Capítulo 3

Me quité los tacones para cuando escuché a Denice gritarme.

-¡Cena lista!

Deambulé hacia abajo. No conocía a esta gente y, sin embargo, estaba a punto de cenar con ellos.

Vi a un hombre sentado a la mesa. De espaldas a la entrada de la cocina mientras estaba sentado en la parte superior de la mesa; era muy intimidante, como mi propio padre.

-Sofía, este es mi marido, Kai -me lo presentó Denice.

-Soy Sofía -le respondí rápidamente con una cálida sonrisa antes de sentarme junto a Denice.

Escuché pasos pesados y rápidos que se dirigían hacia aquí desde el pasillo.

-Putas víboras -Andrew gruñó a su padre antes de sentarse. Apretó la mandíbula enfadado, tratando de calmarse-. Mamá, ¿cómo te ha ido el día? -su tono cambió mientras intentaba olvidarse de sus cosas y juntó las manos, apoyando la barbilla sobre ellas. Me di cuenta del tatuaje que estaba en sus dedos, bajando por sus brazos. Tenía unos cuantos en la mano y luego una manga de ellos subiendo por el brazo.

Me concentré en comer y traté de no hacer conversación ni contacto visual.

-Así que Andrew… -Kai levantó la voz desde el final de la mesa. Casi salto por el ruido de repente. La mirada fría de Andrew se posó sobre mí-. ¿Quién es tu amiga? -Kai preguntó curiosamente, con una sonrisa ligeramente malvada. Evité el contacto visual con él.

-¿Qué coño quieres decir con quién es tu amiga? -Andrew le gritó a su padre debido a que ya estaba machacado a causa de sus asuntos-. Tú eres el que hizo este puto arreglo -le gruñó furiosamente a su padre. Obviamente, tampoco estaba muy contento con este "arreglo".

-Esa no es manera de hablar especialmente con un invitado en la mesa -se burló de él.

Andrew se puso de pie con los puños apretados mostrándome que definitivamente estaba enfadado.

-Ella no es una invitada, es mi p**a prometida- -le gruñó a su padre antes de salir corriendo de la cocina. La madre de Andrew suspiró derrotadamente.

-Siempre tienes que enfadarlo -Denice agitó la cabeza decepcionada con su marido.

-Se enfada demasiado fácilmente -respondió Kai mientras giraba los ojos-. Mi hijo tiene algunos problemas de ira, por si no lo sabes -se rió ante mí esperando a que me reiera.

-Creo que tenía razón al estar enfadado -hablé tímidamente.

Volvió su atención hacia mí, sin parecer impresionado por mi declaración anterior.

-Creo que podría tener que llamar a tu padre -me congelé en cuanto escuché el nombre de mi padre.

-¡Kai! -Denise se encaró, fruncándole el ceño a su marido.

-Tal vez debería preguntarle cómo consiguió que mantuvieras la boca cerrada -espetó con una sonrisa orgullosa. No respondí, simplemente porque estaba en shock; no pensé que hubiera dicho nada grosero.

Luego escuchamos hablar en el pasillo.

-Sube las escaleras -escuché decir la profunda voz de Andrew.

-Por supuesto -respondió obedientemente una mujer.

-¿Es esa otra de sus prostitutas? -Kai puso los ojos en blanco mientras Denice daba un suspiro. Mis ojos se abrieron de par en par ante el comentario de Kai, pero me aseguré de que ni Denice ni Kai vieran mi reacción.

-Mi hijo y mi marido no respetan a las mujeres -Denice agitó la cabeza decepcionada, no había tocado nada de su comida.

-Ahhh, déjalo en paz, se está desahogando y tiene respeto por las mujeres -Kai defendió a su hijo por una vez-. Es la única vez que es un hombre -bromeó Kai, pero parecía ser el único que lo encontraba divertido.

No me decepcionó Andrew, no esperaba que dejara de hacer lo que estaba haciendo por mí. Sería como si me pidiera que dejara de hacer lo que había planeado.

-Tengo una pregunta -murmuré hacia Kai y Denice.

-¿Qué es? -Kai apoyó la barbilla en la mano.

-¿Puedo seguir yendo a clases? -Murmuré, rebotando la rodilla nerviosamente. Kai estalló en risas.

Denice y yo lo miramos fijamente hasta que intentó calmar su risa.

-Oh, espera, ¿hablas en serio? -dejó de reírse mientras parpadeaba curiosamente de mí.

-Sí, disfruto de las clases -respondí encogiéndome de hombros descuidadamente. No tenía miedo de admitir que me gustaba ir a la escuela, ya que era el único lugar donde podía alejarme de mi padre. Kai lo pensó durante un segundo.

-Al menos no tendríamos que ver tanto tu cara -murmuró Kai mientras comía su comida-. Irás a la escuela -se rió en voz baja.

-Gracias por la comida -sonreí educadamente mientras subía las escaleras.

-Eres demasiado amable, querida -respondió Denice mientras Kai todavía se reía de sí mismo.

Al menos puedo ir a clases mañana.

Mientras subía las escaleras, vi a una chica que apenas llevaba ropa irse mientras las lágrimas fluían por sus mejillas. Me echó una mirada desagradable antes de salir corriendo de la casa. Parpadeé los ojos mientras agitaba la cabeza. ¿Qué le hizo a ella?

"Andrew Fernández" pensé para mí mismo mientras abría la puerta de mi dormitorio, sacudiendo la cabeza.

Noté una cartera en mi cama, que supongo que era de Andrew. Agité la cabeza, tentado a tirarla de la habitación, pero aparte de eso, también quería ver a Andrew.

Suspiré derrotadamente mientras paseaba por el pasillo con su cartera en la mano; creo que esta es su habitación debido a que es la única habitación con luz que sale de ella. Llamé ligeramente a la puerta, asustado de molestarlo.

-¿Qué? -escuché un gruñido venir de detrás de la puerta. Poco a poco abrí la puerta para ver a Andrew de pie mientras miraba a su ventana, sin camisa-. Sofía -murmuró, mi nombre rodando de su lengua tan suavemente.

-No quería molestarte, encontré tu billetera en mi cama, solo vine a devolverla -le informé, levantando ligeramente la cartera en el aire para llamar la atención sobre ella y no sobre mí.

Parecía un poco sorprendido cuando se acercó a donde yo estaba, elevándose sobre mí.

-Pasaste la prueba -pronunció en voz baja como si estuviera pensando para sí mismo.

-¿Qué prueba? -pregunté con confusión antes de levantar la ceja-. Cada vez que viene alguien nuevo, dejo mi billetera falsa llena de dinero en su cama y veo si se la llevan, ¿pero tú no lo hiciste? -explicó con un tono impactante hacia el final.

-¿Eh? -murmuré encogiéndose de hombros. Su mirada fue intensa mientras estaba frente a mí; aún no me había quitado la cartera de la mano-. Andrew, deberías tener más cuidado con tu dinero, podría haberlo tomado si quisiera -dije con calma, sosteniendo la cartera justo encima de su mano. Abrió la palma de la mano y se me cayó la cartera.

Se inclinó para cogerla, quedándose con la boca justo al lado de mi oreja.

-Bueno, ese es el punto -susurró antes de darse la vuelta y sentarse en su escritorio-. Buenas noches Sofía -anunció desde su escritorio mientras garabateaba en un trozo de papel con su bolígrafo. Me miró, esperando una respuesta.

-Buenas noches -respondí rápidamente mientras salía.

Suspiré un soplo de alivio mientras cerraba la puerta de mi dormitorio. Todo sobre él es intenso; desde su mirada hasta su tacto.

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