3. LA QUIERO A ELLA

—¡Vamos Montse ayúdame, solo será por un mes y solo los fines de semana! 

Vanessa era una de las amigas de Montserrat e iban juntas al instituto dónde estaba sacando el último año que le faltó para poder empezar a sacar su carrera, y trataba de convencerla para que le ayudara en el trabajo

—Vane tu sabes que tengo una hija y que se me hará muy difícil, ¿quién me la va a cuidar?. 

Vanessa trabaja en un bar restaurante llamado Hooters, es muy refinado y la paga es muy buena, pero las mujeres están casi chingas, mini blusas y mini shorts, pantis olor piel, medias y tenis blancas, el problema es que Montse no estaba acostumbrada a usar ropa así, aparte ahí se sale de madrugada ¿con quien dejar a Vale?, Antonio dudaba que quisiera ayudarla, resoplo no sabía ¿que iba hacer? Además necesitaba el dinero. 

—Vamos Montse, dile a una de tus hermanos, si tienes como 50 hermanos alguno puede hacerte el favor ¿no?

—Tengo 8 y bien sabes que cuatro no viven cerca y dos son niños, otra trabaja, solo me quedaría una. 

—Por favor, Por favor, por favor, por favor, por favor, ¡por favoooorr! — suplicó con las manos, implorando que la ayudara y haciendo tiernos pucheros. 

—Ok, ok está bien acepto pero solo por este mes no me sirve por mas que gane bien, no puedo descuidar a Vale, y ¿cuándo empiezo?.

—Pues mañana mismo. 

—¡Queee! ¿Tú estás loca?, según tú cómo voy a bailar si ni me sé las coreografías, lo que quieres es que haga el ridículo ¿o que?

—¡Nooo! Para nada, ahorita nos vamos para tu casa y ahí ensayamos, yo ando todas las canciones, las practicamos toda la tarde y mañana en la mañana y listo, tú eres muy inteligente y capaz yo creo en ti. 

Montserrat la miró entrecerrando los ojos..

—¿Como que estabas muy segura de que iba aceptar no?

—¿Pues la verdad? sí, sabía, eres mi amiga Montse, te conozco y me has enseñado que te encanta ayudar a la gente y lo admiro mucho de ti, solo espero que nunca abusen de tu humildad hacia los demás..

—OK ya entendi, vamos porque tengo que ir por mi hija…

Durante el resto de la tarde estuvieron ensayando, en cuatro horas le enseñó dos coreografías y varios sexys movimiento con los que tenía que moverme, definitivamente esto no era para ella, suspiro resignada ya no puedo dar marcha atrás.

Al día siguiente fue más de lo mismo, Montserrat se estaba arrepintiendo esto era un desastre, ella no servía para eso, pero el deseo por ayudar a su amiga podía más. 

A las cinco de la tarde Alisa su hermana llegó para cuidar a Valery.

—Dejo la comida lista es solo calentar, igual ahí hay palomitas, galletas y helado por si desean golosear un rato. 

—Te falto lo más importante, ¿tienes coca cola?

Montserrat sonrió, su hermana era igual que ella, las dos eran adictas a la coca cola.

—Por supuesto, ahora si me voy no se a que horas vengo pero no te preocupes llevo llaves, a ti te dejo las de repuesto. 

—Está bien, ahora marchate y dejame a mi con mi bella sobrina..

—¡Mami! ¿Vas a ir a trabajar para tener mucho dinero y comprarme más my little pony? —Montserrat puso los ojos en blanco, ella y sus ponys

—¡Si mi amor! ¿Pero más de las que ya tienes? Tu papito siempre te compra muchas. 

—Siii mami, quiero muchas más...

—Bueno mi amor, está bien, ya mamita se va, portate bien te amo.

—Si mamita, yo también te amo, y que Diosito te acompañe..

—Gracias mi amor, igual para ti…

Vanessa llegó por ella, por lo que sin más salieron para el bar. Cuando llegaron le dieron un uniforme, tenía que maquillarme demasiado, Dejó su cabello suelto y se hizo ondas en la parte de abajo, si definitivamente se veía muy sexy y atrevida, pero esa no era ella.

A las 7 pm les toca el primer baile, Montse moría de los nervios, pero respiró profundo e hizo la coreografía, la cual le salió genial, bailó lo más sensual que pudo, después de terminar, todo el mundo aplaudió.

Como era la nueva y la sensación del momento, ya que los hombres y algunas mujeres veían carne fresca en Montse por lo que muchos querían que ella los atendieran, el tiempo ahí pasaba volando entre tanto cliente, justo cuando pensaba en ir por más copas, chocó con alguien y al mirar quien era no podía creerlo, el mismo hombre guapo con el que chocó hacía quince días, tenía que admitir que estaba demasiado sexy así como anda vestido, pantalón de mezclilla, un camisa negra de tres cuartos pegado al cuerpo que le quedaba increíble, y por lo que vio anda una chaqueta negra en la mano, pero como no quería que la reconociera, ni que la viera mucho, se apresuró a disculparse.

—Lo siento señor no lo vi..

El la miró y miró por mucho rato, haciendo que Montse resoplara, de tanto que la miraba ya la tenía harta y nerviosa, así que decido marcharme y justo cuando pensaba en retirarse la agarró de la mano.

—¿Tu eres la de la panadería?

—¿Perdón? ¿Nos conocemos? porque no me pareces en nada conocido..

Vio cómo fruncía el ceño…

—Hace como quince días chocó conmigo en una panadería y… — ella no lo dejó terminar..

—Así, es cierto, con un tipo engreído y creído, ¿es usted? Pues ni me acordaba que existía así que con su permiso tengo mucho trabajo que hacer…

Sin más dio media vuelta y se fue, pensando en que esa no iba a ser su noche. 

Gabriel tenía casi quince días que estaba viendo que hacer ya que su padre le puso un plazo de un año para buscar una mujer y comprometerse ¿porque diablos no comprendían que esa no era la vida que él quería? 

Sus amigos quisieron que salir a festejar su cumpleaños que ya había pasado y había sido el 1 de enero, pero él no estaba para esas fechas y no habían podido salir, aunque hubiera pasado un mes de esa fecha, pero tenía que ir, deporsi ya sea por su cumple o no, querían salir a ir a celebrar y la verdad quería distraerse, por lo que salió temprano del trabajo ya que era viernes. 

A las 7 pm llegaron a uno de los bares que a sus amigos les encantaba y para qué negarlo a él también, ahí había muchísimas mujeres y muy sexys.

Cuando llegaron ya había comenzado el show, con su vista recorrió a las sexys bailarinas hasta que dio con una que llamó muchísimo su atención, se parecía a mucho a la mocosa maleducada del otro día, pero vestida y arreglada así, no parece una mocosa, al contrario se veía demasiado sexy, esa manera de mover sus caderas.

Al terminar la coreografía todas bajaron y empezaron atender las mesas, observó cómo hablaba con una de las chicas, y sonreía antes de empezar hacer su trabajo, definitivamente era la misma mocosa, y para qué negarlo estaba muy preciosa. 

—Hey Gabriel aterriza, deja de pensar y empieza a disfrutar de estas hermosas mujeres. 

—Eso es lo que hago Eric, estoy viendo y ya hay una pequeña que me llamó la atención..

—Eso es hermano a disfrutar de la noche. 

Mientras pasaba el rato, Gabriel no le quitó la mirada de encima, observo como muchos hombres pedían que los atendiera ella, viejos verdes y alborotados…

—Mira quien habla —dijo su subconsciente, pero lo ignoro...

—Es tiempo de que note mi presencia, y ver si se acuerda de mí, — se dijo para sí mismo, se levantó de su asiento y fue justo dónde estaba sirviendo unos tragos y bocas se colocó detrás de ella quien al volverse chocó él, como la primera vez, noto que lo observaba, y se alegró por él mismo ya que seguro recordaba quién era. 

—Lo siento señor no lo vi — ¿Qué? ¿como que señor?,¿Acaso no lo recuerda? 

—¿Tu eres la de la panadería?

—¿Perdón? ¿Nos conocemos?, porque no me parece para nada conocido…

Frunzo el ceño ¿de verdad no se acuerda de él?

—Hace como quince días chocastes conmigo en la panadería y… 

Pero la muy maleducada no lo dejó terminar de hablar y lo interrumpió.

—¡Así!, es cierto, con un tipo engreído y creído ¿es usted?

Pues ni me acordaba que existía, así que con su permiso tengo mucho trabajo que hacer. 

La mocosa dio media vuelta y se fue dejándolo sumamente sorprendido.

Si así quiere jugar, jugueria, tenía sus recursos y ya que se quería hacer la difícil, haría que se quitara esa coraza ridicula solo por aparentar y la tendría en la cama una o dos veces. 

se volvió para dirigirse a su mesa, los chicos al verlo sonrieron, de inmediato se dio cuenta que algo habían hecho. 

—¿Qué pasó? ¿Por qué esas risas de idiotas?

—Te acabamos de encargar un pastel de cumpleaños y no aceptamos un no por respuesta. 

Que imbéciles eran, sabían lo que odiaba los pasteles, pero de pronto se le ocurrió una idea..

—Acepto el pastel con una condición.

—¿Cual a ver? —Dijo su otro amigo Esteban.

—¡Que me lo traiga aquella chica de allá.! — les dijo señalando en dirección a la mocosa maleducada.

—Ok veremos que puedo hacer. —dijo Charlie, otro del clan..

Al pasar una de las meseras Eric la llamó. 

—Disculpe señorita, es que aquí mi amigo presente estuvo de cumpleaños y ya le encargamos un pastel, pero él quiere que el pastel lo traiga aquella compañera suya.—

Dijo señalando a la dirección de la mocosa, ella siguió con el dedo dónde le señalaban y sonrió. 

—Ok le dire a Montserrat, que la quieren a ella para que se encargue, lo que pasa es hoy es su primer día y al parecer todo el mundo quiera que ella los atienda y no se si estará desocupada. 

—Les pagaré el triple de lo hemos gastado hoy, pero la quiero a ella. — Su insistencia sorprendió a sus amigos pero no le importó..

—¡Está bien señor en cinco minutos estará aquí!..

Así que era primer día aquí, por eso todos estaban como perros falderos, él lo hacía porque no estaba acostumbrado a que ninguna mocosa le hablara así..

Además en su cara no podía tener mejor sonrisa ya que hasta el nombre de esa mocosa le acaban de dar, y era un nombre muy hermoso. 

La mujer que se fue por el pastel de cumpleaños le dijo algo a Montserrat, ella asintió con la cabeza y una bella sonrisa, ¿que le cuesta ser así de especial con él?, él podría pagarle muy bien, porque aunque se hiciera la muy digna todas eran iguales.

Observó cómo ella venía con el pastel junto con dos mujeres más, que también eran increíblemente sexys, —si esa mocosa no se la llevaba a la cama fijó alguna de esas otras sí—, pensó. 

—Cumpleaños feliz, te deseamos a ti...— Gabriel vio como su sonrisa se borró y dejó de cantar cuando vio que era él el cumpleañero, menos mal las otras siguieron cantando, porque sino hubiera hecho el ridículo, ¿pero que tiene contra él esa mocosa?

colocó el pastel en la mesa y muy a su pesar le habló.

—¡Muchas felicidades señor, que cumplas muchos años más!..

—¡Gracias! — La miró y le dio su mejor sonrisa, ella se sonrojo bajo un momento la cabeza para subirla enseguida. 

—¿Desea algo más señor?

¡Sí! —pensó Gabriel, y era aquí dónde ella entraba en su juego. 

—Si, que el resto de la noche me atienda a mi y a mis amigos, ya dije que les pagaré el triple de lo gastado y de igual forma así será su propina.

Vio como ponía muy mala cara, y a pesar de todo a Gabriel le encantó ese carácter tan podrido que tenía, porque así podría amansarla.

—¿Por qué yo? hay muchas más, yo tengo mucho trabajo, aparte en dos horas termina mi turno así que no podré atenderlos hasta que quieran irse. 

—No importa, ateniéndonos usted y en dos horas pido otra y listo, y no se crea que le pido a usted porque me gusta, es al contrario las señoritas que llaman mi atención pasaran a mi lado esta noche mientras usted nos atiende..— la cara de Montserrat era todo un poema

¡Mierda! — pensó —Las palabras se le salieron sin pensarlo, definitivamente era una bestia..

—Ok, ¿dejo el pastel o me lo llevo a empacarlo?

—Déjelo aquí y traiga varias bebidas y unos platos con la especialidad de la casa..

—OK, con su permiso…

Dio media vuelta y se fue, mientras que sus amigos lo miraban sorprendidos..

—¿Qué demonios fue eso Gabriel?

—Nada , Eric, después les cuento.

—¡Después nada ahora mismo me dices que tienes con esa pobre muchacha!

—¡Nada!, lo que pasa es que cada vez que me ve me trata mal y me ignora y ninguna mujer me va a tratar así..

—¿Osea que todo esto es por tu maldito ego?, no todas las mujeres van a caer rendidas a tus pies deja de compórtate como imbécil.

—No me jodas Esteban vamos a celebrar mi cumpleaños y lo haré a mi manera y punto. 

Sabía que Esteban tenía razón, pero que podía hacer si era algo más allá de él, le molesta que ella lo tratara así, y había algo que lo jalaba hacia ella, y eso lo enfureció más, así que mejor respiró profundo y se relajo, porque algo le decían que serían largas esas dos horas. 

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