeropuerto, y quería saber si ¿querías acompañarnos.? — a él le hubiera gustado decir que sí, siempre le había gustado conocer gente nueva, pero desde el accidente ya no era fan de eso. 

—No mamá, la conoceré el lunes, cuando se incorpore a la empresa. 

Gabriella odiaba que se negarán cuando ella pedía algo, pero lo comprendía, aunque no sabía qué era lo que realmente pasaba cuando se aislaba de todos, ella nunca se quejaba, por el contrario lo apoyaba. 

—Está bien cariño, como tu quieras, no olvides cuanto te amo. 

—Gracias mamá y yo también te amo, nos vemos después. — dijo antes de cortar. 

Ese día se quedó en su casa, pero jueves, viernes y sábado, fue al orfanato, un lugar que le encantaba ir, disfrutaba con los niños, a pesar de que al principio preguntaban que le había pasado con el tiempo los niños ya no preguntaban, lo querían mucho, Luca era muy bueno con ellos, ese lugar cada día era más moderno, había gastado muchos millones, haciéndolo más grande el lugar, en 5 años había casi 250 niños más, pero el lugar era hermoso, Luca tenía cada habitación con tres camarotes, un baño, un televisor, las habitaciones eran enormes y eran casi 73 habitaciones, claro eso parecía un internado o hospital, eran más de mil metros cuadrados y 6 pisos, tenía dos habitaciones de juegos para niños menores de 12 años y otras dos de 12 hasta los 18. Un gran jardín, Luca estaba por poner más habitaciones, quería que cada niño se sintiera bien, hasta la educación de esos pequeños pagaba, en el transcurso de esos 5 años, muchos habían salido y seguían estudiando y trabajando para él, incluso ellos donaban al lugar de dónde había salido. 

Mientras jugaba con los niños, no podía dejar de sonreír esos niños los llenaba, habían dos pequeños, hermanos gemelos de dos años de edad, que eran muy pegados a él, incluso lloraban cada vez que se tenía que ir. Amaba a esos pequeños Emily, y Eddy, una idea pasó por su cabeza y frunció el ceño, ¿porque no lo había pensando antes? Tal vez podría adoptarlos. 

Decidió ir hablar con la encargada a ver qué le podían pedir a él por adoptar a esos pequeños, cuando iba caminando se giró un momento para poder ver que los niños siguieran jugando, sin poder evitarlo volvió a sonreír, ellos cambiarían su vida. Al girarse de nuevo chocó con un pequeño y delicado cuerpo. 

Una hermosa mujer, con unos preciosos ojos grises estaba delante de él con una encantadora sonrisa. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo