Capítulo 2

Después del sueño tan extraño que había tenido la noche anterior, no pude estar tranquila. El hecho de solo pensar en que había una pequeña posibilidad de encontrar a la persona que tendría que encontrar, me ponía los pelos de punta.

No me había dado cuenta de que mi hermana pequeña notó mi inquietud hasta que lo hizo notar, por eso estaba en la duda sobre contarle o no, después de todo, era algo muy privado.

—¿Y a ti que te pasa? —ella frunce el ceño y me mira con los ojos entrecerrados.

—Nada, ¿Por qué? —suspira y muerdo mi labio inferior

—Estás rara. ¿Discutiste con papá? ¿O es que tienes una idea loca en tu cabeza?

—No, no se trata de eso —rasco mi cabeza y la miro— ¿Puedo contarte un secreto?

—Si. ¿Qué ocurre?

—Anoche he soñado con una chica —hago una mueca y evito su mirada por un momento—. No recuerdo muy bien su rostro, es como si la imagen desapareciera por un momento, pero sé que si la veo puedo reconocerla. El sueño fue extraño, fue como una sensación de alivio y también de miedo. No sé cómo explicarlo Lizz, pero me ha dejado pensando mucho —cuando miro a mi hermana, ella está confundida, parpadeando mientras piensa en algo.

—Eso solo suena a algo en especial, Alex. ¿Crees que se trate de esa persona?

—Es lo que no puedo dejar de pensar —suspiro—. Tengo muchas preguntas, pero lo que más me inquieta es que sentía miedo por un momento. Y no estoy segura de encontrarla esta noche, también tengo esa sensación de no encontrarla a esta altura de mi vida. Lo único que sé, es que si, puede que se trate de esa persona.

—Quizás deberías pensar en el sueño como algo bueno. Ya sabes lo que dicen, quizás es tu oportunidad. Que no la hayas encontrado no significa que nunca lo hagas. Puede que sea tu momento.

—He perdido mucho las esperanzas. Después de que me desperté intenté buscar alguna señal en el bosque, por si mi olfato lograba acercarme. No sentí nada, y en un día como este no creo que aparezca por aquí. Mis esperanzas comienzan a ser nulas.

Había intentado por años encontrar a mi mate, claro que, sin éxito, pero casualmente anoche soñé con una chica que ni siquiera conocía. Se supone que según las historias que cuentan podía ser una señal, pero a veces solo pienso que mi cabeza intenta reconfortarme sabiendo que nunca la encontraré.

Aún me queda tiempo para encontrar a esa persona para ser la alfa de la manada en un futuro, pero quizás mi hermano termine heredando el puesto. Si así lo quiere el destino, entonces no podría ir contra él.

Quizás la imagen que tenía de sus grandes ojos verdes solo quedaría en mi memoria, o parte de una fantasía que creó mi cabeza.

Frustrada conmigo misma, me levantó de allí y comienzo a pensar en que lo único que debía hacer era asistir a la reunión con la manada, eso me mantendría ocupada por el resto de la noche.

—¿A dónde vas? —preguntó mi hermana mientras se pone de pie

—Iré a dar una caminata —digo con la voz cansada

—¿Estás loca? Es noche de luna de sangre, hay miles de brujas por el bosque. Eso es demasiado peligroso, nadie debe andar solo hoy.

—No pasará nada, quédate con mamá.

En sus ojos puedo ver la duda. Sé que ella piensa en decirle a papá y no la culpo. Días como estos es que tenemos prohibido salir sin un grupo. Sabemos que nosotros no somos el objetivo de las brujas, pero hay demasiadas y podríamos recibir un ataque.

Papá lo ha dicho en las reuniones, nos quedaríamos en la manada y nadie saldría después de que el sol se vaya. Y no es que quiera que me regañe otra vez, pero estoy ahogada por las emociones y necesito al menos caminar un poco por los alrededores.

—Voy contigo —dice ella, poniéndose de pie

—No, no hay ninguna discusión con esto. Te quedas y te mantienes a salvo.

—No puedo permitir que te vayas y lo sabes, Alex.

Estoy a punto de discutir con mi hermana, pero entonces un aroma me atrapó, mis instintos se pusieron en alerta. Siento como mí corazón bombea y mí olfato se agudiza, puedo sentirla. Sé que es ella.

¿Esto era real?

Sabía de quién se trataba.

No tomo noción ni siquiera de la situación. Todo nuestro entorno se estaba poniendo oscuro, el sol casi estaba despidiéndose, pero no me importó.

Comencé a correr hacia el bosque, siguiendo ese aroma tan peculiar, no podía dejarla ir, era mi mate, estaba segura.

No tengo idea por cuánto tiempo corrí, estaba segura de que estaba muy lejos de mi casa.

Paré en seco cuando escuché unos pasos detrás de mí y casi ataco a ese maldito lobo si no lo hubiera reconocido a tiempo.

La entrometida de mi hermana casi muere del susto. No entiendo por qué vino detrás de mí en primer lugar, le dije específicamente que se quedara en casa y a salvo, pero al parecer ella es tan terca como yo.

—Alexia ¿Qué m****a haces?

—Es mi mate —murmuré

—¿¡Qué!?

—Vuelve a casa, me ocuparé de esto.

—No, no estás hablando en serio. Está oscuro aquí afuera, no podemos.

—Así como nosotros estamos en peligro, ella lo puede estar. Así que no puedo dejarla aquí, me niego a abandonarla en el medio del bosque.

—Estás demente, esto es peligroso. Papá nos matará si nos encuentra fuera de la casa.

Escuchamos como ramas comenzaban a romperse y no nos quedó otra opción que quedarnos detrás de un árbol, escuchando voces a mi alrededor.

Mí mate no era el único ser que se encontraba allí.

El aroma era aún más fuerte y ya no podía soportarlo. Necesitaba ver de quién se trataba y comprobar si esa chica tan hermosa de mi sueño era realmente ella.

—Si que ha sido dura de atrapar —murmura una voz ronca

—Nada que no podamos manejar, ahora debemos llevarla con los demás. Puede haber otras criaturas cerca, no sé porque no estamos volando a casa en primer lugar.

Al ver por el costado del gran árbol pude notar cómo ellas arrastraban un cuerpo por el bosque.

Eran brujas ¿Porque demonios no estaban volando?

Entonces la vi, ella era la chica de mis sueños y tenía que sacarla de dónde sea que de la quieran llevar. Su rostro no lo podía ver con tanta definición, pero la sentía y eso era lo más importante para mí.

Puedo sentir que se trata de la misma, no hay manera de que la deje en manos de ellas.

Estaba a punto de atacar cuando mi hermana me tomó el brazo con firmeza. Ambas nos miramos a los ojos y supe que tenía miedo.

—¿Qué crees que haces? —me regaña

—Mira Lizz, si no quieres ayudar me importa una m****a, ahora debo ir por ella.

—¿Porque es tan importante?

Fue lo último que escuché cuando mi cuerpo cayó arriba de una de ellas, atacándolas sin compasión. Las brujas nunca habían sido de mis criaturas favoritas, pero ahora se estaban metiendo con algo que me pertenecía.

Justo cuando dejé a una inconsciente, la otra rubia me atacó por detrás, tirándome hacia el otro extremo, podía visualizar mi pelaje teñido de sangre.

Volví a levantarme, clavándole la mirada y cuando estaba a punto de atacar vi el cuerpo de mi hermana abalanzándose contra el suyo, así que aproveché y la ataqué también.

—¿Qué m****a haces con ella? —gruñí clavando mi uña en su cuello

—Te matarán en cuanto te encuentren —ella se ríe mostrando sus dientes llenos de sangre—. Matarme no servirá de nada.

—¿Que planeas, m*****a?

—Mátame de una vez. Porque no te diré nada —sonríe—. Deberías deshacerte de ella, van a ir por ti también. Van a terminar todos muertos.

En un solo movimiento terminé por arrancarle el cuello.

No iba a soportar que me amenace a mí, a nuestra manada y mucho menos a mi diosa.

Malditas brujas.

No sé cuáles son sus planes, si aquella noche estaban dispuestas a hacerle algo malo a mi luna. No iba a permitir nada de eso, estoy segura de que podría dar mi vida por ella, aunque apenas la conozca.

Saco la mirada del cuerpo sin vida de esas asquerosa criatura y comienzo a buscarla. Ella está a unos metros, quitándose la venda de los ojos y con las manos atadas. Mi corazón se estruje, puedo notar lo asustada que está y cuando sus ojos se clavan en mí, su respiración se corta.

Ella se pone de pie con rapidez y comienza a correr, aún con las manos amarradas y atreviéndose a adentrarse al bosque oscuro.

Corro hacia ella los más rápido que puedo, tirándola contra el suelo, aunque ella hace un gran esfuerzo por girarse para tenerme de frente.

No fue difícil, ella es lenta o quizás yo muy rápida para correr. Lo bueno es que ahora la tenía a pocos centímetros, admirando su belleza.

Su rostro tiene sangre y algo se remueve en mi interior, aunque debo admitir que a pesar de eso es fascinantemente hermosa. Su nariz respingada, sus labios rojos e hinchados y su cuerpo delirante.

Sus ojos brillaban por la enorme luna arriba de nosotros, ella estaba asustada y podía sentirla.

—No me hagas daño por favor —dijo desesperadamente.

Acerqué mi hocico y olí su cuello. Un gruñido sale desde mí garganta, su aroma dulce, de aquel perfume y su piel me estaba alterando todos los sentidos.

M*****a sea.

Mate —susurré en su cuello

Saqué mi lengua para lamer sus heridas, tenía un tajo en el cuello. Intentaba disminuir su dolor, a mí manera.

Ella se quedó estática en el lugar, los latidos de su corazón se tranquilizaron y lo sabía porque mi corazón latía al mismo ritmo que el suyo.

Se sorprendió en el momento que no vio un enorme lobo encima suyo, sino que vio mi cara. Si cualquiera me viera pensaría que soy una inocente niña.

No quiero que tenga miedo de mí, jamás podría sentir ese tipo de rechazo.

—No te haré daño —susurré—. Quiero protegerte.

Al ver aquellos ojos verdes fue inexplicable la atracción que sentí en el momento.

Acaricié sus heridas con cuidado y escuché un pequeño gemido de la ojiverde cuando toqué una de sus heridas y enseguida sentí pánico por haberle hecho daño.

Acababa de conocer a aquella chica y ya estaba teniendo deseo por ella.

Tenía ganas de besarla.

Gruñí al darme cuenta de que no era el momento, primero tenía que mantenerla a salvo. Pensar un plan para llevarla a casa, sacarla de este bosque solitario y que estuviera con la manada, bajo mi protección.

Sé que aún no confía en mí, noto como sus ojos me siguen en cada movimiento y las dudas que tiene dentro de su cabeza.

—Luna, por favor confía en mí, las brujas volverán y necesito mantenerte a salvo.

Me levanté rápidamente de arriba suyo y le tendí una mano, la cual ella me tomó después de observar mis ojos unos segundos. Aprieto el agarre y la sostengo, con una sonrisa en su rostro. Por alguna razón no puedo despegarme de ella, pero debo hacerlo si quiero que salgamos con vida de aquí.

Giro y busco con la mirada a mi hermana, no puedo encontrarla por lo que la única opción es gritar.

—Lizz —la llamo, intentando encontrarla con la mirada—. Necesito que vengas aquí.

Ella está tomando su muñeca, al parecer se ha torcido el brazo cuando me ayudó con una de ellas. Sus ojos curiosos la miran, la observa y entonces se acerca. Ahora está olfateando a mi luna y solo la estoy mirando.

—Tenemos que salir de aquí, sabemos que ellas van a volver —le digo una vez que me presta atención.

—Hay que ir a casa, Alex.

—¡Ve por la manada! ¡Ahora!

—No te dejaré sola, ellas van a volver —insiste

—Está lastimada, no puede ir tan rápido y yo voy a cuidar de nosotras, ahora corre. Busca a papá y a los demás.

Mi hermana asintió rápidamente y se perdió entre los arbustos. Solo espero que llegue a tiempo y que la manada pueda venir a rescatarnos, vamos a ir a un paso lento y ahora temo por la seguridad de ambas.

—Vámonos —la miro y comienzo a caminar, pero el agarre de su mano se hace fuerte y se resiste a caminar.

—Espera ¿Quién eres tú? —ella mi mira con sus grandes ojos y solo quiero besarle toda la cara.

—Alexia. Mi nombre es Alexia.

—¿Porque me dices Luna? —cuestiona rápidamente

—Larga historia, debemos irnos. Por favor, Luna. Me encantaría hablar contigo, pero necesitamos estar a salvo primero.

—¡No iré a ninguna m*****a parte contigo!

—Luna....

—Me llamo Lauren, no Luna —gruñó

—Lauren —ronroneé. Relamo mis labios y doy un largo suspiro—. No podrías tener un nombre mejor.

Paré en seco cuando escuché unas voces a lo lejos, alguien estaba viniendo por nosotras, podía oírlas, las brujas estaban hablando entre sí.

Debía mantenerla a salvo, era mi prioridad y nadie iba a hacerle daño.

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