Capítulo 5. Evitar

Ava había salido de la sala de juntas con el nudo en el centro de su estómago, la mirada asesina de parte de Christine le había hecho sentir demasiado incomoda en toda la reunión, algo que claro, Björn era ajeno.

— ¿Ya te vas a ir? —escuchó a Björn preguntar desde su escritorio,  Ava levantó la mirada.

—Sí. Solo terminaré esto y me retiro…

— ¿Y qué harás? —preguntó Björn, Ava no tuvo palabras rápidas para responderle en ese momento, solo hizo un movimiento de hombros. —Entonces, ¿Cenamos? —Ava se tensó y él lo notó. —Si no tienes planes o de plano vas a ponerme esa línea divisora entre jefe y empleado.

Ava se sorprendió por sus palabras.

—Creo que lo mejor de todo es…—detuvo sus palabras cuando Björn se levantó de manera elegante de su silla, luego comenzó a desanudar su corbata y sin dejar la mirada en ella, se acercó hasta estar frente a su escritorio, bajó la mirada y luego soltó el aire por nariz.

Pareció estar irritado.

— ¿Lo mejor de todo es….?—Björn la invitó a terminar la oración, pero las mejillas sonrojadas de Ava, le hicieron dar a entender que no seguiría. Miró el reloj y luego a ella. —Ya es la hora de salida, eso quiere decir que no soy tu jefe en estos momentos.

—Estamos en la oficina aún. Para mí aún sigue siendo mi jefe…

—Entonces salgamos del hotel para poder decir que solo soy un simple hombre soltero pidiéndole usted que tengamos una deliciosa cena en mi suite. —Ava arqueó una ceja.

— ¿No cree que el personal comenzará la habladuría si nos ve subiendo a su suite?

—Desde hace muchos años no me importa lo que piense la gente, si haces las cosas bien, de todos modos hablarán, entonces, ¿Qué más da lo que digan? —Björn metió sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir. Tomó aire y ahora lo soltó entre sus dientes.

— ¿Y si cenamos en otro lugar? —preguntó Ava. —Así tendría más comodidad para poder hablar de lo que se ha estado posponiendo.

Björn presionó sus labios con dureza, ese simple gesto hizo que su quijada se enmarcara, Ava dedujo que estaba empezando a irritarse más de lo que ya estaba.

—Bien, elige. —dijo sin más, Ava estuvo a punto de reírse discretamente al ver el gesto de rendición de parte de él. Se cruzó ella de brazos y luego suspiró.

—Bien, mejor elija usted. No conozco bien aún el lugar, solo conozco la cafetería de empleados y el área de estar.

Björn arqueó la ceja.

— ¿Solo eso? —el tono de voz de Björn estaba cargado de sorpresa.

—Sí. Y vagamente cuando fui a la bienvenida de empleados, pero en sí, no recuerdo bien esa noche…—él se dio cuenta que se refería la noche de la subasta. Se tensó, el nudo en su estómago creció, arrugó su ceño, eso le recordaba lo que le preocupaba muy en su interior y que había dejado para luego.

—Oh, bueno, —comenzó a decir Björn, pero fue interrumpido por el toque en la puerta de cristal de la oficina, él giró su rostro y se dio cuenta de la presencia de Nicoletta Costa. Del otro lado, ella sonrió. —Creo que cancelaremos la cena de hoy. —regresó la mirada hacia Ava, quien arrugó su ceño, luego asintió en respuesta a sus palabras.

—Claro, claro, otro día será. —Ava miró a la mujer elegante del otro lado de cristal que no tenía intención de entrar, le hizo seña con el dedo índice a Björn para que se acercara. Él asintió, luego se acercó a la puerta y la abrió.

—Buenas noches, señora Costa.

—Björn, querido, ¿Puedo robarte esta noche? —Björn alzó sus cejas por un momento en sorpresa a su petición.

— ¿Pasa algo? —ella tenía intención de hablar, pero vio a la asistente levantarse de su escritorio y recoger su bolso.

—Oh, ¿Ocupado? —Björn miró hacia a Ava, luego miró a Costa. Sabía que tenía que ir con ella, ya que ella había venido a él y debía de ser importante.

—Mi asistenta ya se va… —respondió él, Ava sintió una punzada en el centro de su estómago al escucharlo.

—Buenas noches, —saludó Ava educadamente, Costa solo asintió en respuesta, caminó hasta a ellos, Costa se hizo a un lado para que pasara, mientras Björn se encontraba pegado a la puerta. Ava caminó por el pasillo hacia el elevador, Sussan ya se había retirado una hora atrás, así que estaba completamente solo esa área. Al llegar al elevador, miró hacia la oficina y ya no vio a la señora elegante, ambos estaban en el interior de la oficina.

—Tranquila, Ava. —se llevó una mano a su corazón, como si ello fuese a calmar como se estaba sintiendo en ese momento. La campana de llegada sonó, las puertas se abrieron y antes de entrar, sintió como fue jalada del codo, apenas alcanzó a jadear cuando vio a Björn.

—Te veo más tarde. —dijo él seguro de que así sería, Ava sutilmente se soltó del agarre de Björn, ella presionó sus labios.

—Será otro día. —dijo en un tono tranquilizador para él, pero este arrugó su ceño, intentó tomarla del brazo pero ella fue más rápida, entró al elevador y presionó el botón para ir al piso de empleados. —Buenas noches, señor Hoffmann. —las puertas de cristal se iban a cerrar, pero Björn lo detuvo con su mano.

— ¿Otro día? —estaba confundido.

—Sí. Otro día. —repitió Ava, controlando su sentimiento de irritación de la que no tenía idea de en qué momento había aparecido. —Como usted lo dijo antes de yo retirarme de su oficina, “La asistente ya se va…”

Los labios de Björn se estiraron un poco.

— ¿Estás…celosa? —esa pregunta caló en algún lugar del interior de Ava, ¿En su orgullo?

—No. No tengo por qué estarlo. Ni que fuéramos alg-…. —detuvo su oración.

—Hoffmann. —escuchó a su espalda, Costa se dio cuenta de la escena de ellos dos. —Tengo que tener una respuesta. —Björn presionó sus labios, se enderezó y retiró lentamente la mano de la puerta de cristal. Esta comenzó a cerrarse frente a él, del otro lado, Ava estaba roja como un tomate. Momentos después, ella desapareció de su vista, en lo que eso sucedía, Nicoletta estaba llegando detrás de él.

—Ni que…—susurró Björn, pero fue interrumpido.

—Pareces un adolescente, Hoffmann.

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