CAPITULO 11
—Regresaste temprano.

Alcair se levantó del sofá al ver a Aileana que entraba a la casa con las mejillas sonrojadas debido al frío que hacia afuera.

— Si papi.

Aileana se acercó a su padre dándole un abrazo buscando la calidez de él.

—¿Pasa algo?

Aileana se separó de su padre y negó con su cabeza, él solo sonrió.

—¿Quieres cenar algo?

—No pa, no te preocupes, no tengo apetito, pero gracias... Eh, iré a mi habitación, estoy un poco cansada.

—Está bien, hija, descansa.

—Si papi, igual tú descansa.

Aileana subió las escaleras hasta que llegó a su habitación, donde se dejó caer a la cama como era una costumbre en ella.

Miraba el techo de su habitación, colocó sus manos sobre su estómago para luego morder su labio inferior, recordó el beso que Diago le había robado…

—¿Qué haces?

Aileana alejó a Diago de sus labios, lucía desconcertada de lo que había ocurrido.

—Discúlpeme, no pude evitarlo, tiene unos labios tan tersos y cálidos.

—No lo vuelva a hacer.

Él suspiró profundamen
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