Capítulo diecisiete. Tan malditamente sexy

Sebastián no tenía ni una jodida idea de cómo llegaron al departamento. ¡Sí, al departamento! No a la casa, no a su habitación en la mansión ¡No! Él había conducido a su departamento de soltero y lo que era mucho más apremiante era la manera en la que su boca se aferraba a la boca de Oliver.

El calor de la pasión corría como lava volcánica por sus venas, no podía continuar negando que la boca y el cuerpo de Oliver despertaban en él, una fiera pasión y por muy ilógico que fuera ni siquiera había podido sentir la mínima parte por una mujer.

Sebastián dejó de pensar cuando la mano de Oliver acarició su polla por encima del pantalón.

—Te necesito dentro de mí —le dijo con la voz cargada de excitación y para Sebastián fue un ramalazo de placer que se concentró en s

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo