5.- La fiesta (parte 2)

FAITH.

—¿No piensas decirme tu nombre?

—Yo soy el que hace las preguntas, ¿Por qué sigues a esa cosa?

—Necesito saber que es, es para ayudar.

—¿Y planeas morir en el intento?, para ser sobrenatural, no eres muy lista.

¿Quién carajos se cree este chico?, él venia con Bart, asi que asumo que es un cazador. Su aura destilaba tenacidad y confianza en sí mismo, pero sobretodo mostraba que tenía buenas intenciones.

Tristemente su forma de dirigirse a las personas, lo arruina.

—¿Disculpa?

—¿Y ahora también eres sorda?

Mi cara enrojeció de rabia, estaba por contestarle cuando volvió a cubrirme la boca con su mano, note como sacaba un pequeño cuchillo de su espalda.

—Quédate quieta y no hagas ruido— me susurro mientras observaba por el costado del árbol.

Podía escuchar el soplido del viento y la música de la fiesta. La presencia de la sombra aun la sentía, pero lo que más perturbaba era la maldad que se podía sentir de ella, estaba cubierta de oscuridad.

Por el rabillo del ojo note que Bart junto al otro cazador estaban detrás de los otros arboles junto a nosotros. El castaño se sorprendió al ver que su amigo y yo estábamos en una posición bastante comprometedora.

Un fuerte rugido se escuchó y la oscuridad desapareció, la sombra se había ido.

—¡Excelente!, perdí mi oportunidad de matar a esa cosa— el chico rubio me miro. —Gracias, eh.

Lo mire con enojo, quito su mano de mi boca. —Tu incompetencia no es mi problema.

Lo bueno de hablar con cazadores, es que sacaba la valentía que no tenía para hablar contra Denisse u otras personas que solían molestarme. Supongo que los cazadores sacan lo peor de los sobrenaturales.

—¿Estás cuestionando mis habilidades?

—¡Vaya!, que listo eres por notarlo— le sonreí.

Bart y su amigo se acercaron a nosotros.

—¿Qué haces aquí, Faith? — pregunto el castaño, lo mire.

—Estaba siguiendo a esa sombra— explique. —Necesito saber lo que es.

—Una idea suicida, en simples palabras— comento el rubio, rodé los ojos.

—Es peligroso, papá me dijo que estabas ayudando, pero no es buena idea que te internes sola en el bosque, sobre todo porque tus dones no te ayudan a defenderte— avance un paso hacia Bart.

—Tal vez no tenga magia en mi cuerpo, pero veo cosas que el resto de ustedes ignora— apunte hacia donde había estado la sombra. —No le temo a eso, he visto cosas peores que ni siquiera tus peores pesadillas se le acercan. No me subestimes.

—¿Sacando las garras, niñita? — comento el insoportable cazador rubio.

Lo mire por medio segundo. —Mejor volveré a la fiesta.

Comencé a caminar en dirección a la casa de Christian, sintiendo los pasos de los tres chicos detrás de mí. Al llegar al jardín de la casa, note que todo seguía de la misma forma, espero que Jia y Mayra no estén como locas buscándome. Volví a la pista de baile y para mi suerte estaban todos ahí.

—Eres una escurridiza, Faith Lockwood— Christian me sonrió. —Me dejaste bailando solo.

—Lo siento, no estoy acostumbrada a que me tomen tanta atención cuando desaparezco—me encogí de hombros, el chico estiro una mano hacia mí.

—Pues yo si me doy cuenta— lo mire con curiosidad y tome su mano.

Me hizo dar una vuelta para seguir bailando.

Sera mejor olvidar todo lo sobrenatural, por lo menos por hoy. La voz de Drake y Rihanna ambientaba la fiesta en una onda más relajada, liberal y divertida. Estar aquí con mis amigas, Christian y sus amigos es una de las experiencias más normales y divertidas que he tenido en mucho tiempo. Siempre me negué a todo este tipo de cosas, sobre todo después de cumplir los dieciséis por las grandes crisis que solían atacarme, pero ahora, nada de eso me importaba, lo estaba pasando de maravilla como si fue una joven sin un gran pasado sobrenatural. Simplemente soy Faith.

—Yo digo que debemos jugar algo— hablo Marcus. —Tenemos que hacer esta fiesta más emocionante.

—¿Qué dicen de verdad o reto? — propuso Mayra con una sonrisa juguetona.

Elliot aplaudió con una sonrisa. —Que empiece el juego.

Nos alejamos un poco de la pista de baile en el patio, y nos sentamos en unos muebles de terraza que había en la casa de los Blake. Se nos unieron unos cuantos más, Quennie, Daniel y Zarah, nuestros compañeros de bachillerato.

—Empiezo yo— salta Mayra agitando su cabello. —Jia, ¿verdad o reto?

—Verdad— soltó la rubia.

—¿Es verdad que Tommy Olsen intento hacerlo contigo en el baño del instituto?

Mi boca se formó en una perfecta “O”, aun no me creía que Mayra preguntara eso, la verdad llevábamos dos años con esa duda y Jia jamás nos quiso contar

—Si y termino con un golpe en las bolas— la rubia sonrió. —Bien, Marcus, ¿Verdad o reto?

—Reto.

—Te reto a ir al centro de la pista y bailar el gangnam style— Jia rio entre palabras.

Marcus susurro un “carajo” y camino a paso lento a la pista de baile. Una vez que estuvo en medio, comenzo a bailar logrando que algunas personas en la pista lo rodearan y animaran mientras nosotros nos partíamos de risa. Dos minutos después el castaño llego donde nosotros.

—Que humillante— le lanzo contra uno de los sillones. —Mi turno, Christian, ¿verdad o reto?

—Verdad— el castaño sonrió.

—¿Te gusta alguien del instituto?

—Si.

Todos comenzaron a molestarlo.

—Faith, ¿verdad o reto?

—Verdad— conteste rápidamente.

—¿Por qué no le das cara a Denisse?, no mereces que te traten como ella lo hace.

¡Vaya!, no me esperaba esa pregunta. —La verdad no lo sé, siempre me repito que no caeré en su jueguito tonto.

—Pues deberías detenerle su jueguito— opino Elliot. —Nada la vuelve superior.

Seguimos con el juego, Mayra tuvo que ir a la orilla de la piscina para beber un sorbo de esta y Elliot tuvo que confesar quien fue el autor de llenar los casilleros de pintura verde hace dos años (fueron Marcus y él), además de otras verdades y retos absurdos. Volvimos a jugar una segunda ronda, esta vez también habían shots de tequila, si no querías revelar un secreto o llevar a cabo un reto, debías beber cinco shots en hilera.

—Mayra, ¿verdad o reto? — pregunto Elliot.

—Reto— contesto.

—Elije verdad, ¿o le temes a algo? — la provoco Jia con una sonrisa.

—Bien, verdad.

—¿Es verdad que el señor Vincent te hizo una propuesta indecente el año pasado y por eso lo despidieron?

Un sonoro “Uh” salió de la boca de todos.

—Si es verdad, me ofreció excelentes notas a cambio de cariño— La pelinegra hizo un gesto de asco. —Era un viejo degenerado.

—Qué asco— comento Quennie.

—Y por lo que sabemos, no fui a la única que se lo ofreció— nos miró a todos, poso su mirada en mí. —Faith, ¿verdad o reto?

—Verdad.

—Vamos, Faith, ¿o tú también tienes miedo?

Miedo no es lo que siento, pero los presentimientos que estoy teniendo en estos momentos no me ayudan.

—Mejor reto— solté sintiendo un ligero peso en mi estómago.

—Mm…déjame pensar— Mayra se llevó la mano al mentón, después miro a la pista de baile y la piscina. —Te reto a que consigas el numero de un chico que no esté en este círculo.

¡Dioses, Mayra!, ¿Por qué me haces esto?

Me levanté y comencé a caminar hacia la pista de baile. Observaba a todos bailar y divertirse, mientras intentaba ver a quien le podría pedir el numero para zafarme de este reto.

¿Por qué rayos accedí a este juego?

A lo lejos divise al cazador arrogante del bosque, bueno, al menos ya había entablado una conversación con él. Me acerque.

—¿Vienes a desafiar mis habilidades de nuevo? — pregunto al verme frente a él.

—Podría, pero la verdad vengo por otra razón— mire ligeramente hacia el circulo de juego, todos estaban atentos a mis movimientos. —Necesito que me des tu número de celular.

El chico rio. —¿Acaso te he gustado, niñita?

—No te hagas ilusiones, cazador, estoy cumpliendo un reto, nada más.

—Asi que un reto, ¿eh?, interesante— se pasó la mano por el cabello. —¿Y que gano yo con esto?

—¿Un “gracias por colaborar” no es suficiente?

—Muy lista, pero no— me miró fijamente, retándome con la mirada. —Quiero algo a cambio de este favor.

—Y después tu especie pregunta por qué nos desagradan tanto, siempre quieren beneficios de los sobrenaturales.

—Tranquila, niñita, que puedo irme de aquí y dejarte en vergüenza frente a la mirada de tus amigos— apunto discretamente hacia mi grupo. —Creo que la balanza esta más de mi lado que del tuyo.

—¿Qué es lo que quieres, cazador?

—Quiero un favor— lo mire extrañada. —Estoy seguro de que en algún momento necesitare los dones de una médium, asi que cuando te lo pida, no podrás negarte.

La sonrisa burlona en sus labios me hizo hervir la sangre, este chico estaba sacando un beneficio mucho más grande de un pequeño favor. Estaba claro que era un cazador de una familia antigua.

—¿No crees que exageras?, ¿Un favor a cambio de un simple número de celular?

—Puedes quedártelo si lo quieres, no serias la primera chica que viene a pedir mi número y se lo queda— en estos momentos, deseo golpearlo. —¿Lo tomas o lo dejas, niñita?

Bufe y estire mi mano hacia él. —Bien. Acepto, cazador arrogante.

El chico rubio sonrió y estrecho su mano con la mía, le tendí mi celular y este tecleo su número.

—Gracias— tome el celular, evitando tener contacto con su piel.

—Cuando quieras— me guiño el ojo para después irse.

Camine hacia el circulo y les mostré la pantalla. —Reto cumplido.

—Vaya, la verdad no pensé que lo harías— Mayra me sonrió. —Al fin está saliendo a la luz la Faith que adoro.

Le sonríe de vuelta y me senté nuevamente junto a Christian.

El juego siguió su curso entre confesiones bastante fuertes y algo shockeantes y con retos bastante divertidos y vergonzosos. Aun no podía creer que Jia y Elliot se había atrevido a lanzarse a la piscina mientras gritaban “¡Por Asgard!”.

—Chris, ¿Verdad o reto?

—Reto— contesto el castaño.

—Te reto que le des un beso a la chica que consideres más atractiva— la sonrisa maliciosa de Marcus tenía algo oculto.

Tenía conocimiento de que Denisse estaba en esta fiesta, la verdad será un reto buscarla, no se ha aparecido por aquí. Casi siempre está cerca de donde este Christian. Todos en Melrose sabíamos que ellos eran la pareja perfecta, a pesar de que nunca han estado oficialmente juntos. Estaba más que claro que Denisse Brown era la chica más atractiva de la ciudad, asi que ella era la elegida.

Antes de saber que había pasado, unos dedos estaban sujetando mi mentón y unos suaves labios estaban sobre los míos. ¡Por todos los Dioses!, Christian “codiciado” Blake me estaba besando.

Podía escuchar a las chicas chillar de emoción mientras los chicos animaban el acto. Podre ser una médium, pero nunca vi venir esto, ¿eso quiere decir que le gusto a Christian?, ¿Yo?

El castaño se separó lentamente de mí, la sonrisa que estaba en sus labios, literalmente, iluminaba todo su rostro. Mis mejillas se calentaron a mas no poder, oficialmente me he convertido en un tomate andante. No lograba quitarle la mirada al castaño y tampoco sabía que decirle.

—Ya era hora— comento Marcus viendo a su amigo.

—Bien, estúpido, ¿Verdad o reto? — contesto Christian.

El juego continuo con normalidad, pero mi mente estaba en otro lugar. Para muchos estoy sería un beso y ya, pero para mí significa mucho más que eso, Christian acababa de darme mi primer beso, ¡Mi jodido primer beso!

Ya sé, teniendo dieciocho y dar apenas tu primer beso es extraño, y no, no es que estuviera esperando al príncipe azul ni nada de eso, simplemente nunca fui muy cercana a chicos, en general. Ni en mis sueños más locos habría imaginado que mi primer beso sería con Christian.

Ahora ni siquiera sé cómo mirarlo.

A lo lejos vi a Leandra junto a Kendrick, Bart y el cazador egocéntrico de nombre desconocido. Todos lucían bastante serios, algo no anda bien entre ellos. Estaba decidida a ir donde ellos cuando lo escuche.

Estaba llamándome, susurraba mi nombre que parecía un gato rasgando una tela de seda. Ven conmigo, Faith, repetía una y otra vez mientras una extraña y desagradable sensación me recorrió por completo, una combinación entre el asco, la repulsión y el odio. Mi pecho se apretó al comenzar a sentirlo, podía sentir como tocaba mis hombros y respiraba en mi cuello, susurrando cada cierto tiempo mi nombre junto a otra lengua que no lograba descifrar.

Sus palabras acariciaban mi mente, estaba claro que estaba jugando, pero parte de mi quería ir. Llevo años luchando contra esto, años escuchándolo, años sabiendo que tarde o temprano caeré en sus redes y que no habrá vuelta atrás cuando ocurra.

Estoy m*****a, y no hay escapatoria.

Observe mis manos, estaban temblorosas y pálidas, pero con unas inmensas ganas hacer algo terrible, escuchaba su deseo en mi cabeza, susurrando en mi oído.

Sabes que parte de ti quiere hacerlo.

Leandra llego al círculo rápidamente. —Faith, nos vamos.

La mire fijamente sin decir nada. La parte de mi quería correr lejos de todos, mientras la otra quería llevar a cabo las locas ideas que estaba escuchando.

—Nosotras le llevamos a cas…— comenzo Mayra, pero la rubia la freno.

—No, nos vamos ahora— le tomo del brazo y me jalo fuera de la fiesta. Parte de mi estaba agradecida de su acto, mientras la otra, solo buscaba una forma de zafarse.

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