Cap. 5

Elizabeth

Desperté con un dolor de cabeza pero insoportable, como quisiera haber traído paracetamol, esos son milagrosos, una vez que recordé todo lo que había sucedió me levante de golpe de la cama directo al baño a revisar mi cuello, y si, ahí estaba su marca, parecida a la de Karla, tendría que pedirle que me enseña a ocultarla, no me explicándoles a mis padres todo lo sucedido, la puerta se abrió dejándome ver a mi amiga

- ¿Cómo te sientes? Al principio duele un montón pero pasara, ven siéntate debes comer algo

- Muchas gracias, Karla, no sé qué hubiera pasado si no llegabas

- Descuida, entre Lunas nos ayudamos, tendré que enseñarte a ocultarla, aunque su aroma será difícil, en la escuela se te acercaran todos los lobos para mostrar respeto, así que no te asuste si comienzan a hacer reverencia cuando volvamos

- Si que sabes mucho de esto, solo quiero volver a casa y estar con mis padres

- ¿sabes que tendrás que volver, cierto?

- ¿Por qué tendría que hacerlo?

- Ya veo que el tarado ese no te dijo nada, veras la mate del Alfa se le llama Luna, ella es la fuerza de la manada, su deber es estar al lado del alfa y ayudarlo en todo, eso es solo una parte, cuando un lobo encuentra a su pareja de vida no pueden estar separado, ellos se debilitan y lo que él sienta tú lo sentirás así como él sentirá lo tuyo, y la marca solo intensifica más el dolor, la felicidad, el deseo, pero como no está completa si el muere tu seguirás viva

- Yo solo quiero ir a casa, terminar mis estudios, comprar una casa, un auto, no sé, tener un gato no a una manada de lobos

- Pues así lo quiso el destino, le diré a los profesores que no te sientes bien por algo que comiste así nos quedaremos en la habitación todo el día

Salió de la habitación con dirección a los profesores, mi teléfono tenía mucho mensajes, todos eran de Dario, de pronto comenzó a sonar, era él, no quería hablar en estos momento así que lo apague y lo deje en el velador junto a la cama. Karla volvió con mucha comida, nadie creería que estaba enferma pero se aseguró que ya se hubieran ido todos antes de traerla.

Pasamos todo el día viendo películas, también le conté sobre su hermano y las ocasiones en las cuales hable con él, ella solo se reía, me conto que su hermano había salido con lobas de su manada pero siempre lo dejaban, cada lobo tiene su pareja destinada y una vez que la encuentran jamás vuelve a amar a alguien más.

- Hay algo que quería decirte, no sé cómo paso, jamás había escuchado que sucediera antes, pero Tim el beta de Dario es mi pareja, bueno yo soy su pareja destinada

- Eso es malo ¿verdad?

- No es malo, pero tampoco sé si es bueno, no sé cómo lo tomaran en la manada, él dijo que me seguiría a donde fuera, así que volvera con nosotras mañana

- Tienes que aprovechar esta oportunidad que tienes de ser feliz y si no lo aprueban en tu manada pues que se jodan, yo estaré contigo siempre

Me abrazo fuerte, aunque no podía verla sabía que estaba sonriendo y eso alegraba mi corazón, seguimos con nuestra tarde de películas, en un par de horas todos llegarían de vuelta de el ultimo recorrido y tendría que hacerme la enferma frente a los profesores.

Ya estábamos listos para partir, quería encender mi teléfono pero eso significaría querer ver a Dario, estaba decidida a volver a casa, terminar mis estudios y conseguir trabajo para juntar dinero, si Karla decía la verdad él esperaría por mí. En la ciudad de Berna nos encontramos a Tim quien venia solo, no pregunte por Dario y Tim tampoco dijo nada.

Llegamos de vuelta a nuestros hogares, mis padres me recibieron cálidamente, los había extrañado mucho, mis hermanos corrieron a abrazarme. Era día Sábado así que no tendría clase, pretendía dormir hasta las 2 de la tarde pero mis planes fueron frustrados por aquella voz que me hablaba con dulzura

- ¡Ya levántate de una vez Eli! Son las 10 de la mañana y he intentado llamarte pero esta apagado tu teléfono

- Déjame dormir unas horas más por favor, ¡necesito dormir!

- Yo también quería dormir hasta el lunes pero no puedo por culpa de cierto animal que no deja de decir ¿cuándo vendrá ella? ¿Podemos visitarla? ¿Por qué no la invitas a nuestra casa?

- ¿Hablas de tu hermano?

- Si, el mismo, estoy cansado de escucharlo decir “Ella es tan hermosa” “Es tan inteligente” “Se que a mamá le agradara ella”, estoy harta, vamos de compra, así no tendré que verle la cara por una horas

Molesta por que habían cortado mis horas de sueño me levanté y tome una ducha, me aliste para salir y me despedí de mis padres, recorrimos en centro comercial durante todo el día, compramos ropa nueva, accesorios y maquillaje para poder ocultar la marca en mi cuello. La incite a quedarse en mi casa a lo que acepto feliz, hablamos durante la noche sobre Tim y su manada, habían aceptado que ella tuviera un nuevo mate, pero Karla no estaba dispuesta a tomar el cargo para siempre, una vez que se volviera la Luna oficial buscaría a un hombre lobo apto para tomar el puesto y con la ayuda de Tim le enseñarían todo lo necesario.

Después del entretenido fin de semana con Karla tenía que volver a clases, era horrible tener que despertarme a las 6 de la mañana, pero solo quedaba la mitad de semestre para terminar. Karla tenía razón en que los lobos de la escuela se me acercarían para presentar sus respetos, aunque era incomodo los aceptaba con una amplia sonrisa.

Pero durante la hora del almuerzo Karla se retiró antes de clases, era extraño que no me dijera nada pero luego le preguntaría. Estaba llegando a la mesa donde comería cuando comenzaron los gritos, una pelea, en medio del patio de la escuela, no sabía por qué pero me levante y fui directo a ellos, un chico de segundo año era golpeado por uno de mis compañeros de clase.

Me acerque lo suficiente a ellos y les grite que se detuvieran, ambos me miraron y se pusieron de pie frente mío, al mismo tiempo se inclinaron en una reverencia ante mí, no necesitaban decírmelo, eran lobos, no permitiría que esto siguiera pasado, si yo era tan importante como parecía lo usaría para bien

- No quiero que esto vuelva a suceder, ¿entendido?

- Si Luna, ahora me retirare, con su permiso – mi compañero se dio la vuelta y volvió adentro

- Tu ven conmigo, tenemos que curar tus heridas

- No es necesario Luna, puedo hacerlo yo después

- Vamos ahora, y solo llámame Elizabeth

 Tome su mano al ver que me seguiría y lo lleve a la enfermería de la escuela, con mucho cuidado limpie su rostro, aunque hacia muchas de dolor no decía nada, termine con todo y le tendí la mano para que se levantara, el con mucho temor la tomo sin mirarme, aun no se mucho de todo este mundo de los lobos así que no me quedaría con la duda

- ¿Cuál es tu nombre?

- Me llamo Max mi Luna

- Ya te lo dije, solo dime Elizabeth, ¿por qué fuiste golpeado?

- ¿No lo sabe? ¿O esto es una prueba para luego obligarme a cambiar de escuela?

- ¿Por qué haría que te cambiara? La verdad soy nueva en todo esto, hace solo unas semanas que me entere de lo que son

- Entonces como agradecimiento por haberme salvado le daré un consejo, no se acerque a los que no tenemos manada, no le verán bien si lo hace

- ¿Por qué no tienes manada? ¿hay lobos que no las tienen?

- Si, aquí en la escuela somos 10 lobos y lobas que no tenemos manada, por distintas razones y lo mejor será que no se nos acerque, no somos bien vistos

- Yo decido a quien ver y a quien no, si yo quiero ser tu amiga nadie podrá evitarlo así que ahora me llevaras con los demás para conocerlos

- Como usted diga mi Luna

Me sonrió por primera vez desde que nos conocimos y caminamos por los pasillos de la escuela, uno por uno me presento a los lobos y lobas que no tenían manada, todos eran muy educados y amables conmigo, no sabía si era por mi rango o porque realmente me veían como una amiga. La mayoría había perdido a sus manadas en ataques y otros fueron exiliados por no seguir las instrucciones de su alfa y como nuestra escuela se encontraba en un territorio que pertenecía a los humanos podían vivir sin problemas, pero constantemente eran acosados por los lobos de las manadas vecinas que asistían con nosotros.

Sentía que debía protegerlos y así lo haria, me asegure que cada lobo de la escuela recibiera el mensaje de que si se atrevían a tocarlos tendrían problemas, y la intimidación seceso. Así comenzaron a pasar los meses que quedaban, después del cumpleaños de Karla comenzamos a visitar su manada, ella creía que era buena idea que yo también aprendiera a ser una Luna digna de la manada, yo no quería aceptar pero se me ocurrió una idea que no pudo rechazar.

Yo la acompañaría todas las tardes después de clases si mis lobos sin manada también asistían para prepararlos en combate, le dije que sería bueno que ellos supieran defenderse y así cuidarme a mí y como ella no quería pasar horas con sus suegros sola acepto, así empezamos nuestro entrenamiento. En ocasiones también me unía en los entrenamientos de combate, aunque por ser humana era más débil que ellos me enseñaron a defenderme y a como ser más ágil, me divertí mucho con ellos y mis lobos cada vez eran más aceptados en la escuela lo que me hacía feliz.

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