Enamorando al Diablo
Enamorando al Diablo
Por: Alexa bosquet
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Capítulo 1 Yosiane

Pocos sabemos que en la tierra hay demonios y ángeles que mantienen el equilibrio entre el bien y el mal, yo nació con el don de verlos. No como lo perciben los demás, yo puedo ver su verdadero ser. Soy capaz de ver sus alas, el color de sus ojos. Mis padres me llevaron al psicólogos tantas veces que no soy capaz de recordar cuantas, hasta que me di cuenta de que iba a salir mejor ignorando lo que veía, así desde que tengo quince años vivo como si no viera nada, como si mi mundo fuera igual que el de los demás.  Pero no es así, ya veces no puedo evitar asombrarme con las cosas que suceden a mi alrededor; cosas que me hacen el punto de atención de estos seres especiales. 

Eso fue lo que sucedió hoy cuando lo vi a él, estaba en mi trabajo, una tienda de trajes de lujo en el centro comercial, cuando él entró ya vi algo extraño, pero cuando se molestó porque se golpeó con una puerta, sus ojos cambiaron. Vio mi expresión y por más rápido que baje la vista, estoy segura de que se dio cuenta de que lo vi. 

  - adíos Yosiane - me saludo Merlin, mi compañera de trabajo

  - nos vemos mañana - le dije y salí de la tienda, me gusta cuando se termina la jornada laboral, eso de estar encerrada todo el ya no lo hicieron para mí, simplemente lo hago porque necesito el dinero y la tienda es de la amiga de mi madre, la cual no tiene problemas con contratarme muy aparte de mi historial médico, llegue al estacionamiento y encontré mi viejo auto, abrí la puerta, me acomode dentro, cuando fui a cerrar la puerta algo me lo impidió, mire y una mano la estaba sujetando mi puerta, saque la cabeza y vi a Demonio de antes parado junto a mi auto, hay que reconocer que es sumamente sexy, es moreno.  Su estatura debe rondar los uno noventa y sus ojos sin grises como si en su interior hubiera una tormenta, malditos demonios porque tienen que ser tan sexis

  - ¿puedo ayudarlo en algo? - le pregunté - si perdio algo en la tienda puede regresar, mi compañera aun está allí - estoy actuando como si no hubiera problemas de ningún tipo; la última vez que fui amenazada por un demonio para que resguardara su identidad. Estuve sin dormir casi un mes

  - creo qué ambos sabemos por qué estoy aquí - esto es una locura, pero cuando hablo sentí que se derretía mis bragas, su acento es británico. El toque que le faltaba a su ya super sexy personalidad

  - no lo sé - me hice la tonta - giro su cabeza a un lado con incredulidad

  - puedes dejar de fingir, sé que me viste - me respondió, no tiene nada de paciencia, resople

  - tienes razón, vi tus ojos cambiar en la tienda, pero no tienes que preocuparte, no le diré a nadie. De todas formas si lo hago nadie me creería así que no debes preocuparte - quité su mano de mi auto con actitud desinteresada, me subí dentro y trate de cerrar. Me lo volvió a impedir

  - ¿en serio crees que te voy a dejar ir tan fácilmente? - manifestó bajando su cabeza y mirándome dentro del auto (si no es para tener sexo, si espero que lo hagas) no sé dé donde salió ese pensamiento, llevo mucho sin estar con nadie para estar pensando en tener sexo con un demonio, debo solucionar eso. - yo puedo ayudarte - me dijo

  - ¿ayudarme a qué? - no sé dé lo que habla

  - aguarte con el problema del sexo - abrí la boca, no sé que decir - ¿no sabías que los demonios pueden saber lo que piensas? - tierra trágame, no puedo creer esto - sigo escuchando lo que piensas

- sal de mi m*****a cabeza - le grite y me bajé del auto

  - entonces deja de pensar tan fuerte - dijo despreocupado

  - no estoy pensando fuerte - hizo una mueca

  - desde que llegué aquí estás pensando en mi apariencia ¿en serio no le tienes miedo? 

  - de hecho, los demonios me aterran, por cualquier cosa te quieren amenazar - lo miré - como tu en este momento. Pero estoy tan adaptada que ya no vale la pena salir gritando. De todas formas después me haya

  - ¿adaptada? ¿Desde cuándo eres capaz de ver demonios? - simulé pensar

  - desde que nací - después dije de pronto

  - entonces no es un don adquirido, naciste con él - dijo más para él que para mí

  - sí, nací con él - se apartó de mi auto

  - puedes irte

  - así, simplemente vas a creer en mi palabra ¿nada de amenazas? - negó

  - nada de amenazas

  - ok - me siento muy desconfiada al respecto

  - mi nombre es Eliodas, recuérdalo - no sonó a amenaza, pero con esta gente uno no puede confiarse, me subí en el auto y salí de allí de inmediato, llegué a mi piso. Es un pequeño estudio en el centro de la ciudad, está lleno de amuletos y bloqueos contra demonios. El único lugar donde me siento segura. Veo que hay un mensaje en mi contestador y lo reproduzco

  - hola Yosieane, tu padre y yo estamos muy preocupados, llevas más de una semana sin llamar - es mi madre, ella dice una semana como si fuera demasiado tiempo, pero claro, hay que tener a la loca bajo control, después la llamaría ahora estaría bien resolver mis problemas hormonales, saqué mi móvil de la cartera, busqué el contacto de Yeremi

  - hola Yeremi - salude cuando sentí que respondió - hace bastante que no hablamos

  - hola Yosiane, en realidad hace bastante que no me llamas ni respondes mis llamadas

  - lo siento, es que estaba bastante atareada - él y yo tenemos un acuerdo bastante simple, solo sexo y punto. Nada más

  - ¿tienes tiempo hoy? Aunque supongo que si, ya que me llamaste

  - en realidad sí, llevo todo el ya pensando en ti - un poco de amor a su ego no le hará mal

  - en un par de horas estoy en tu casa - eso es lo bueno de esta relación, no hay molestias porque no le presté atención, solo quiere lo mismo que yo

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